Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

sábado, 20 de abril de 2013

BERNIA (1.128 m.)

CRESTEANDO POR BERNIA


FICHA TÉCNICA-
Nuestro itinerario en puntos rojos.
DÍA: 20/04/2013
PARTICIPANTES: Vicente, Patro, Santi y Julián.
TIEMPO ESTIMADO: 7 horas.
DISTANCIA: 16 km.
DIFICULTAD: Alta.
PR- CV 7.
PUNTO DE INICIO: Por la autopista A7, salida en Benissa, cruzar el pueblo y salir hacia Jalón. En unos metros, a la izquierda, hasta las Casas de Bernia.

ITINERARIO:
Casas de Bernia - Fuente de Bernia - Forat - Tejo - Cova de l'Arc - Forat - Fuerte - Cima - El Portixol - Fuente de Bernia - Casas de Bernia.


La Sierra de Bernia es un conjunto montañoso perteneciente a las Cordilleras Béticas y situado en el sureste de la Península Ibérica en la provincia de Alicante.
La sierra se extiende unos 11 km de oeste a este, perpendicularmente a la costa mediterránea. La sierra tiene una extensión de 1.900 hectáreas, repartidas entre los municipios de Callosa d'Ensarrià, Altea, Calpe, Benissa y Jalón. La cima más elevada de la sierra de Bernia, con vértice geodésico, se encuentra en el término municipal de Jalón, y mide 1.128 metros sobre el nivel del mar.
Cara norte del Bernia.


El Fuerte de Bernia fue construido en el año 1.562, por orden de Felipe II, en la vertiente sur de la sierra.  Pretendiendo evitar la situación producida en 1526 con la revuelta de los moriscos, que se instalaron en dicho emplazamiento durante largos meses, la finalidad de la edificación era, por un lado, prevenir las revueltas de moriscos y, por otro, defender la costa de los frecuentes ataques de los piratas berberiscos. A esta finalidad eminentemente defensiva (que contó con fuertes detractores entre militares de prestigio, como el virrey Vespasiano Gonzaga, quien consideraba el fuerte poco menos que inútil), hemos de sumar el hecho profundamente simbólico de la instalación de un fuerte y un contingente de tropas del rey.

Tras la expulsión de los moriscos en 1609, entre 1612 y 1613 se produjo su desmantelamiento, pues su aprovisionamiento era complicado por su remota ubicación, y carecía de sentido dejar una construcción de ese tipo sin guarnición. Actualmente se pueden observar numerosos restos del fuerte: lienzos de murallas, construcciones abovedadas, fosos y torreones del fuerte.
Desde los restos de esta fortificación situada a 803 metros de altura, se puede controlar visualmente toda la línea costera comprendida entre el Cabo de la Nao, en Jávea; y el puerto de Alicante; en días claros, se puede incluso vislumbrar la isla de Ibiza.



RUTA:
Comenzamos en las Casas del Bernia. Hace tiempo que no partíamos de dicho enclave. Dirección este, hacia la izquierda, siguiendo las marcas del PR-CV 7, en dirección al Forat. Existen unos carteles que lo indican. Por un camino ancho y llano llegamos hasta la Fuente de Bernia. Encima de la fuente hay una peña invadida por la hiedra. Aquí podemos llenar las botellas con agua muy fresca. La mañana es agradable y no vamos a pasar el calor de otras rutas anteriores. 
 
Subimos las escaleras y continuamos por una senda estrecha y bien marcada con señales blancas y amarilla. No hay perdida. Poco a poco se eleva pasando junto a ejemplares de arce. 
Avanzando en algún tramo al lado de la pared del Bernia debajo de acantilados extraplomados donde la vegetación de hiedras y zarzas nos muestran que el sol apenas luce bajo estas paredes. 
Girándonos de vez en cuando vamos teniendo fabulosas vistas a toda la crestera de la Sierra, que en el camino de vuelta queremos recorrer. Alguno no se termina de creer que vamos a pasar por allí. Tiempo al tiempo. Todavía queda mucho por andar
En pendiente tenemos un paso en medio de unas rocas donde debemos utilizar las manos, pasamos al lado de una cueva o sester, pero no es el forat. Seguimos y detrás de una curva del sendero aparece un panel informativo de la Ombria del Bernia. Un poco más adelante existe otro sobre la vegetación de la zona a apenas 50 metros del Forat. En vez de ir hacia la abertura en la roca, nos desviamos por un sendero que sale por la izquierda, sin señalizar, y proseguimos recorriendo la cara norte. Vamos a la aventura, en busca de un bonito paraje que sólo hemos visto en fotos y que nunca hemos pisado.
La senda es difusa, pero fijándonos se ven las huellas de anteriores caminantes que nos llevan hasta el ejemplar de enorme tejo que ha sobrevivido milagrosamente. Continuamos por el borde de las rocas hasta ver en poco tiempo la Cova de l'Arc, inmensa cueva que tiene a su izquierda un arco de roca. Es un anfiteatro natural de una arrebatadora belleza. Primero, nos lanzamos hacia arriba por la pedrera, a pesar de que existe una senda más cómoda, pero las ansias de llegar nos corroen. Somos unos máquinas. 





Hay colocada una cuerda que nos permite acceder hasta arriba, casi tocamos el arco. Hay que tener cuidado con las piedras sueltas para no hacer empujarlas sobre el que viene detrás en la cordada.

El lugar es una maravilla para la vista. La naturaleza muchas veces te sorprende con estos rincones en los que se para el mundo.



Destrepamos ayudados de la soga y paramos a la izquierda, en la gran cueva a tomar unos frutos secos. Hay que coger fuerzas porque el recorrido es largo. ¡¡¡Espectacular paraje en el que nunca habíamos estado y merece la pena descubrir.!!!
Desandamos el camino hasta volver al panel informativo y allí hacia la izquierda para atravesar el forat. A pesar de que hemos cruzado por esta zona mil veces, cada vez que lo haces te quedas ensimismado. 


En algunos tramos hay que ir a cuatro patas para salir al otro lado de la peña. En una ocasión nos encontramos con un rebaño de cabras y ovejas descansando dentro.



La vista que se nos muestra a la salida es una de las más bellas y repetidas postales que podemos disfrutar en la Comunidad, a pesar del implacable urbanismo que infecta el litoral. 
Abajo se aprecia el mar Mediterráneo y la playa del Albir. Hay un grupo de senderistas descansando antes de atravesar el Forat en dirección contraria a la nuestra.


Seguimos por la senda, que ahora recorre la cara sur de la sierra, más protegida del viento y soleada. Nos ponemos las gorras y las gafas de sol y como por arte de magia desaparece el astro rey. Tenemos una capacidad enorme para variar la meteorología. La niebla comienza a invadir poco a poco al sierra.


Tras un largo recorrido, llegamos al Fort. Magnífica atalaya desde la que se puede contemplar una vasta superficie: a nuestros pies el valle del río Algar con un mar de plásticos hacia Callosa; y a sus espaldas las "tres sorores", el Puig Campana, el Ponoch y Aitana, en las que ahora no vemos sus cabeceras tapadas por las nubes. Al este la preciosa bahía de Altea cerrada por la sierra Gelada, Benidorm y sus skyline. 









Desde aquí hay tenemos dos opciones: seguir recorriendo la sierra a media ladera para cerrar el circuito a su alrededor; o la alternativa elegida, subir a la cima.




Desde la parte de atrás del Fort se continúa directo a la cumbre. La senda es difusa pero algún hito va señalando la forma de afrontar la subida entre arbustos y vegetación baja.




 La segunda parte es más rocosa y debemos seguir los mojones y unos puntos rojos para encontrar el paso . Hay mucha piedra suelta y con bastante inclinación. Avanzamos en zigzag superando repechos que nos colocan en el comienzo de la crestería del Bernia, por su cara oeste. La vista se abre a ambos valles, viendo a nuestro lado la Sierra del Ferrer que ya hemos recorrido en una anterior travesía. La niebla va en aumento, casi no deja verla.
Nos toca superar la cordal subiendo y bajando por enormes rocas, en algún tramo hay flechas rojas que nos facilitan la orientación. Llegamos a un paso delicado, pero está ayudado de una enorme cadena que hace de esto una diversión. A juicio de Santi parece una cadena de barco, con ésta han varado la sierra de Bernia en este idílico lugar. Continuamos y vemos que han añadido alguna soga para hacer más sencillo el cordal. ¡¡¡Que peligro tenemos con tanta soga!!!.
Por fin llegamos a una zona de sencilla senda y  vemos al fondo el vértice geodésico del Bernia, el avance se aligera al ver la meta y algo de hambre también influye en el ritmo de ataque. Sin embargo, cuesta llegar a ella.
Preciosa cima. En este momento se ha cubierto con las espesas nieblas y nos debemos abrigar.
Parada técnica para reponer fuerzas, a los pies de una cruz caída. La charla se hace amena, la comida sabrosa y entre los temas de conversación aparece el maldito colesterol.
Nuestro plan es continuar por toda la crestera hasta el Portixol y desde allí descender hasta la Fuente de Bernia. Dicho y hecho.
Así que comenzamos a destrepar la cima entre tinieblas. 
Enseguida surge un paso largo de roca, pero al asegurarlo con una soga nos hace más fácil su bajada. Patro está entusiasmado, ¿por qué no lo hemos traído antes por este itinerario? Nosotros ya lo habíamos recorrido otras tres veces, pero sin coincidir con él.
Continuamos por un sendero con trazas pirenaicas,  recorriendo la loma del Bernia, dirección al este. Tenemos otro paso complicado con algo de exposición aérea pero tiene una cadena que lo hace más fácil. La última vez no estaba, y con paso pausado y cuidadoso superamos la dificultad.

Seguimos subiendo y a ratos bajando hasta tropezar con una pequeña canal. Encajonados en mitad de la roca la solidez de la piedra da sensación de seguridad al transitar por ella.
Alguno se ha comido una pata de cabra; que está allí pelada en mitad del camino.

La ruta ahora sube a un collado y desde allí encontramos ya la canal antesala del cruce del Portixol. Su vista desde aquí es fabulosa, es un cortado gigante de inmensas paredes blancas-grisáceas que nos anuncian un tramo algo complicado donde se deben usar las manos para destrepar.
Se es consciente de estar en un sitio privilegiado, poco accesible a cualquiera y del que disfrutamos de cada segundo.
Una vez en el Portixol,(también llamada doble V) de frente tenemos el Rellotge, peñón rocoso solo apto para cuerdas y clavos; a la derecha nos bajaría a la cara sur del Bernia, hasta una enorme carrasca; nuestra ruta es hacia el norte. 
Algún hito y punto de pintura pueden ayudarnos a buscar el paso adecuado en cada momento.
Portixol

Abandonamos el collado y comenzamos la bajada hacia la izquierda. Se inicia el descenso de una pared vertical, es vertiginoso, hay que tomarlo con calma, clavar talones y bastones y para abajo. La senda se va perdiendo y llegamos a una pedrera. Una vez en ella giramos hacia la izquierda y caminamos por la falta de la sierra, paralelos a la crestera, hasta llegar a una zona de rocas grandes que nos deben servir de referencia a la hora de avanzar. Una vez aquí, la senda aparece de nuevo y se pueden ver los hitos. 
Tras el complicado y delicado descenso y tocar por fin tierra firme y plana. Si miramos hacia atrás y vemos el lugar por el que hemos descendido la pregunta es clara: ¿Por ahí hemos bajado? La pared por la que hemos bajado era el único paso posible para continuar. Desde abajo se ve la inmensa pared blanca como si fuera la de una catedral con unos cortados a ambos lados de vértigo. 

Poco a poco se va girando hacia abajo hasta llegar a la senda que hemos andado por la mañana que comunicaba la Fuente de Bernia y el Forat. Tomamos el camino de vuelta hasta la citada fuente y, de ahí, a las Casas de Bernia, en las que hemos dejado aparcado el coche. Una jornada bonita y de alta montaña, semejante a las que solemos hacer en verano en el Pirineo.



1 comentario:

  1. Joder Julián que bien te lo montas y la envidia que me das, por este bonito deporte.

    Disfrutalo mientras puedas , un abrazo, Paco

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