Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

domingo, 31 de mayo de 2015

SIERRA DE CREVILLENTE: LA VELLA (838 m.) POR LA CARA SUR.

POR LA CARA SUR DE LA SIERRA DE CREVILLENTE


FICHA TÉCNICA-
Día: 31/05/2015
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 2 horas y media.
Distancia: 8 km.
Dificultad: Media.
PR CV 279, 108109.
Punto de inicio: Por la autovía hacia Crevillente, entrar en el pueblo y por el lateral del Ayuntamiento girar a la derecha. Se cruza un puente y por la orilla izquierda del barranco se avanza. Enseguida veremos marcas blanca/amarilla que nos guiaran hasta els Pontets. Continuamos por el carretil de tierra un kilómetro aproximadamente y antes de una cadena aparcamos.
Wikiloc:http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=9825868 

ITINERARIO:
Parking las Canteras - Rambla del Castellar- Cruce del PR CV 109 - Barranc de la Barbereta -Paraje Pouet de la Mèl - Barranc del Alquitrán - Collado del Campanar - La Vella - Cruce del PR CV 109 o Senda Dolça - Pas del Soldat - Pí de l'Alivio - Cruce del PR CV 109 - Rambla del Castellar - Parking las Canteras.


La Sierra de Crevillente, situada en las Cordilleras Prebéticas, es una alineación montañosa que se extiende de Suroeste a Nordeste entre el río Vinalopó y la Sierra de Abanilla, por los términos municipales de Crevillente, Hondón de las Nieves, Hondón de los Frailes, Albatera y Aspe. Presenta fuertes pendientes, y está constituida esencialmente por calizas blancas liásicas y jurásicas sobre el Tríasico-Alpino.
Esta sierra, a pesar de tener una altura modesta, que apenas sobrepasa los 800 metros en sus cotas más altas, tiene un aspecto de mayor envergadura, al estar rodeada de zonas llanas que acentúan sus escarpadas pendientes y abruptos contornos producto de la erosión.
Contemplaremos las diferencias morfológicas y botánicas de las vertientes y Sur y Norte  de la Sierra, es decir, entre la Solana donde apenas hay arbolado, solo matorrales, y la Umbría que cuenta con frondosas pinadas.



RUTA:

Otras veces salimos desde el aparcamiento al lado dels Pontets pero el tramo final de pista de tierra se nos hace un poco largo y como hoy solo pretendemos dar un paseo dominical de unos 6 km., continuamos con el coche por el camino. Una vez sobrepasados els Pontets, pasamos una casa, un cuco o choza de piedra a la izquierda y al llegar al lado de unas cadenas aparcamos en una curva un poco ancha.

Hay 20º, a pesar de que ayer hubo tormentas. Comenzamos por un carretil con tierra rojiza, con señales blanca/amarilla del PR CV 108 y este lo abandonamos al salir a una pista que tomamos a la derecha. Es un camino ancho de tierra que en curvas nos acerca hasta el cruce del PR CV 109, cuyas señales llevamos, y que en una sombría curva gira a la derecha para subir por  la Senda Dolça.
Hay un par de señores disfrutando de lo mejor del sol, la sombra.
Volveremos por aquí, pero ahora continuamos rectos al lado del Barranc de la Barbereta.
Enseguida el GPS nos marca el giro a la izquierda, atravesamos el lecho del río y nos situamos en la orilla izquierda del Barranco del Alquitrán. Caminamos por la falda de la montaña, la senda avanza por el filo de la rambla.
El cauce va adquiriendo más profundidad y nuestra angosta senda va bordeando el desfiladero. Hay que ir con cuidado porque hemos ganado bastante altura, pero clavando bien los bastones y afianzando las botas lo superamos sin problemas.



Llegamos al collado del Campanar. Tenemos imagenes hacia todos los puntos cardinales:  San Caietá, el Raig; se ve un poco la antena de la Vella; el peñón rocoso del Campanar; y el barranco del Quitró que hemos recorrido. Un trago de agua y para arriba.

La cuesta es exigente, medio kilómetro y 200 metros que tenemos que afrontar. La zona es abrupta, atravesamos roquedos, todo ello rodeado de vegetación mediterránea. Lo más sorprendente son las impresionantes vistas conforme ganamos altura, de las comarcas del Bajo Vinalopó y de la Vega Baja, destacando son su tono azulado el Pantano de Crevillente, el Parque Natural del Hondo, pero el Mar Mediterráneo hoy no es posible ver, una franja de brumas lo tapa por completo.

Muy bien señalizada con hitos de piedra, la senda nos sube casi rectos, debemos usar las manos en varios trechos de roquedo, pero sin peligro ninguno, hasta que detrás de los espartos en flor vemos el vértice geodésico y salimos al sendero que recorre la crestera, un giro a la derecha y coronamos La Vella o pico Crevillente como  le llaman en algunos mapas.

Las vistas están algo difuminadas por las nieblas bajas que nos rodean a una cierta distancia, no se ve el mar, ni se ven las sierras al Norte de Alicante, pero sin embargo si podemos observar las sierras más próximas, como el cordal de la Sierra de Crevillente en toda su longitud. Desde esta atalaya se percibe la falta de lluvias que hace que los tonos ocres predominen entre la vegetación de las montañas que nos rodean.
Trago de agua, fotos de cima y en marcha.

Tenemos unos pocos metros de asfaltado, y giramos a la derecha para internarnos por una estrecha senda del PR CV 109. Si continuaramos por el asfalto bajaríamos a Hondón, en la cara Norte de la sierra. Sin embargo nosotros vamos a volver por la cara Sur.
Enseguida hay una bifurcación que no tiene ninguna consecuencia, si tomamos el sendero de la izquierda llegaríamos a un alto con una estación de metereológica de medida de lluvia, nosotros vamos rectos y a una menor altura seguimos el cordal, en dirección al Puntal de Matamoros que se ve al finalizar las peñas.
En pocos metros se unen los dos senderos transitando juntos por el PR CV 109.

Es casi todo en llano o descenso, así que avanzamos deprisa, llegando a una encrucijada. Hacia la izquierda La Vella, y hacia la derecha Casa del Tio Mariano. Hacia abajo no señala nada, sabemos que baja hacia Crevillente, no será por la cantidad de veces que hemos pasado de aqui desechandola. Pero el GPS dice que no, y donde hay GPS no manda marinero, ni capitán.



Continuamos rectos hasta un pequeño bosquete de pinos. Y giramos hacia la derecha para retomar el sendero que habíamos obviado antes. Una señal nos marca que esta es la famosa Senda Dolça,  que por fin conoceremos.

Caminamos por una frondosa senda, entre que es en bajada y que vamos cubiertos por la sombra de los arboles, es una delicia pasear por este paraje. Una parada para comer una fruta y nos pasan 2 muchachos y nada menos que 5 chavalas corriendo. ¡Las chicas son guerreras!
Reemprendemos la caminata en descenso, el primer tramo discurre por una  idílica senda estrecha entre pinos, es una antigua ruta de leñadores.
Pero llegamos a un collado, el conocido Pas del Soldat, donde la senda se abrirá a la solana y la vegetación se reducirá a una más sobria, de espartos y hierbas aromáticas. Presenta una pendiente considerable primero de lejas de piedra y más adelante de roca suelta y tierra con piedrecitas donde hay que tener precaución ante un posible resbalón.



Vamos girando poco a poco a la derecha hasta encontrar un árbol solitario y de destacado porte respecto al resto de vegetación. Es el Pi de l’Alivio, un pino solitario, en su base hay unas piedras lisas muy bien colocadas para sentarse a descansar a la sombra y contemplar el paisaje.
Una vista excelente al Collado del Campanar y la senda de la sierra por la que hemos ascendido a la Vella.

Proseguimos descendiendo hacia la derecha con las marcas del PR CV 109. Vemos un cruce a la izquierda que baja bruscamente hasta la cabecera del barranco del Castelar, recto, para llegar al coche que lo vemos al fondo, al lado de las casas de campo. Pero lo desechamos.









Continuamos por el PR al lado de un pequeño barranco, de cara al collado del Campanar y el barranco del Quitró que hemos subido a la ida.
Desde aquí salimos a cruzarnos con la pista, hay unos muchachos a la sombra y nos dicen que van a comenzar ahora, nos parece demasiado tarde, hace calor.
Giramos a la izquierda por la misma pista ancha de la ida, avanzando con rapidez.



Al cabo aproximadamente de 10 minutos de descenso por la pista encontramos un poste, giramos a la izquierda. Por una senda de tonos rojizos llegamos a la primera casa. Vemos a la izquierda una cadena cerrada y continuamos rectos hasta otra cadena, ésta se encuentra caída, y al lado está aparcado nuestro coche.
Desde esta perspectiva vemos la senda que hemos bajado, a la izquierda, en tono casi blanco y el abrupto Barranco del Castellar a su derecha.
Perfecta ruta para estirar las piernas un par de horas, y disfrutar de la preciosa montaña crevillentina.
Volveremos.






domingo, 24 de mayo de 2015

RUTA DE LOS MONASTERIOS: DE AIGÜES VIVES A LA MURTA POR EL PAS DEL POBRE.

ETAPA FINAL DEL GR 236,  LA RUTA DE LOS MONASTERIOS VALENCIANOS


FICHA TÉCNICA-
Día: 24/05/2015
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 5 horas.
Distancia: 17 km.
Dificultad: Media.
Punto de inicio: Desde la autovía Albacete-Valencia, salida en Alzira, llegar al pueblo y por la Avenida Luis Suñer llegar a la última rotonda. Tomar la segunda salida que por el lateral del pueblo te conduce hasta la carretera de la Murta.
Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=9767855 

ITINERARIO:
1 día-Convento de San Jeroni de Cotalba.
2 día-Convento de Aigües Vives - Barraca de Aigües Vives - Camí de l'Assagador - Pas del Pobre de la Solana de la Vall d'Aigües Vives - Collado de la Serra les Agulles - Font Nova - Casa del Roig - Pas del Pobre de la Solana de la Casella - Collado de la sierra de la Murta - Puente de Felipe II - Monasterio, capilla y jardín de Santa María de la Murta - Bassas de la Murta - Acueducto - Font de la Murta - Acueducto - Bassas de la Murta -Monasterio y Puente de Felipe II - Caseta de Control - Camí de la Murta- El Respirall.


RUTA:
Ya hemos visitado los 5 monasterios del GR 236, el de Aigües Vives y de la Murta no se pueden ver por dentro. En los de Santa María de la Valldigna y del Corpus Christi de Llutxent es visitable su interior y ya hemos estado en ellos, pero nos quedaba pendiente el de San Jeroni de Cotalba y vamos aprovechar que pasamos al lado para entrar en él.
Iniciamos el fin de semana  yendo en coche hasta el Monasterio de San Jeroni de Cotalba, al lado del pueblo de Alfauir. Por la autovía Alicante-Alcoy-Valencia, después del pueblo de Aielo de Malferit, un cruce a la derecha en dirección a Gandia nos lleva por la CV 60 hasta  la salida de Rótova, obviarla y continuar hasta la siguiente,  un cartel marca la dirección al monasterio.
Llegamos a una rotonda y giramos a la izquierda para atravesar la CV 60 por encima y desde allí entrar al monasterio por una estrecha senda, por un túnel de arboles.
Los horarios de visita son muy reducidos, solo en fines de semana. San Jeroni de Cotalba se conservó gracias a la familia irlandesa Trénor, que lo compró y la restauró con mucho gusto. Solo lleva abierto al público 10 años.
Es un placer pasear por el claustro gótico-mudéjar en cuyo interior un aljibe y numerosos  caños, la iglesia, la escalera de piedra de estilo gótico-flamígero, el refectorio, la almazara, la caballeriza,  el jardín romántico francés, el acueducto tan bien conservado... aquí se crió el gran poeta valenciano Ausias March.



Al día siguiente emprendemos la cuarta etapa de la ruta de los monasterios. Lineal.





Vamos a comenzar la ruta montañera en el Monasterio de Aigües Vives, inmenso edificio que fue adquirido por la Generalitat Valenciana pero que no fue rehabilitado y va sintiendo el paso del tiempo sobre sus muros sin que nadie le ponga remedio. No se puede visitar, hemos estado varias veces y siempre está cerrado.
El paraje es espectacular, las adelfas enmarcan el convento.

Tenemos las señales del GR 236 delante de su fachada y comenzamos a caminar por un sendero flanqueado de flores, paralelo a la carretera, CV 50 que une Alzira con Tavernes de la Valldigna. Por  aquí pasaba una línea de ferrocarril y queda alguna pequeña estación.
Apenas unos metros y debemos girar a la derecha para cruzar la carretera y situarnos al otro lado. Este camino sigue por la antigua vía del tren, va adentrándose en diagonal, alejándose del asfalto, entre casas de campo verjadas con arboles frutales, campos de naranjos, mandarinos.... 
 
Estamos enmedio del valle de Aigües Vives, a la derecha tenemos la Serra les Agulles y a la izquierda una cordillera que apenas llega a los 300 metros de altitud, pero con arbolado frondoso y preciosos barrancos en la umbría.
Llegamos a las afueras del pueblo de Barraca de Aigües Vives, hay un pequeño edificio que parece la antigua estación del tren, rehabilitada, no hay ningún cartel que lo
indique, pero estamos en la Calle de la Estación.

Enseguida llegamos a un cruce, a la izquierda está la hilera de casas del pueblo,  a la derecha tenemos el Camí de l'Assagador que es el que tomamos.
Un cartel nos señala el GR 236 y nos dice que nos encontramos a media hora del inicio del Pas del Pobre. Nosotros pensábamos que el Paso del Pobre era el paso de la Murta al valle de la Casella. Pero según esta señal el Paso comprende los dos collados que debemos remontar, el de la Serra les Agulles y de la Serra de la Murta.
 

Vamos caminando entre casas de campo con sus pequeños huertos de naranjos, nísperos, flores, sembrados de tomate, pimiento que ya van naciendo... Y vamos en dirección a la Serra les Agulles.
Tenemos una bifurcación, con  indicación del poste del GR 236, hacia la izquierda. Continuamos igual por un carril asfaltado que sirve para los habitantes vayan a sus casas, pero hoy domingo por la mañana solo se ven ciclistas y corredores haciendo deporte por la zona.
Volvemos a encontrar otro cruce, donde giramos a la derecha. Ya va cambiando el paisaje solo hay campos inmensos de naranjos y a nuestra izquierda hay una zona boscosa de pinar.


Vamos acercándonos a las cimas más altas de la Serra les Agulles, pero con una brusca curva vamos por un lateral a buscar un sencillo paso hacia el Norte, por donde atravesarla. Y encontramos un nuevo poste indicador, estamos en el Pas del Pobre de la Solana de la Vall d'Aigües Vives. A nuestra derecha una casa en ruinas y un enorme ejemplar de algarrobo. 
Aquí está la dificultad de la ruta, apenas cabe una persona en la exigua senda, invadida por la maleza y faltan las señales. Nos internamos en ella y al poco rato de esquivar matorrales sale al lado de una finca de arboles frutales. Por su lateral avanzamos hasta encontrar un hito de piedras a la izquierda, hacia el monte, que marca la continuación de la angosta vereda. Cuando nos subimos notamos que venía un difuso sendero entre la broza, pero creo que es mejor nuestra alternativa, el otro está demasiado cerrado.
La senda algo pedregosa nos va alzando por medio de zigzags. Vamos teniendo amplias panorámicas de todo el Valle d'Aigües Vives, un valle rebosante de color, el verde predomina.
Hacia el Sureste distinguimos las antenas del Montdúver, el Penalva y la Sierra de Toro. Hacia el Oeste se ve el Monasterio d'Aigües Vives, en la lejanía. Vamos situándonos a la altura de los picos de la Serra les Agulles. El día está encapotado, las brumas marinas, tenemos alrededor de 25º y mucha humedad. Lo habitual en esta parte de Valencia. Calor pegajoso.

En poco tiempo nos situamos en el collado de la Serra les Agulles, y vemos ambos valles, del de Aigües Vives nos despedimos, para centrar nuestra atención en el de la Casella. Desde aquí vemos la cordillera de sierras de la Murta y de Corbera paralelas a esta, vemos las Orellas d'Ase y detrás surge timidamente el lomo del Cavall Bernat. E intentamos descubrir el siguiente collado del Paso del Pobre en la Sierra de la Murta. Hay cerca lo tenemos. Una parada para reponer líquidos y en marcha.

Enseguida notamos el cambio de vegetación, en esta vertiente más sombría abundan los madroños, carrascas, lentiscos, más flores...
Vamos de cara al Valle de la Casella y justamente enfrente tenemos el Barranco Negro que es el que hay que superar para colocarnos en el collado de la Sierra de la Murta.
La senda comienza en descenso vertiginoso, pensamos que mejor bajar que subir por aquí.
Caminamos entre las paredes de dos sierras, la de la Murta y Corbera a la izquierda, podemos observar el peñón que forman las Orelles d'Ase, y la de les Agulles a nuestra derecha por cuyo lateral se desliza la preciosa senda que estamos andando.
El sendero va directo hacia la cabecera del arroyo de la Casella y mirando hacia atrás se ve el final del valle y el pueblo de Alzira se intuye, las nieblas nos limitan hoy las vistas.

Y después en suaves serpenteos vamos llegando al fondo del valle de la Casella. Pero un profundo barranco se interpone entre las dos orillas del valle y para sobrepasarlo debemos girar hacia la derecha y subir un buen trecho hasta descender al barranco y poder cruzarlo. 
Por el camino hay  una vegetación exuberante,  formada de pinos, carrascas, palmitos, madroños, higueras, flores.... un rincón excepcionalmente verde y frondoso.

Oímos por el otro lado del barranco voces, y ruido de coches, pero sobre todo se oyen disparos, recordamos que hay un campo de tiro en la zona.

Transitamos ya mas bajos y cruzamos el cauce seco de la Rambla de la Casella.



En ese punto encontramos la Font Nova o Monte de Propios. Hay un par de piletas secas y una fuente verjada que no tiene agua o al menos no se ve.
Un par de fotos y nos dirigimos hacia arriba por una rústica escalera de piedra preparada para ascender más cómodamente.

Salimos a la carretera que une Alzira con el parque de La Casella, este último esta muy cerca, a la derecha, es una zona con merendero,  ciervos, e inicio de múltiples excursiones hacia la sierra de Corbera.
Giramos a la izquierda.
Los tiros siguen en aumento y vemos carteles donde se anuncia que en el lateral de la derecha hay un campo de tiro. Pero es exagerada la cantidad de disparos, parecen de ametralladora, ¿será tiro al plato?, no se oye el ruido de la porcelana al romperse.

Caminamos en dirección a Alzira y las estampas de la vega donde predomina el verde de los naranjos, de las sierras que enmarcan este valle y al fondo la ciudad son magníficas. 
Nos sobrepasan un par de motos con policías, ahora nos explicamos la cantidad de disparos, tienen que prepararse para manejar las armas y adquirir destreza en su uso.


Avanzamos muy deprisa y vamos llegando a lo que creemos que es el obstáculo  a superar, el Barranco Negro, pasamos al lado de la Casa del Roig y en 50 metros un cruce a la derecha nos marca la continuación de la ruta.



Es el Pas del Pobre de la Solana de la Casella. Hacemos una parada para recuperar líquidos y en marcha.
Debemos afrontar la mayor subida del día, tiene un tremendo desnivel, pero ninguna dificultad técnica. El único problema es que hace un calor húmedo y pegajoso, pero al lado del mar ya se sabe.
El barranco tiene arbolado, primero de  pino,  carrasca, madroño y después matorral bajo que en algunos momentos nos cubre por completo, incluso vemos murta que da nombre al valle al que vamos a pasar.

Vemos hacia arriba gente en el Collado y que se dirigen hacia las Orejas d'Ase. Y es que desde el Collado del Pas del Pobre si nos dirigimos a la derecha hay una senda en principio difusa, pero más tarde señalada con frecuentes hitos que nos lleva al alto del Barranco Negro y desde allí hay una preciosa excursión a les Orelles d'Ase o hacia la Creu del Cardenal.
Poco a poco vamos remontando la cuesta, el sendero zigzaguea para subir con menos esfuerzo. Está muy bien señalizado el paso con marcas blanca/roja.


Pendiente exigente y en pocos metros conseguimos llegar hasta el collado que hemos visitado en otras ocasiones y siempre nos quedabamos con las ganas de saber que había al otro lado. Objetivo conseguido.
Nos encaramamos sobre el fabuloso collado donde las vistas a la loma del Cavall Bernat y su cima, la cruz de la Creu del Cardenal destacan en el horizonte.


Desde esta atalaya observamos al fondo el valle de la Murta y el monasterio del mismo nombre, otro edificio que no se ha rehabilitado y se encuentra en pésimo estado. Pero su imagen señorial desde lo alto es impactante.
Retomamos la senda y vamos descendiendo por ella, con paradas para observar la cabecera del valle de la Murta, presidida por la Creu del Cardenal y el Cavall Bernat, tantas veces recorrida por nosotros y que nos encanta.

El matorral tiene tonos verdosos y al igual que en toda la ruta nos acompañan los pinos, carrascas, madroños, lentiscos, murta.....








Pero lo que nos llama más la atención es el monasterio de la Murta, caminamos por una senda-mirador con vistas a él.


En algunos momentos vamos ocultos por la exuberante vegetación que nos hace la ruta más fresca.
Salimos a un cruce. Si vamos a la izquierda es el camino de salida que utilizaremos después. A la derecha subiríamos a la Creu del Cardenal y Cavall Bernat. Nos dirigimos rectos para atravesar el puento de Felipe II y colocarnos al lado del Monasterio de la Murta, han vallado más la zona, pero no se ve movimiento para su rehabilitación.
Desde su portada llegamos hasta una hornacina donde hay una imagen de la Santa María de la Murta. Giramos a la derecha para ir a la fuente pero vemos la puerta de la capilla y el jardín abiertos, vamos a visitarlos que siempre lo hemos encontrado cerrado. No se el horario habitual, pero si pone que el día 31 de mayo hay romería desde la Iglesia de Santa Catalina de Alzira. Si alguien se anima es una buena ocasión para conocer este espectacular paraje.
La capilla es pequeñita, y el jardín nos recuerda al del Monasterio de San Jeroni de Cotalba, no eran tontos los monjes, elegían los mejores lugares para vivir. Un rincón idilico donde descansar y meditar.
Volvemos sobre nuestros pasos y desde su puerta salimos rectos para pasar al lado de las Bassas o aljibes y nos dirigimos a ver el Acueducto.
Enseguida de abandonar las Bassas sale el acueducto, en algunos tramos es sólido, pero en otros tiene una arcada por debajo de la cual cruzamos para proseguir la senda por su otra orilla.
Después de una cuesta, que se nos hace larga, pero son apenas 500 metros, encontramos la fuente. Un merecido y largo trago de agua y vamos a retornar por donde hemos venido. Si continuáramos rectos saldríamos a la pista de tierra que une la entrada al paraje y el Cavall Bernat y la Creu del Cardenal. Pero es más bonita la angosta senda que hemos traído. Volvemos sobre nuestros pasos, paralelos al acueducto, y más adelante hasta las bassas o pequeños aljibes para recoger el agua.
Por encima del acueducto fluye el agua, recordándonos la utilidad que tuvo en su momento. El agua es fuente de vida.



Pasamos al lado de la puerta del Monasterio de la Murta y por el puente de Felipe II situándonos de nuevo en la pista de tierra.
Giramos a la derecha para ir a buscar la salida.
Es una pista ancha de tierra por la que no deja de pasar gente, sobre todo familias con niños que no paran de jugar, gritar. Desde que llegamos al collado hemos oído el bullicio, las hordas nos han invadido en un día festivo.




La pista resulta monótona pero a cambio se avanza muy deprisa, es terreno llano.

Y no nos falta la sombra de los arboles en todo el camino.
Vemos una bifurcación, es un sendero local SL-CV 82 que recorre el valle de la Murta, dando un rodeo a todo el paraje del monasterio. También tiene enlace con el cruce de Corbera, pueblo situado al otro lado de la sierra del mismo nombre.




Salimos por la Caseta de Control, una muchacha está en un lado, es la encargada de tomar los nombres de todo el que entra por aquí, pero nosotros hemos pasado desapercibidos, solo toma el nombre a los que entran.
Continuamos rectos dejando a nuestra derecha el aparcamiento. Es el Camí de la Murta. Ahora la ruta transcurre por un carretil asfaltado rodeados de huertos de naranjas, nísperos.....  todo recto. Pasamos al lado del un cruce a la derecha, Camí de la Travesa, lo obviamos.
Solo nos resta la última cuesta y, meta.

Nos quedamos en la urbanización el Respirall, vamos a parar en un tercer monasterio, pero gastronómico, una buena comida en el restaurante del mismo nombre. Recomendable.
Buen colofón para una ruta impresionante.