Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

jueves, 19 de septiembre de 2013

MONCAYO O PICO DE SAN MIGUEL (2.316 m.)

EL TECHO DEL SISTEMA IBÉRICO, DE LAS PROVINCIAS DE SORIA Y DE ZARAGOZA


Nuestra ruta en puntos rojos.
FICHA TÉCNICA-
Día: 19/09/2013
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 3 horas.
Distancia: 10 km.
Dificultad: Media.
Como llegar:
Desde Tudela, hasta Tarazona, una vez allí tomaremos la carretera que va a Santa Cruz del Moncayo y San Martín de la Virgen del Moncayo. Una vez pasemos ambos pueblos, un poco más adelante, tomaremos una pista que tras 14 Km nos subirá hasta el Santuario. El coche lo dejaremos un poco antes de llegar a él.
Desde Cariñena, tomar la carretera de Ricla y 1 km. antes de Magallón un cruce nos indica hacia Borja, seguid la carretera atravesando el pueblo, después Vera del Moncayo y un cruce a la izquierda nos indica monasterio de Veruela y Sierra de Moncayo. Se toma. En el siguiente cruce a la derecha dirección hacia la sierra del Moncayo. Recto pasamos varias fuentes y aparcamientos hasta llegar al lado del santuario en el parking de Haya Seca.


ITINERARIO: Lineal. 
Aparcamiento de Haya Seca - Santuario y restaurante de Nuestra Señora del Moncayo - Fuente  - Cruce al collado Bellido - Hoya de San Miguel - Collado de las Piedras - Cerro de San Juan (2.283 m.) - Moncayo o Pico de San Miguel (2.316 m.)

El Moncayo el 21 de diciembre de 2013 desde la Autopista Zaragoza-Bilbao.

El Sistema Ibérico es una cordillera de montañas que se extiende de Noroeste a Sureste, con unos 400 km de largura, en el nacen ríos como el Jalón, el Júcar, el Turia, el Duero y el Tajo... Está compuesto por sierras como la de la Demanda, Picos de Urbión, Sierra del Moncayo, Sierra del Javalambre, Sierra de Mira, Sierra Neila, Sierra Cebollera, Sierra de Albarracín y Montes Universales.
La Sierra del Moncayo está ubicada en el centro de la Cordillera Ibérica. Se trata de una montaña que se alza solitaria al sur del Valle del Ebro, en el límite entre las provincias de Zaragoza y Soria. La mayor cota de dicha cordillera el Moncayo, con 2.316 m.
Montaña Mágica, en la confluencia de los reinos Navarro, Aragonés y Castellano, fueron los romanos los que observando sus nieves que se perpetúan durante casi la totalidad del año le dieron el nombre de "Mons Caunus" (El Monte Cano, Blanco). Los glaciares del cuaternario han dejado huella formando tres circos glaciares: Hoya San Miguel, San Gaudioso y Morca. Espacio de alta montaña precedido por bosques en las laderas configura el Parque Natural de la Dehesa del Moncayo. Es una montaña que suele estar poblada de nubes y nieblas debido a la humedad que llega del norte, del mar cantábrico, y suele chocar contra esta increíble barrera natural.
El macizo de Moncayo consta de tres cumbres bien diferenciadas que superan los 2.000 metros de altitud; de W. a E. son: peña Negrilla o Moncayo de Castilla (2.118 m), Moncayo o San Miguel (2.316 m) y Lobera (2.226 m). A estas podemos sumar las cotas secundarias de: San Juan (2.283 m), Morca (2.273 m) y Peña Negra (2.171 m). Extiende sus cordales hacia el S.E., en la provincia de Zaragoza, con otras cimas bastante más modestas en altitud: Morrón (1.731 m), Tonda (1.498 m). Hacia poniente las laderas del Moncayo caen raudas, sin demora, hacia Ágreda (921 m). 
La inexistencia de otras cimas de altitud a su alrededor apenas comparables a la del Moncayo, la hace emerger sobre el horizonte como una montaña grande y aislada, diferenciandola perfectamente del resto de las montañas ibéricas. Esto no ocurre con las cumbres de La Demanda, de Urbión o Cebollera, que se muestran enquistadas entre las serranías. La capital de la comarca del Moncayo, Tarazona se encuentra a tan sólo 487 metros de altitud, para hacerse una idea del levantamiento de + de 2.000 metros sobre el hundido valle del Ebro.
El Macizo del Moncayo constituye una divisoria hidrológica de primer orden, ya que conduce las aguas a las dos principales cuencas peninsulares (Ebro y Duero). La importante innivación de su zona alta genera elevadas aportaciones hídricas que conforman las cabeceras de tres ríos, Queiles, Huecha e Isuela, así como afloramientos de fuentes y manantiales localizados en las laderas de las zonas medias y bajas del macizo, que abastecen pueblos y cosechas.El Moncayo es un singular enclave ecológico al conformarse como frontera entre el ambiente húmedo propio del centro de Europa y el ambiente seco propio del mediterráneo. Además, su especial ubicación le permite interceptar los frentes nubosos procedentes del Atlántico.  Es un espacio de gran diversidad biológica e importancia ecológica. En la base de la montaña se encuentran carrascales y, siguiendo en altitud, aparecen el roble rebollo, mientras que en las cumbres y circos se encuentran el enebro rastrero, sabina rastrera o piorno. Especial importancia tiene el hayedo, distribuido entre los 1.100 y 1.650 m de altitud, siendo uno de los más meridionales de Europa. Además, las laderas del Moncayo se cubren, en una altitud de entre 900 y 1.800 m, por un denso pinar de repoblación. Las especies de pino que se pueden observar son pino silvestre (Pinus sylvestris),pino negro (Pinus uncinata),pino laricio (Pinus nigra) y pino rodeno (Pinus pinaster). La variedad de ambientes existentes en el Moncayo hace que la fauna también sea rica y variada, adaptándose a las diferentes condiciones presentes. 




Ruta:

Avanzamos con el coche por los campos de Borja viendo una nube que cubre la cima del Moncayo, pero las previsiones meteorológicas anuncian su retirada al mediodía, que es cuando llegaremos. Y sopla el viento haciendo girar las aspas de los molinos. Este aire se llevará la niebla de la cima.
Se puede subir a esta montaña desde diferentes puntos, nosotros hemos optado por su cara norte, desde el Santuario de la Virgen del Moncayo.
Se puede alargar subiendo desde los merenderos de abajo.
Yo estuve en mi adolescencia, celebrando la confirmación y subí con mi hermana Maite hasta la cima. No recuerdo que fuese muy exigente el ascenso, la única imagen que conservo es del frío que hacía en la parte alta y de los refugios de piedra para hacer vivac que se encontraban allí, donde nos resguardamos para comer.
Dejamos el coche en el aparcamiento de Haya Seca y andamos por el camino de tierra para cubrir los 500 metros que nos separan del Santuario de la Virgen del Moncayo. A sus espaldas una inmensa roca silícea que sirve para practicar escalada como lo ponen de manifiesto visibles hierros que hay en sus paredes. Una preciosa vista hacia el valle. Allí vemos paneles y carteles que nos indican el camino a seguir para ascender al Moncayo.

La senda empieza desde una fuente con dos caños que está en el lateral del restaurante-albergue, atravesando una zona de bosque donde abundan pinos y arbustos de frambuesas. Enseguida llegamos a una bifurcación, a la izquierda, hacia el collado de Bellido, que desechamos. Proseguimos dando curvas protegidos por los árboles, donde no sentimos el frío, ni el viento, que los que bajan se empeñan en insistir que es muy fuerte en la cima.
Dejamos atrás los últimos pinos y salimos a terreno despejado, situándonos en la base del enorme circo glaciar de la Hoya de San Miguel o del Cucharón. Y vemos las últimas nieblas que despiden unas gotas de agua, pero con el viento desaparecen hacia el norte. 
Desde este punto, ya podemos divisar las cumbres principales del circo, el Pico de San Miguel o Moncayo (2.316 m) a la derecha y el Cerro de San Juan (2.279 m) a la izquierda. Entre medio de los dos, queda una amplia meseta.

Desde aquí se puede subir directamente al Moncayo en línea recta escorandonos un poco a la derecha y trepando por la Hoya de San Miguel, pero es un terreno con bastante inclinación y con piedra suelta. 
Nosotros optamos por ascender por el sendero de la izquierda más lentamente por un camino que sube haciendo zig-zags. 
Es una loma exigente, pedregosa, pero sin ningún peligro técnico. Dejamos la Hoya de San Miguel a mano derecha y el circo de San Gaudioso a mano izquierda. 
Vamos ganando altura por un evidente camino balizado con cairns y alguna marca de sendero de pequeño recorrido (PR), blanco/amarillo. Nos debemos tomar con calma la subida ya que en este tramo ascenderemos la mayor parte del desnivel de la ruta.
El camino nos aupa hasta el llamado Collado de las Piedras. Al sureste de este collado quedan las cimas de la zona oriental del macizo: Morcas, Lobera. 
El viento hace acto de presencia, pero el sol también le acompaña y la temperatura andando no es excesivamente baja.

Ahora nos toca avanzar hacia el noroeste en un suave paseo para alcanzar  el Cerro de San Juan con 2.279 m, las vistas son espectaculares a ambas caras, desde aquí tenemos un pequeño descenso hasta el collado que se encuentra encima del circo del Cucharón  y finalmente un pequeño ascenso hasta la cumbre principal del Moncayo o Pico de San Miguel.





Cerro de San Juan
















La cima del Moncayo y sus múltiples hitos.
En la cumbre del Moncayo nos encontraremos varios lugares preparados para vivaquear además del correspondiente buzón, vértice geodésico, cruz de la virgen del Pilar y otro hito conmemorativo en honor de una persona fallecida. Está sembrada de hitos.
Si tenemos un día despejado (nos han dicho que es  bastante difícil en esta montaña) las vistas desde la cumbre son fabulosas. Al otro lado del Valle del Ebro se pueden ver perfectamente incluso de telón de fondo los Pirineos. Hoy solo vemos una muralla de nubes que blanquean dando impresión de ser montañas nevadas.
Moncayo o Pico de San Miguel






Al resguardo del viento nos sentamos dentro de un circulo formado con tapias de piedra y comemos. No se nos ha olvidado ni el chocolate.





Salimos a la intemperie e intentamos
bajar rectos desde la cima, por la loma siguiendo unos hitos de piedra, pero se pierden y aunque parece que no tiene dificultades el descenso preferimos volver por donde hemos venido y evitar sorpresas. 
Rehacemos el sendero por el cordal de la sierra, observando marcas de GR. que antes de llegar al Cerro de San Juan se giran a la derecha, a la cara sur del Moncayo.
Continuamos hasta el collado de las Piedras y viramos  a la izquierda para descender por el camino pedregoso hasta la Hoya de San Juan. Aquí el viento amaina, caminamos al resguardo de la sierra.
En la Hoya de San Miguel comienza el bosque de pinos, frambuesas y unos arbustos que parecen de algodón rosa y que relucen con los rayos del sol.
En un recodo de la bajada vemos la imponente roca que da resguardo al monasterio y el valle cada vez más visible, con vistas infinitas a la depresión del Ebro.
Continuamos tranquilamente el descenso hasta la fuente del santuario donde bebemos un poco y al coche que queremos visitar Tarazona y a la familia en Tudela. 

sábado, 14 de septiembre de 2013

ONTINYENT- POU CLAR - BOCAIRENT

PASEO REFRESCANTE ALREDEDOR DEL POU CLAR

FICHA TÉCNICA-
Día: 14/Septiembre/2013
Participantes: Diego, Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 2 horas.
Distancia: 4 km.
Dificultad: Fácil.

Como llegar: 
Por la autovía de Alcoy, siguiendo recto subimos el puerto de Albaida y a unos 10 km. una señal nos desvía a Onteniente. Por la circunvalación del pueblo dirección a Villena y en una última rotonda indica hacia Bocairente. Es la CV 81. A unos 2 km. del núcleo urbano veremos las pozas ( a la derecha) al lado de la carretera y unos aparcamientos para dejar el coche. (Al lado del cruce a la derecha de la carretera  hacia Fontanars dels Alforins)
Por la misma ruta de Alcoy, salimos en Muro, un cruce a la izquierda que pasa por Agres, Alfafara y a continuación el cruce a la derecha a Onteniente. CV 81.
Por la autovía de Villena, cruce hacia la derecha hacia Bocairente, lo sobrepasamos y enseguida un cruce a la izquierda te lleva por la CV 81 hacia Onteniente.

ITINERARIO:
Pou dels Esclaus  - Pou Clar - Pou Gelat -  Pou de la  Reixa - Pou Fosc - Pou dels Cavalls - Pineda de Galindo - Pou dels Cavalls - Casa del Alba - Fábrica del Alba- Pou de Olleta.
  


El Pou Clar es el paraje fluvial ontinyentino más importante del municipio y alberga importantes valores naturales y paisajísticos. El río Clariano nace allí mismo y en sus primeros metros configura un ambiente con pozos excavados por el agua sobre roca calcárea conformando un paisaje singular de formas redondeadas y de tranquilas láminas de agua limpísima. 
A cada pozo le han dado un nombre, que de arriba a abajo se llaman “Pou dels Esclaus”, ”Pou Clar”, “Pou Gelat”, “Pou de la Reixa”, “Pou Fosc” y “Pou dels Cavalls”. La buena accesibilidad nos permite caminar por su ribera gozando del contraste de los colores de la roca, el agua y las adelfas, y también de un baño revitalizante en verano en las aguas más frescas del contorno.



ONTENIENTE-
Visitamos el precioso pueblo de Onteniente. Se está fresquito paseando por sus estrechas calles, y subir al campanario es solo para personas sin vértigo. Lo más destacado son:
-Iglesia de Santa María, Campanario y Capilla de la Purísima.
-Puente Viejo (Pont Vell) de 1501.
-Palacios y Casas Señoriales.
-Convento de las monjas Carmelitas (S. XVI-XVIII)
-Iglesia de San Miguel (S. XVI-XVIII)
-Iglesia de San Carlos (S. XVI-XIX)

-El Palacio de la Vila

-Núcleo antiguo de La Vila. El barrio de la Villa fue el primer núcleo urbano de Ontinyent, el cual se originó en la época islámica (s. XI-XII). En 1244, la Vila fue conquistada por Jaume I y se produjo el asentamiento de los nuevos colonos y el progresivo desplazamiento de la población morisca hacia el exterior de las murallas, las cuales se instalaron en las cuevas de la Cantereria. Este barrio medieval sufrió importantes reformas urbanísticas, entre otros factores por la devastadora destrucción que causó un terremoto el año 1258, que obligó a reconstruir murallas y casas.
El carácter fronterizo de la Vila fue decisivo porque Jaume I la llamara Vila Reial, cosa que permitió ciertos privilegios respecto a otros pueblos feudales.
Desde 1974 el barrio de la Vila esta declarado Conjunto Histórico Artístico Nacional.


POU CLAR-
Accedemos desde el cruce de la 
CV 81 con la de Fontanars dels Alforins.
La escalera desciende, atravesando un canal donde suele haber cangrejo americano, y nos baja hasta los laterales de las pozas con un agua límpida y fresca. 
Hay mucha gente lanzandose desde una altura de 3 metros o más a las pozas. Nos paramos a mirar, pero estamos más asustados nosotros que ellos, así que vamos avanzando por el lateral de las diferentes pozas para bajar por otra escalera hasta el Pou dels Cavalls. Está rodeada de adelfas, chopos e higueras.
Se asemeja a una laguna, redonda. 
Queremos ir a la pinada de Galindo, debemos descalzarnos para cruzar el río Clariano y pensamos en bañarnos, pero decidimos primero ir a visitar la zona recreativa.
Desde el Pou dels Cavalls, desde su parte izquierda,  tomamos unas escaleras que nos llevaran a la pineda de Galindo, un paraje con mesas debajo de pinos y carrascas y agua potable donde merendar o comer. Con una pequeña ardilla paseando por las mesas.
Descansamos un rato y Julián se anima, al agua. Diego le sigue, ¡¡que valientes!!!.

En el peñón a nuestras espaldas, a la izquierda, se encuentran las hendiduras en la roca o las Finestras del Pou Clar.
Hemos venido dispuestos a conocer un poco los senderos de la zona. 
Nos vestimos, nos calzamos y nos disponemos a recorrer el sendero de l'Alba, que es el que accede desde el pueblo de Onteniente hasta la zona refrescante del Pou Clar.

Cruzamos el río y por su orilla derecha avanzamos por un camino flanqueado por chopos, algarrobos, pitas, juncos...... llegamos hasta la Casa de l´Alba, y la Fábrica del l'Alba. Como siempre que hay un mas señorial y antiguo éste se encuentra rodeado de enormes pinos.
Avanzamos por un camino hasta ver el Pou de la Olleta, una poza redonda donde hay gente bañandose,  y desde allí regresamos por el mismo camino hasta el Pou dels Cavalls.


Después ascendemos por las diferentes pozas de agua. En el lado derecho se encuentran les Finestres del Pou Clar, unas ventanas cuadradas excavadas en la piedra en el peñón situado encima del Pou de la Reixa, que según los historiadores servían de graneros en la época Andalusí, al igual que les covetes dels moros de Bocairente. Y en la peña que vamos observando a nuestra mano izquierda también hay otras ventanas rectangulares.


Un baño más en todas las pozas y hacia Bocairente.










BOCAIRENTE-
Dar un paseo tranquilamente, recreándose en cada detalle del pueblo valenciano de Bocairente es un placer para los sentidos. Conserva su estructura de la época andalusí, calles estrechas, empedradas.
Pasando un arco llegamos a la plaza mayor, donde está el Ayuntamiento y una preciosa imagen de la torre de la iglesia. Y desde allí a la izquierda a les Covetes de les Moros. Excavadas en la roca, servían de granero, algunas están a 8 metros del suelo pero otras a 42. 
Conforme bajas  a la izquierda, ves en lo alto la ermita del Santo Cristo y las zigzagueantes escaleras por las que se accede a él.
Existen dos rutas por el barrio medieval publicadas por el ayuntamiento de Bocairent que pueden servir como itinerario de visita. Nosotros recorremos la ruta mágica, por el contorno del pueblo.

Pasamos al lado de las Coves de Colomer, el Puente de “Darrere la Vila”, uno de los más importantes del medievo, las huertas de la parte baja del pueblo con altos muros de piedra, la calle de aljub nos lleva por una estrecha escalera hasta la ermita de la Virgen de los Desamparados.


En todo caso no se puede dejar de visitar, la calle “l’Emboç”, una de las más emblemáticas de Bocairent, por su estrechez, si alzamos la vista hacia el cielo, parece que las fachadas de la calle acaban juntándose.
La calle Batle fue una de las más importantes de la edad media, como lo refleja el conjunto de casas señoriales que encontramos (números 5, 7, 8, 12, 24, y 28). 

En la placita de la prisión, tenemos el antiguo Ayuntamiento, lugar donde fue proclamado San Blas, patrón de Bocairente en 1632. También se encuentra en esta plaza la “Casa del Batle” del S. XVI con un balcón y puerta de módulo castellano, cornisa mudéjar y una ventana partida por un mainel de influencia toscana.
La calle de “les voltes”, al más puro estilo árabe, la de la cantería, la de la Virgen de Agosto, la de “l’Aljub” , recientemente restaurada.
Numerosas fuentes, la mayoría de ellas construidas a lo largo del S. XVIII, nos saldrán al paso a lo largo de nuestro recorrido: de “l’escaleta”, de “l’Aljub” de “l’Almaguer” incluso un aljibe medieval, excavado en la roca, todavía hoy utilizado, para la canalización del riego. Y un pequeño llavador. Precioso pueblo.