Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

sábado, 14 de diciembre de 2013

EL GARBÍ ( 600 m.) Y EL PUNTAL DE L'ABELLA (654 m.)

CIRCULAR DESDE SEGART AL GARBÍ,  POR LA CANAL


FICHA TÉCNICA- 
Día: 14/12/2013 
Participantes: Julián y Lourdes 
Tiempo estimado: 4 horas, con parada de almuerzo.
Distancia: 9 km.
Dificultad: Media-Alta
GR 10 (de Puçol a Lisboa), SL V 24.
Como llegar: Por la A7 salir de Valencia dirección a Teruel. Tomar la salida 7 de Albalat dels Tarongers, Estivella y Segart, en dirección a este último pueblo, en las afueras se puede aparcar en la plaza del Castell.
Segart - Canal del Garbí - Llosar del Garbí - Mirador del Garbí - Ermita del Garbí - Pla del Garbí - Puntal de l'Abella - Pla del Garbí - Pedrera - Segart.



El Parque Natural de la Sierra Calderona es uno de los espacios naturales protegidos más emblemáticos de toda la geografía valenciana. Este extenso territorio de 18.019 hectáreas fue declarado parque natural en 2002. Situada entre las provincias de Castellón y de Valencia, separa las cuencas de los ríos Palancia al norte y Turia al sur. La diversidad de ambientes forestales y la importancia de especies presentes cómo el alcornoque, pino, carrasca, madroño.. da a este espacio un gran valor natural.
La Serra Calderona es una de las últimas elevaciones del sistema Ibérico, presenta un relieve de altitudes medias (cota máxima 1.012 metros),  el Garbí es uno de sus picos más visitados con 600 metros de altitud.
En las estribaciones más sur-orientales de la Serra Calderona se encuentra enclavado el Garbí y la ermita de la santa Creu del Garbí. Se construyó para albergar una cruz que se colocó en dicha montaña en 1.787, por deseo del vecino Francesc Galbis, que se la encargó al carpintero Josep Sacanelles. Al acabar la cruz los hombres principales de Estivella la llevaron a la montaña del Garbí. Cuentan que al llegar allí se declaró un incendio, se vieron acorralados por el fuego, y encomendándose a la santa Cruz, ocurrió el milagro y el fuego no les afectó.
En 1.804 se construyó una ermita en el lugar donde estaba la Santa Cruz para albergarla y conmemorar el milagro ocurrido.
Disputas entre los vecinos de Albalat dels Tarongers y Estivella motivaron la retirada de los objetos sacros de la ermita, y el abandono, pasando a servir de cuadra a los habitantes del Garbí hasta su ruina absoluta.
La ermita actual fue restaurada en 1.993, copia de su original. Es sencilla, de planta cuadrada. Tres de sus paredes enrejadas, siendo una de ellas el acceso. En el interior  está la silueta de la cruz original,y se lee: SANT DEU/ SANT FORT/ SANT INMORTAL ALLIBEREUM-MOS SEÑOR DE TOT MAL.
Como curiosidad señalar que el viejo y desaparecido templo sirvió como escenario en el rodaje de la película “Dos vidas”, en 1.950.



RUTA:
Comenzamos calzándonos las botas en la plaza del Castell. Y volviendo sobre nuestros pasos, aproximadamente un kilómetro por la carretera para encontrar unas señales que hemos visto cuando veníamos en el arcén. Cuando caminamos nos giramos viendo hacía atrás los restos de la torre del homenaje del ruinoso castillo de Segart.
El poste de subida que marca el GR 10, nos indica que debemos girar a la izquierda.
El día está nublado, vemos difuminadas los farallones de la sierra con unos preciosos tonos rojizos. Caminamos rodeados de mucho arbolado, sobre todo pinar y casi desde el principio tenemos que ir remontando por encima de rocas de mediano tamaño. 
Vamos por lo que parece el cauce de un pequeño torrente y después nos situamos a la derecha, en una pequeña senda, frondosa, rodeados de muchos pinos. Poco a poco van surgiendo la carrasca y el madroño.
El camino está muy bien señalizado con marcas blanca/roja del GR 10 que nos acompañará casi todo el trayecto. El sitio cada vez se hace más atractivo a medida que nos acercamos a los que es el barranco en sí.


En apenas una media hora comenzamos a recoger bastones y a avanzar con las manos, fáciles trepadas,  un par de montañeros nos preceden y tenemos alguna cadena que permite que avancemos sin ningún tipo de vértigo. Subimos casi todo el rato por la derecha obedeciendo a las marcas de pintura de GR, muy frecuentes.
En un momento dado debemos cruzar hacia la izquierda, aquí entre dos enormes rocas hay un paso por una estrecha cavidad entre ellas. Con las mochilas casi no cabemos,  y cuando sales de la abertura una cadena te guía hasta la parte central de la canal. Una vez alzados sobre la peña los montañeros que nos seguían se prestan a sacarnos una foto sobre el resalte de  la mayor dificultad del día, pero no se aprecia la pared superada.
Seguimos el ascenso de la chimenea pedregosa poco a poco, alguna cadena más, pero ya sólo queda disfrutar de estas enormes rocas de rodeno. A nuestro alrededor tenemos muchos madroños, carrascas, lentiscos... Continuamos un rato más para conseguir llegar al buzón que se halla en el final del roquedo. Para que los supervivientes dejen constancia de su paso. 

Salimos a una zona de camino de tierra y enseguida hay que desviarse a la derecha. Nosotros vamos primero a visitar el Garbí. Caminamos deprisa ahora, es una buena senda de tierra y con poca inclinación, y charlamos animadamente. El "no se como me traes por estas canales tan peligrosas", contrasta con el sorprendente "no son peligrosas estas subidas con cadenas. Me agarro fuerte a ellas no me sueltan de ellas ni con soplete". Vera para creer. ¡Madre mía!.

Llegamos a una encrucijada donde
tenemos la carretera y un parking a nuestra izquierda, y señales de sendero local SL V 24. Nosotros vamos a la derecha. Tropezamos con la entrada y la valla de la Casa rural Garbí, y por el lateral derecho de su ancestral tapia de piedra seca avanzamos hasta desviarnos a la derecha para encontrar el promontorio pedregoso que lleva a la cima aérea del Llosar del Garbí (600 metros). Paramos a contemplar el valle, miramos por donde hemos subido a nuestra derecha, el mirador del Garbí a la izquierda, a nuestras espaldas la casa rural del Garbí, y nos sacamos unas fotos donde tampoco se aprecia la altura y estrechez de tan precaria cima. Una atalaya espectacular. Casi da más miedo que toda la canal.






Volvemos hasta la tapia y continuamos por su lateral, en el sentido contrario a las agujas del reloj,  hasta separarnos de ella cuando vemos la senda, a nuestra derecha, que va al mirador. Allí una imprescindible parada para almorzar.
Es una balconada con valla de madera y refugio en su base, desde donde se divisan grandes precipicios (cortados, peñascos). Desde ella pueden apreciarse las características rocas de rodeno que forman un espectacular balcón hacia el Valle del Palancia, el mar Mediterráneo, y lejana, la ciudad de Valencia. El cartel nos marca los picos de alrededor y nos dice que en días claros podremos observar el gran arco del golfo de Valencia: desde la Sierra de Irta hasta el cabo de Sant Antoni, el Montgó,  a veces incluso las Islas Columbretes enfrente de Castellón. Hoy no es posible, la niebla alrededor nuestra ha levantado, pero las brumas situadas encima del mar impiden la visión.
Las panorámicas hacia la ermita, a nuestra izquierda, son fabulosas. A sus espaldas divisamos todos los picos de la sierra de Espadán. Si miramos a la derecha no es menor la belleza sobrecogedora del lugar, el Llosar del Garbí, donde antes estuvimos y ahora hay una pareja, el Puntal de l'Abella, y  el Alt del Pí se suceden en riguroso orden de revista. Y al este una cantidad de cimas puntiagudas unas, redondeadas otras, cortan el horizonte.
Volvemos a reemprender viaje y bajamos a visitar la ermita. Desde allí vemos todos los pueblecitos a sus pies y los valles que rodean esta sierra. Vemos la, tan frecuentada por nosotros, autovía múdejar que separa las sierras de Espadán y Calderona, que por fin después de ver sus verdes cimas tantas veces desde abajo hoy hemos pateado.
Regresamos a la circular alrededor de la tapia, continuando el tramo que nos falta del rodeo. Vemos la preciosa casa rural y llegamos a la puerta de entrada del principio. 

Al fondo el Puntal de l'Abella.


Por la senda por la cual hemos venido llegamos hasta el collado de subida de la canal y allí vamos rectos hasta el Pla del Garbí.
Queremos subir hasta el Puntal de l'Abella y debemos salir del camino principal marcado, en dirección recta hay una senda pisada, está señalizada por hitos que te llevan por toda la crestera de la sierra. 
Cuando vamos ascendiendo observamos cerca el Alt del Pí, la cumbre más elevada de la zona, con unas feas antenas coronándola, pero desde la cima se aprecia el desnivel del barranco que hay entre ambas y que habría que bajar para luego subir hasta llegar hasta ella.
Tomamos agua, disfrutamos un rato de las vistas, saltamos entre los pedruscos admirando el retorcido pino que se mantiene vivo adaptandose al ambiente, retorciendose y agarrándose a las peñas y regresamos por el mismo camino hasta el Pla del Garbí.
En este punto está señalizada la bajada a Segart por la Pedrera con los postes indicadores, seguimos la dirección del cartel, a nuestra derecha, y tenemos muchas señales blanca/roja del GR 10.


Las vistas al valle son maravillosas, las brumas continúan al lado del mar, pero el sol luce y estamos rodeados los tonos verdosos de arboles, pinos, carrascas, madroños, algarrobos..... A nuestras espaldas se ven farallones rocosos con formas caprichosas, que nos obligan a girarnos de vez en cuando para admirar sus contornos.



La bajada por la pedrera es dificultosa, no es un descenso como habíamos pensado deslizándonos entre las piedras, sino que es un camino pedregoso donde las piedras grandes primero y pequeñas más tarde nos hacen ir pendientes de no tropezar ni resbalar.



Cuando acaban las piedras y parece lo más fácil de la etapa perdemos las marcas blanca/roja, pero como llevamos la ruta en GPS seguimos la que ha llevado algún aventurero, que nos hace bajar por varios ribazos de tierra. Hasta que al fin logramos ver de nuevo las señales del GR 10 y ya por una preciosa senda avanzamos deprisa. Pero debemos detenernos al ver la estampa montañera del Garbí, sus tonos rojizos/morados y las formas caprichosas de las molas que forman las rocas de rodeno en las cimas.

Enlazamos en una ancha senda rodeados de algarrobos de buen porte, arboles frutales y algún pino. Hasta que en una "trifurcación", hay que tomar el desvío a la derecha (señalizado) y coger una preciosa y estrecha senda que nos baja por el último barranco, de la Font, hasta incorporarnos a una gran pista, que con giro a la izquierda nos coloca en el Carrer de la Font de Segart.
Sólo nos falta descender por el pueblo, por el lavadero y su fuente, la plaza del Ayuntamiento, la iglesia y de nuevo en la plaza del Castell. Espectacular ruta, por una sierra que ha sido todo un descubrimiento para nosotros. Pronto pararemos a recrearnos en algún otro rincón de la Calderona.

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