Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

sábado, 18 de junio de 2016

PENYA FORADÀ(700 m.), PENYAL GROS(862 m.), TOSSAL QUARTESOS, TOSSAL DE LA CREU(912 m.), XARPOLAR Y LLOMBOS- CASTELL DE ALCALÁ

VALL DE GALLINERA. CASTELL D'ALCALÀ O DE BENISSILI (ENTRADA OESTE/PONIENTE)


(Entrada Este/Levante)

FICHA TÉCNICA-
Día: 18/06/2016
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 6 horas y media.
Distancia: 16 km.
Dificultad: Media-alta. Por su continuo sube y baja.
Como llegar: Por la autovía en dirección a Alcoy-Valencia. Salida en Benimarfull, llegar al pueblo y atravesar Planes continuando rectos. Pasamos un cruce a la derecha hacia Alcala, nosotros continuamos por el ramal principal que gira a la izquierda y nos introduce en la Vall de Gallinera. Aparcamos en Alpatró.
Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=13718662


ITINERARIO: 
Alpatró o Patró - Carretera CV 700 - Font Vella - Camí de l'Orenga - Font de l'Orenga - Font d'en Pere - Senda - Cruce a Benitaia - Cruce a Coveta de los Moros - Cruce al Vall d'Alcalà - Foradà y cima - Penyal Gros - Tossal dels Quartesos - Collado - Tossal de la Creu - Cruce al Vall d'Alcalà - Collado del Castell - Tossal del Xarpolar - Llombo 1 - Llombo 2 - Corral - Tossal del Xarpolar - Collado del Castell - Font del Castell - Castell d'Alcalà o de Benissili - Carretera CV 700 - Fuente y lavadero de Benissili - Lavadero de Alpatró




El Castell d'Alcalà o de Benissili está situado estratégicamente en la entrada de poniente de la Vall de Gallinera. A 784 metros de altura, erguido sobre un espolón rocoso, domina todo lo que ocurra por este estrechamiento natural formado por la vertiente Oeste de la Sierra de la Foradada y la Albureca, defendiendo y vigilando la entrada desde el interior de la provincia hacia el valle.

El castillo es de origen musulman, con albacar (gran patio), y celòquia (ciutadella), pero destaca la gran extensión, la complejidad estructural y las defensas naturales que presenta enclavado en una orografía tan abrupta que lo convierten en inexpugnable. En su interior hay un aljub.
Era residencia de Al-Azraq durante su primera sublevación (1.247-1.258) como lo confirman los estudiosos que comentan la Crònica o llibre dels feits de Jaume I.
Cuenta la leyenda, que al perder los musulmanes sus territorios en la península, el último príncipe musulmán se volvió a mirar por última vez la Vall, y dijo:"No me importa perder un imperio en justa batalla, pero sólo abandonar la Vall de Gallinera puede hacer llorar a un príncipe del Islam", y acto seguido sus lágrimas cayeron.



RUTA:
Volvemos a la Vall de Gallinera, dijimos la semana pasada que si volvía a hacer un buen día, nublado y fresquito, recorreríamos la vertiente Oeste de la Serra Foradada, en la cual se encuentra el arco de piedra, Penya Foradà, que da nombre a toda la cordillera.
Y aprovecharíamos a comprar las últimas cerezas de la temporada. Milagro, otro día estupendo en el mes de junio, nos toca cumplir nuestra palabra, de mil amores.

Comenzamos la etapa de hoy en el pueblo de Alpatró, en el centro del valle. Vamos a hacer la ruta en el sentido de las agujas del reloj, dextrógiro. Al revés del que hemos utilizado el resto de las ocasiones en que hemos subido al Castell d'Alcalá o de Benissili.




Nos calzamos las botas, y salimos hacia la izquierda. Vamos por el arcén de la carretera CV 700,  unos pocos metros. En la curva paramos a observar la Font Vella, de Alpatró, apenas cae un pequeño chorro, y su lavadero está seco.
Aquí giramos a la derecha para avanzar en suave ascenso por un carretil asfaltado, este nos lleva entre fincas de cerezos, olivos, algarrobos... superando la altura en cómodos zigzags. El día está muy tapado por las nieblas, tiene aspecto 
de llover, pero a pesar de que la temperatura no llega a los 20º nos hace sudar el desnivel y el asfalto que parece que nos pega los pies al suelo. En una curva vemos la Font de l'Orenga, primero hay una balsa, con agua, y si te internas unos metros la fuente, está casi tapada por la cantidad de helechos, musgos que cubren la pared, tiene un cantarín chorro de agua.


Retornamos al asfalto y continuamos nuestro avance acompañados agradablemente del trino de los pájaros, del vuelo de las mariposas y de las espectaculares imagenes de la sierra, de las que disfrutamos de frente. 
Hasta llegar a una esquina de la carretera, justo cuando hay una casa de campo a la derecha, una señal nos dice que estamos ante la font d'en Pere. Para llegar debemos internamos, por la izquierda, siguiendo las trazas del estrecho y antiguo sendero que recorre los 8 Pueblos de la Vall de Gallinera y hasta llegar a ella.
Debemos regresar al carretil y giro a la izquierda para abandonar la ruta marcada dels 8 Pobles, que va desde Benissili hasta Benirrama. Continuamos por la senda asfaltada y nos vamos acercando a las paredes de la Foradà.



Miramos si hay acceso directo por la cara Norte hasta la peña Foradà, pero no se ve ningún sendero señalizado, ni hito, ni trazas visibles de que alguien suba por aquí.

Vamos girandonos para ver el pueblo de Alpatró y las sierras de la Albureca, del Almirall, de la Safor, esta última deja de verse en algún momento tapada por la niebla.
Dejamos de ver el arco de piedra y transitamos debajo de paredes sólidas, desfiladeros verticales. Enseguida tenemos un gran hito de piedra, a la derecha, que nos marca el punto de inflexión para dar un cambio en nuestra ruta. 
Se convierte en un itinerario montañero, una angosta senda que transcurre por debajo de los acantilados que rodean la Foradà, un privilegiado mirador con vistas a todo el levante de la Vall de Gallinera, al cordal, a la silueta del castell de Benirrama,  al Miserat, a la hondonada que forma el marjal de Pego-Oliva y al mar Mediterráneo al fondo.






Esta senda tiene otra alternativa, casi paralela, un poco más abajo, la otra vez que bajamos de la Foradà a Alpatró pasamos por la explanada que está a nuestros pies. Pero está más cerrada por la vegetación.
Son unos pocos metros y enseguida llegamos al ramal principal de la ruta que viene del pueblo de Benitaia, pasa por la Font d'en Moragues. Nos incorporamos al ancestral camino de herradura en una brusca curva. Hacia la derecha comenzamos el zigzagueante recorrido tantas veces ascendido pero que nunca nos aburre.
Como nos sucede siempre no sabemos a donde mirar, no damos abasto.

Surge el arco pétreo y su gran fotogenia no nos deja parar de sacar fotos. A la vez se ve toda la Vall de Gallinera, que con sus abancalamientos de cerezos da un colorido verde al valle.

El sendero conserva el empedrado en varios de sus tramos. Desde la parte de arriba se ve la sinuosa forma que toma para poder remontar a través de la agreste sierra.
Enseguida llegamos a una encrucijada, una gran leja de piedra cubre el suelo del balcón. A la izquierda la cara Este de la sierra de la Foradada, primero la Coveta de los Moros, a continuación todo el cordal que se dirige hacia el Miserat y el Castell de Benirrama.
Giro a la derecha para cambiar el rumbo de nuestra marcha, ahora tenemos enfrente la Foradà, arco de piedra natural, al que se puede acceder hasta su pie y pasar por debajo.
Al ganar altura sentimos el viento algo húmedo del mar que nos permite caminar frescos, que suerte, esta crestera con calor es insoportable y del valle mejor no hablar.
Vemos un poste indicador y nos subimos a ver que pone, pero debe estar mal colocado, tenía que estar en el cruce que por la izquierda viene del Vall d'Alcalà. Pero aprovechamos para observar las estampas incomparables.
Un último cruce, a la derecha, y nos colocamos en el arco de piedra. Que belleza.

Parada para beber y deleitarnos, si la has visto es inolvidable la excursión hasta ella. Es una visita obligada para cualquier caminante que disfrute con la naturaleza. Pero comentamos que hoy todavía no hemos visto a nadie, ni lo veremos. Y el otro día, por el Miserat tampoco, si que hay gente en bici por el valle, pero en la sierra ni un alma. Será que ha empezado la temporada playera.
Disentimos sobre si subir sobre la roca y el intrépido sube por el lateral derecho, una vez traspasado el arco, y llega a la cima. Una vez que regresa partimos a buscar el último cruce. Rectos.
La mirada al frente para descubrir la gran mole calcárea  a la que debemos encaramarnos y todo el cresterío de poniente de la Sierra de la Foradada. 
Detrás de la sierra de la Albureca, al fondo, se puede ver la cordillera alargada de la Solana y la cumbre rocosa del Benicadell, su perfil abrupto, el color del roquedo blanquecino que predomina en su cúspide nos hace diferenciarlo de los demás que lo rodean. Al cambiar la dirección de la ruta se observan detalles diferentes, parece otra.
Un vistazo a nuestra espalda para despedirnos de la Penya Foradà, desde esta perspectiva no se ve su oquedad en medio de la roca, solo se distingue una mole maciza y sólida de piedra.

En el suelo se apilan piedras erosionadas, algunas veces el camino está limpio de ellas, y otras veces el lapiaz invade el paso, teniendo que transitar como se puede por ellos, algo incomodo. Entre ellas hay multitud de plantas rupícolas, de todos los colores y formas.


Y llegamos a la base y vértice geodésico del Penyal Gros. Es un punto estratégico en la Vall de Gallinera, desde esta se domina el Este que el Oeste de Alicante. Vamos a almorzar.
Al Sur vemos la Serrella envuelta en nubes enfurruñadas, y todo el Vall d'Alcalà a nuestros pies.
Reemprendemos la marcha, dirección Oeste, nos queda un buen tramo de crestera que recorrer. 
La más alta ahora es el Tossal dels Quartesos, su imponente mole, desde esta perspectiva es una loma herbosa. Nos tapa la vista del Xarpolar, si se intuye la cima del Tossal de la Creu, pero una vista parcial y lejana.
Casi sin darnos cuenta nos alzamos sobre el Tossal dels Tartesos. Las nubes se están escapando del Norte y en cambio se acumulan en la Serrella, Aitana y el Sur de Alicante.

Solo hay un pequeño hito de piedras que marcan la cúspide de esta montaña. Nos desplazamos un poco hacia el Sur y el mirador tiene vistas a todo el Vall d'Alcalà, Vall d'Ebo, sierras de la Carrasca, de Alfaro, de Almudaina, Serrella..

Girando hacia la derecha encontramos el lateral de Quartesos y vemos su cara más abrupta y rocosa, la pared escondida con grandes acantilados rocosos que caen a la Vall de Gallinera.
Descendemos sin ningún problema técnico, solo nos separa del collado un sencillo camino que en poco tiempo nos sitúa en él. Si giramos a la izquierda podemos bajar al Vall d'Alcalà, nosotros proseguimos rectos para encarar otra de los innumerables ascensos que tiene la ruta, es un continúo sube-baja que la hace exigente. Acumula casi unos 900 metros de desnivel.

Ahora es tiempo de subir, parece largo y penoso, pero charlando, recreándonos en las vistas lo afrontamos con facilidad llegando pronto al alto. Esta zona está más seca, hay cantidad de plantas de jara, pero sin flor, están quemadas por el sol.




Echando la vista hacia atrás, ya el Tossal dels Quartesos gana entidad, debería tener un gran hito cimero por méritos propios.


De frente disfrutamos de la vista de la próxima cima, del Tossal de la Creu, la más alta que vamos a subir hoy con algo más de 900 metros de altura.



Llegamos a un pequeño collado, en el cual unas rocas nos obligan a usar las manos y, una vez superadas, por la loma accedemos en pocos minutos al Tossal de la Creu
De frente el Tossal del Xarpolar y como telón de fondo el Benicadell, Mariola y el Montcabrer, la Serrella, Aitana no se ve por las nubes, l'Aixortà, Bèrnia, el Montgó, el Miserat, la Carrasca.... Hacia el Norte el Almirall, la Safor, el Mondúber..
Reemprendemos la marcha. Desechamos un hito que marca, a la izquierda, un nuevo descenso al Valle d'Alcalà.

Llegamos al Collado del Castell. Por la derecha se llega hasta el castillo de Benissili o d'Alcalà y a la Vall de Gallinera.
Pero en este momento continuamos rectos, por una senda difusa, que cuenta con varios hitos de piedra para conducirnos al Tossal del Xarpolar. Su forma peculiar, pedregosa, cuadrada. Encima de su meseta se encontraron importantes vestigios de un antiguo poblado ibérico, llamado del "Xarpolar".
El sendero borroso al final se enrisca, y en un pequeño ascenso nos situamos en su base.

Una mirada hacia atrás nos permite ver a la derecha el Tossal de la Creu, en medio el Tossal dels Quartesos, y al final del cordal distinguimos el Miserat o Xillibre y la peña en la que está enclavado el Castell de Gallinera.
La extensa llanura tiene restos de trozos de cerámica, no parecen de la época ibera, tienen aspecto de ser más recientes.
Es una azotea con vistas extensas.
Descendemos, siguiendo el cordal, y vemos los Llombos, su característica forma redondeada, de lejos casi iguales como gemelos pétreos, los hacen inconfundibles. Alguna vez los hemos visto desde el avión.
De cerca se encuentran más diferencias, el primero (según nos encaramamos a ellos) más redondeado, el segundo más afilado y aguileño. Al fondo el Benicadell.


Desde la cima del Llombo 1 vemos la imagen afilada del Llombo 2 que nos espera, desde este punto de vista parece difícil acceder a él, pero como nos damos cuenta más tarde es sencillo también  llegar hasta su cumbre. Lo complicado es pasar por el collado, la maleza ha cerrado los caminos.

El Llombo 2 parece algo más alto, pero según el GPS apenas se llevan un par de metros de diferencia.

Y subimos al segundo. Miramos si se ve alguna traza de sendero hacia la Vall de Gallinera, pero descubrimos varias cornisas de piedra que parece que cierran el camino de bajada. 
Desde el collado, entre ambos Llombos, esta es la imagen de cada uno de ellos, el 1, a la derecha, tiene una enorme cavidad en su cara Oeste, es casi hueco. El 2 tiene una forma más puntiaguda y recta.
Nos decidimos a bajar por la crestera y a ver si surge algún modo de descabalgarnos de la sierra.
Es un campo a través, entre vegetación baja. Vamos por el filo de la sierra viendo que la altura no disminuye y sin encontrar un paso entre las peñas.

A nuestra derecha tenemos la cabecera de la Vall de Gallinera, cuyo estrechamiento se forma entre la cara Oeste de la sierra Foradada y la de la Albureca que tenemos enfrente. Vemos en el valle, a un lado de la carretera CV 700, la venta del Tomaco y en la parte más baja el barranco del Llombo que va a desaguar al de la Encantà.

Y en vista de que no vemos ningún paso decidimos cruzar el pequeño barranco que tenemos en medio y por la otra vertiente subir de nuevo al Tossal del Xarpolar.
Dicho y hecho, pasamos con menos dificultades, hay menos maleza, dejamos un corral en ruinas y por el lateral del Xarpolar vemos el Castell d'Alcalà o de Benissili situado entre el encrespado roquedo.










De nuevo en la cima del Tossal del Xarpolar hacemos una parada para contemplar las panorámicas y 
regresamos por el sendero que hemos traído hasta el Collado del Castell.
Giro a la izquierda para descender. Está peligroso por las piedras sueltas y por lo erosionado que está el terreno. En los abancalamientos, que llegaban hasta practicamente el Tossal de la Creu, se han desmoronado sus tapias de piedra, pero conservan la forma de las centenarias terrazas.
Y caminamos con imborrables postales del castell. Parada y fonda para deleitarnos con cada piedra, con cada flor, con cada color de este rincón tan impresionante. 
Lo único que encontramos en mal estado es la fuente, está casi seca e invadida por los juncos, hierbas... No es la preciosa fuente en la que se podía beber no hace muchos años, la pertinaz sequía.
Retomamos la ruta pasando por un collado desde el que se ve toda la Sierra de la Foradada, el Miserat y el Castell de Gallinera.
Nos dirigimos hacia el castillo y pasamos al lado de una fea construcción, en un tono verde, era la vivienda de un austriaco, en el pueblo le llamaban el alemán. Cuando murió se enteraron de que había colaborado con los nazis y estaba escondido. Ahora reposa enterrado en este precioso valle.
Dejamos a nuestro lado una barandilla de acceso al castillo, está cerrada. Desde que vinieron a rehabilitarlo dejaron estos feos hierros. Bajamos descubriendo las torres que se han mantenido en pie.

Las nubes se han levantado y se ven perfectamente los vestigios de un espectacular castillo en un recóndito lugar, de difícil acceso, inexpugnable.


Nos alejamos lentamente, para contemplar cada retazo de muralla, de torre, de piedra que se mantiene en pie.
Y en varios zigzags nos situamos al lado de un horno de cal, las paredes están bien conservadas por ahora, pero las hiedras y la maleza imperan.
Dejamos de ver las torres del castillo  y ahora pasamos al lado del pie de los roquedos que sirven de asentamiento a sus murallas.
Una última mirada hacia la peña en la que se enclava el Castell de Benissili o d'Alcalà. La cara Norte solo nos muestra una gran roca.


Y toca regresar a la civilización, muy a nuestro pesar, los primeros bancales con cerezos hacen su aparición. Giro a la izquierda para descender por una pista de tierra hasta encontrar el ramal asfaltado que sube desde la CV 700, que recorre todo el valle, de Este a Oeste.
Nos tomamos un tiempo para despedirnos de nuestras montañas echando un vistazo hacia atrás para contemplar el perfil de los hermanos gemelos, los Llombos. A su lado, izquierda, el Tossal del Xarpolar con su enorme explanada.
Y encima de nuestras cabezas los espolones pétreos con caprichosos contornos sobre los que erigieron el Castell d'Alcalà o de Benissili.
Debemos caminar por el asfalto,  en descenso con un pequeño desnivel, y salir a la carretera CV 700. Hay un pequeño espacio para aparcamiento, al lado de este cartel que invita a degustar su producto más famoso y exquisito, se nos hace la boca agua.
Por la carretera apenas andamos unos metros para girar a la izquierda e internarnos en carretiles que dan servicio a los pueblos, pero que apenas son transitados.

Toda la sierra de la Foradada se puede contemplar desde el valle. A la derecha los Llombos y Xarpolar,  en el centro la peña en la que se asienta el Castell d'Alcalà y a la izquierda toda la cornisa pétrea del Penyal Gros, hasta el Miserat....
El día está radiante, no queda rastro de las nubes, menos mal que solo nos quedan 2 kilómetros, y en descenso. Nos incorporamos a la ruta dels 8 Pobles y entre huertos de cerezos, olivos, almendros, nogales, algarrobos vamos desfilando por el precioso valle. Primero cruzamos Benissili, y en un momento en Alpatró.
Espectacular valle, sin irnos ya estamos deseando volver. Pero cuando no haga calor.





Toda la bella y abrupta cornisa Oeste de la Serra de la Foradada.