Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

miércoles, 11 de febrero de 2015

CARCHE (1.372 m.) y MORRA DE LA MINA (1.329 m.)

POR LA CARA NOROESTE DE LA SIERRA DEL CARCHE


FICHA TÉCNICA-
Día: 11/02/2015
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 4 horas y media.
Distancia: 15 km.
Dificultad: Media.
Como llegar: Por la autovía Elche hasta Aspe. Dirección a la Romana, giro a la izquierda, La Romaneta y, cruce a la izquierda, hasta Pinoso. Dirección a Yecla. En unos 6 kilómetros el cruce a la izquierda, a Jumilla. Por la MU-15-A entre el km. 7/8. A bodegas Carchelo y rectos hasta sobrepasar la Casas de la Rosa y aparcar en Salinas de la Rosa.

ITINERARIO:
Salinas de la Rosa - Puntal de la Rosa - Morra Alta - Cerro del Quemado - Collado del Pozo de la Nieve - Carche o Madama - Collado de la Morra de la Mina - Sima de la Mina - Sima de las Grajas - Morra de la Mina - Collado de la Morra de la Mina - Collado del Pozo de la Nieve - Pozo de Nieve - Barranco y Pino de Omblanquilla - Barranco de San Cristobal - Cuesta Colorada - Salinas de la Rosa.


El Parque Regional de El Carche es un macizo montañoso de interés geomorfológico, paleontológico, botánico y faunístico. Abarca una extensión de 5.942 hectáreas, perteneciente a los municipios de Jumilla y Yecla. Recoge toda la superficie de los montes públicos de la Sierra de El Carche y Cabezo de la Rosa, parte del Monte de las Pansas y diversas áreas cultivadas.

Además de un paisaje espectacular, en esta ruta podemos ver como el hombre ha ido dejando su impronta en el parque, hay catalogados hasta 11 enclaves arqueológicos en el interior y la periferia. 

Los materiales Cretácicos que se pueden encontrar en esta sierra están constituidos en su mayoría por calizas (beige), calizas margosas, areniscas,margas y dolomías masivas; éstas ultimas en su parte mas alta. En esta sierra se encuentran un gran número de cavidades constituidas por calizas dolomíticas y dolomías grises.
En la Morra de la Mina encontramos la Sima de las Grajas. con un recorrid de 18 m.y un desnivel de  45 m. y la Sima de la Morra de la Mina I con un recorrido de 38 m. y desnivel de 11 m.

La Sierra del Carche es el techo del altiplano Jumilla-Yecla ya que tiene 1.372 metros de altura sobre el nivel del mar. Es la 18ª cota altimétrica de la región siendo vértice geodésico de primer orden. Se encuentra en el Noreste de la región formando parte del término municipal de Jumilla, que junto a la Morra de la Mina de 1.361 metros y las Capurullas de 1.3  forman una impresionante crestería.
Accedemos por cualquiera de las dos carreteras, según queramos subir por el Sur o Norte de la sierra,  que comunican Jumilla con Pinoso, desde las que numerosos caminos y pistas forestales nos acercan hasta la sierra. 


RUTA:
Nos hemos acercado hasta este rincón para ver si queda nieve, pero hay 6ºC  y no se ve blanquear las cimas. No llevamos crampones, pero no nos van a hacer falta.
Comenzamos en el Salero de la Rosa, a las puertas de la explotación salinera. Antes del comienzo de la valla de la empresa, a la izquierda surge un pequeño sendero en ascenso entre el bosque de pinos. Por aquí ascendemos poco a poco.


Al principio oímos los ruidos y vemos los humos de la fábrica salina, pero enseguida la senda serpentea entre una pinada y solo quedan a nuestros pies imágenes de las diferentes balsas salineras que embellecen el paisaje con sus tonalidades azuladas.
Hacia el alto se ven las cimas que pretendemos hollar encapotadas.





A la izquierda está el barranco de Los Alejos, paralelos a él vamos ganando altura, hasta que llegamos a la pista ancha de tierra. La atravesamos, rectos, para continuar con las señales blanca/amarilla de un poste de madera que nos guía. Se ha borrado hacía donde sube, pero nos imaginamos que pondría el Carche.


La senda transcurre jalonada de múltiples hitos de piedras, altos, más pequeños.. pero ininterrumpidamente surgen cairns. Está muy bien señalada esta ruta, se lo han trabajado.

El sendero es exigente, tiene desniveles importantes que enseguida nos hacen parar a quitarnos ropa. El sol comienza a calentar sin piedad detrás de las tres cimas más altas del Carche: La Madama o Carche, la Morra de la Mina y Las Capurullas. 

Estamos casi enfrente de ellas, en el Puntal de la Rosa.
Continuamos la aproximación a la Madama por la  crestería de alrededor de los 1.000 metros que transitamos. Se sitúa al otro lado de la carretera del barranco del Infierno, que es la que nos separa del cordal más alto de la sierra del Carche. 
Las vistas son impresionantes, pero el día parece que esta cambiando. Cuando nos alzamos sobre la cima de la Morra Alta, de 1.018 metros de altura, tenemos vistas hacia la cara Norte de la sierra y los valles, y las nubes lo invaden todo. 

Las pequeñas rachas de viento van trayendo nieblas a nuestro sendero. Que cada vez circulan con más frecuencia.

Disfrutando de la preciosa senda avanzamos por todo el collado y salimos a la pista ancha del barranco del Infierno. Debemos parar a recargar las pilas del GPS que con el frío no duran nada.

Apenas caminamos hacia la izquierda unos metros por ella para abandonarla por la derecha. Hay un cruce que a la izquierda señala el PR JU 3, lo desechamos. Si fueramos rectos continuaríamos por la pista. Nosotros  tomamos una senda/atajo, que en pocos pasos nos deriva de nuevo hasta la pista. 
Quedan unos restos de nieve/hielo. 


Unos metros más adelante de nuevo otro cruce señalizado con un gran hito de piedra, a la derecha, nos conduce por una zona de minas abandonadas, donde hay varias zanjas, pero de poca profundidad, hasta coronar el Cerro del Quemado, de 1.309 metros de altura. Ya hemos hecho lo más duro del trayecto.
Y las nieblas terminan por invadirnos.
Desde este sendero surge una pista un poco más ancha que nos enlaza con el Collado del Pozo de la Nieve. Es un tetracruce. A nuestra derecha la pista ancha del Barranco del Infierno. Enfrente la subida al Carche. Hacia la izquierda se baja a la pista de la Curiosa, al Sur de la sierra y que hemos recorrido muchas veces. Y el de nuestra salida.

Ya está cerca la meta.
Iniciamos la última etapa por la pista del Carche, rectos, pero enseguida vemos un sendero a la derecha y abandonando el carretil lo tomamos para subir en poco tiempo este último desnivel de 100 metros por un sendero precioso.
Tenemos vistas a la umbría, pero las nubes corren muy deprisa desde el Noreste, el cielo está muy encapotado y se tapan los valles.
La llegada a la cima está precedida por el feo sonido de la hélice y la visión de antenas, hierros y el refugio.

Al resguardo de una caseta nos abrigamos y almorzamos no hemos tomado nada en toda la subida y tenemos sobre todo sed. Las fotos de rigor y decidimos ir a ver las simas. 
Bajamos por el lado opuesto al que traiamos de subida, pasamos al lado del refugio, en su suelo hay unas colchonetas que dan grima, y no tiene puerta. Pero si obliga el frío, estas protegido del viento. 

Descendemos unas escaleras hasta el rellano que hay al final de la pista, es el Collado de la Morra de la Mina, y continuamos rectos hacia el Oeste por el cordal. Se ve la traza del sendero y tropezamos con dos señales de peligro, primero, la de la sima de las Grajas,  y después, de la sima de la Mina. 
Al lado del último de los carteles, tumbado, se encuentra la cavidad de una sima, es la de la Mina. En apariencia no tiene mucha profundidad, pero cuenta con 11 metros. Está algo cerrada con una roca en medio y no impone tanto respeto como la que vamos a visitar en lo alto de la Morra.
Por el lateral ascendemos a la colina, vamos al fondo. A pesar de que hemos estado varias veces nos sigue sorprendiendo. Caminamos por un sendero con piedra, matorral, hierba y, de repente, al fondo se eleva una pequeña colina de arena, unos enormes ejemplares de pino, carrascas y en medio una gran grieta alargada. Impresionante.
Según el grupo Hinneni de Jumilla, que la han explorado, la boca es de 25 metros de largo 

por más de 2 metros de ancho. La sima es una diaclasa limpia desde la boca hasta el fondo. Tiene un desnivel máximo de 45 metros, manteniendo la anchura de la boca de la entrada hasta el fondo. Son necesarias técnicas de sólo cuerda desde el principio, debiendo llevar mucha precaución en las maniobras cerca de la boca por el riesgo de caídas. 
Con un desarrollo total de 63 metros y un desnivel de - 45,50 metros, es una sima peculiar. La luz exterior llega hasta el fondo por su verticalidad. En el exterior se aprecian montones de tierra rojiza.


Muy recomendable su visita a todo el que se acerque a esta cima. Eso si, con cuidado, no hay barandillas ni nada que lo señale. Es un peligro en un día muy nublado.
Después de observar la sima, lo que nos permite el vértigo, volvemos sobre nuestros pasos hasta el alto de la Morra de la Mina, de 1.361 metros. El día está levantando y podemos ver la cima más alta, el Carche o Madama, afeada con sus numerosas antenas.
Y desde allí descendemos y luego una pequeña subida que cuesta un último esfuerzo hasta el Collado de la Morra de la Mina donde se encuentra un rellano en el final de la pista. 
Una última parada para ver si existe la posibilidad de bajar rectos, por la cara Norte de la sierra. Desechamos la posibilidad, no se ven hitos ni caminos.

Por la pista de tierra descendemos rápidamente hasta el Collado del Pozo de la Nieve. Giramos a la izquierda para internarnos en la umbría del Carche. Desde el sendero vamos mirando a la cima intentando descubrir algún oculto sendero que baje directo, pero no vemos señales ni hitos. 
Después de una casa en ruinas llegamos al Pozo de la Nieve. 
En la zona más sombría de la sierra se encuentra este vestigio, medio en ruinas,  de una época pasada en que se recogía la nieve, se aplastaba, y con los bloques de hielo que se formaba se vendía en los tórridos veranos. Este es unos de los aprovechamientos de la sierra desde antiguo. Los otros dos eran, el aprovechamiento de la grana, un insecto que vive en la coscoja y con el que se hacía el tiente de color “grana”, que es el de la bandera regional de la Región de Mur, y de la leña y la madera.
Nosotros proseguimos por el barranco que va paralelo a la crestería del Carche. En un rincón quedan restos de la nevada, apenas unos copos han quedado al resguardo de la umbría.




Caminamos mirando si vemos hitos que suban por la cara Norte, pero no los hay o no los apreciamos. Vamos avanzando disfrutando de cada árbol, de cada pino, carrasca, romero, musgo.... En suave descenso vamos teniendo panorámicas de la Madama, de la Mina y de las Capurullas. 
Desde este sendero llegamos a la pista del Barranco del Infierno. Pero solo la atravesamos recta para retomar un magnífico sendero al lado del barranco del Omblanquilla. Los ejemplares de pino son desmesurados, imponentes... Vamos disfrutando de ellos y de las panorámicas que se abren a nuestra espalda, la sierra está verde y frondosa.

Llegamos de nuevo  a una pista entre unas pequeñas minas cerradas con vallas, y un inmenso pino que dicen cayó por un vendaval y lo conservan en una orilla del sendero. 


Es el pino y el paraje protegido del Omblanquinal. Este bonito rincón está especialmente protegido por su flora
Nos quedamos contemplando la enormidad del pino, el diámetro de sus ramas....


Desde  la pista, cruzamos rectos y la abandonamos nuevamente para adentrarnos en la última parte del itinerario.


Es complicado caminar por el Carche y no tocar pista, pero hemos conseguido no pasar de un kilómetro, aproximadamente, y transitar siempre por senderos, antiguos y maravillosos.
Pero hay que ver la necesidad de estos cortafuegos, en caso de incendio son muy necesarios para conseguir llegar a todos los rincones de la sierra. Los murcianos son expertos en conservar sus pinadas. Las cuidan muy bien.
La senda tiene un terrible declive, baja en picado para volver a entroncar con una pista. 
Contrariamente a lo que pensamos el GPS dice que debemos girar a la derecha, caminar al lado del barranco de San Cristobal para que después de una curva nos situemos casi a su nivel y con un viraje brusco a la izquierda comencemos a avanzar por su cauce seco. Hacia abajo.
Está bastante cerrado por la vegetación y tiene algún destrepe, pero muy sencillo.
Solo hay que tener cuidado con las ramas de los pinos y maleza que no te los lleves por delante.
Cuando llegamos a la altura de un dique surgen de nuevo los incesantes hitos de piedra. Igual debiamos haber venido por arriba.
Nos giramos a la izquierda y proseguimos un rato, un segundo dique de contención y salimos a una finca agrícola con almendros. Empieza uno a florecer, pero con poca fuerza.
Continuamos hacia la izquierda y en vez de seguir por el cauce nos vamos rectos a buscar un valle de tierras rojizas, la Cuesta Colorada. De fondo los colosos del Carche nos miran orgullosos.

Mirando hacia atrás tenemos una última imagen de la sierra antes de despedirnos de ella y llegar a la salinera en las Salinas de la Rosa, que debemos superar por el lateral, por un sendero de tierra en la base de la sierra. Cuando salimos vemos un cartel que pone prohibido el paso. Igual deberiamos haber venido un poco más altos, pero hemos seguido al GPS.
Hay constantemente camiones y coches entrando y saliendo. Nos cambiamos y abandonamos este impresionante enclave.

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