Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

lunes, 23 de agosto de 2010

EMBALSES DE LEURTZA

EL DÍA DE LOS SANZ
Día 23 de agosto.
Integrantes. Pili, Belén, Pablo, Diego, Paula, Conchi, Julián, Martín, Poli, Martina y Puy.




Los Sanz elegidos en nuestro día del año reunirnos en los embalses de Leurtza y comer en Ituren, más concretamente en el Restaurante Altxunea Erretegia.
En el noroeste navarro, entre los municipios de Urrotz y Beintza-Labaien, se esconden dos embalses construidos en 1920. En medio de los bosques de la Navarra Atlántica, surgen estos lagos de montaña como una atractiva sorpresa.  La ubicación de los embalses en una cuenca cerrada cubierta de hayedos confiere al lugar una magia especial. Como sacados de un cuento de hadas, los embalses de Leurtza han sido declarados Área Natural Recreativa. Así, el acondicionamiento con fogones, mobiliario, puntos de información combinado con el agua, las laderas boscosas, la tranquilidad y el atractivo paisaje hacen de este espacio natural un destino ideal. Una sugerente manera de deleitarse con el enclave es recorriendo un cómodo sendero local señalizado de 3,5 kilómetros y 60 metros de desnivel. A lo largo de éste se revelan los usos, la fauna y la flora del lugar. De esta manera, la escultura de la rana bermeja nos recuerda que este pequeño anfibio es el más característico del lugar y la plaza de la carbonera por ejemplo exalta el antiguo uso de este bosque para la producción de carbón. Se puede completar con otro sendero señalizado de 9 km.
Déjese envolver por el frescor del paseo y disfrute de la mágica tranquilidad de estos lagos de montaña del Pirineo navarro. (Descárguese el Mapa de recorridos.).
Después de nuestro paseo nos vamos a comer al restaurante Altxunea Erretegia, donde nos deleitamos con unas deliciosas  viandas y un buen vino. Seguidamente visitamos Zubieta y su molino. Es uno de esos lugares en los que el tiempo se ha detenido. Su molinero, aún hoy, sigue utilizando sus manos y los aperos de antaño para triturar el trigo y el maíz. A continuación visitamos Santesteban y nos despedimos hasta el año que viene. El dìa resultó precioso.




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