Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

viernes, 3 de noviembre de 2017

CAÑÓN DE ALMADENES

CAÑÓN HORADADO POR EL RÍO SEGURA


FICHA TÉCNICA-
Día: 03/11/2017
Participantes: Jose, Isaac, Eloy, Ángel y Julián.
Tiempo estimado: 6 horas y media.
Distancia: 15 km.
Desnivel: 656↑↓
Dificultad: Media-Alta. Caminamos muchas veces por el filo de la montaña con caída al río.
Como llegar: Desde Elche por la A-70 hasta Murcia. Salida hacia Molina de Segura para llegar a Cieza. Por la RM-B19 (Cieza-Venta Reales); en unos 11 km., un desvío a la izquierda (hay carteles) para llegar a la Sima/Cueva de la Serreta. 
Wikiloc: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/calasparra-cieza-canon-de-almadenes-20818629

ITINERARIO: 
Calasparra/Cueva de la Serreta - Cartel del Cañón de Almadenes - Puente - Mirador - Central Eléctrica de Almadenes - Río Segura - Escaleras - Puente sobre la presa de la Mulata - Escaleras - Río Segura - Central Eléctrica de Almadenes - Puente - Cartel del Cañón de Almadenes


El cañón de Almadenes, entre Calasparra y Cieza, es un paraje donde el río Segura excava un profundo cañón por cuyo fondo discurre, manso unas veces y bravo otras. Los materiales geológicos dominantes son las calizas. La ruta es una de las más famosas en la región de Murcia y su vinculación con el río Segura es evidente. Pese a no ascender a ninguna cima el recorrido es montañero y transcurre por un ambiente vertical, aéreo y vistoso. El cañón de Almadenes se encuentra situado al Norte de montañas tan significadas como el Almorchón, la Palera y la sierra del Molino. 






















El origen de esta impresionante hendidura se explica por la existencia de una falla tectónica que corta estratos superpuestos de dolomías y calizas. Es precisamente ahí, en esa debilidad del terreno, donde el río ha ido pacientemente horadando y labrando una geología dinámica y vertiginosa que se traduce en un desfiladero de muchos kilómetros de longitud y paredones que oscilan entre los 70 y los 120 metros de altura.


RUTA:

























Comenzamos en un alto, viendo el tajo que ha erosionado el río Segura en su camino hacia el mar Mediterráneo. El coche lo hemos dejado al lado de una caseta en la que existe un cartel donde se explica que estamos en el paraje del Cañón de Almadenes. Debajo tenemos la Cueva de la Serreta, hay visitas guiadas. 










Salimos hacia la izquierda, alejándonos un poco del cañón hasta llegar al borde sobre el río Segura mientras vemos a lo lejos un par de cascadas junto a la central de Almadenes, que está situada en la otra orilla.


























Poco a poco nos vamos acercando al río y, transcurriendo un tramo por el pie de un gran farallón de roca. 
En principio, desconocemos el lugar por el que vamos a pasar a la otra orilla.
























El paisaje tan agreste que nos rodea combina monte y río. Las montañas que encajonan al cauce apenas tienen vegetación, pero el Segura trae mucha agua y a su lado domina el bosque de ribera, con tarays, pinos,  álamos, adelfas, carrizos, espartos...
























Por fin encontramos la vía de paso a la otra orilla. Atravesamos el río Segura por un puente de hierro.

Surgen pequeños azarbes o acequias que desvían el agua para el riego de los cultivos de la zona.
Y en la ruta no hay lugar a la monotonía, debemos caminar por pequeños salientes de acequias, por escaleras talladas en la roca al filo del río, por la cornisa de la montaña,  toda una aventura.






























Queda patente que el agua es vida y riqueza, el paraje es de una belleza sin parangón.

Al lado de la central eléctrica hay dos espectaculares caídas de agua.
Jose está empeñado en ir con una barca debajo de ellas e insiste en su idea. No hay senda para avanzar por el barranco hacia ellas y no tenemos barca.
De todas formas, tras atravesar la central por la izquierda, hacemos un giro hacia la derecha y nos acercamos a la zona del cañón para apreciar la caída de agua. No se puede ver tan cerca como nosotros queremos, pero bastante bien.















Regresamos a la senda principal y avanzamos por ella tras atravesar un riachuelo, con una pequeña cascada al lado. A continuación, ya en el monte bajaremos a una pequeña rambla.
Comenzamos a adentrarnos en el cañón siguiendo una estrecha senda que se enfila por la estrecha cornisa de los acantilados.

 














La vista aérea sobre el cañón resulta espectacular. El río se abre paso entre unas moles de piedra descomunales.
Tras superar varios barrancos empezamos a vislumbrar al otro lado del cañón una gran oquedad culminada por una trampilla de obra que da acceso a su interior. Es donde hemos comenzado la ruta. Nos encontramos frente a la Cueva de la Serreta, una de las muchas que hay presentes en este tramo del río y que se formaron debido a procesos kársticos en los que las rocas carbonatadas se disuelven dando lugar a geoformas características como simas, cavidades, lapiaces, dolinas, etc.
Lo característico de estas cuevas tan cercanas al borde del cañón es que tienen, como poco, dos entradas: una superior y otra que da al río. Son tres los principales elementos que hacen de esta cueva uno de los yacimientos arqueológicos más singulares de la geografía murciana. 























Por un lado, la espectacularidad de su ubicación, en pleno Cañón de Almadenes, y desde cuyo balcón interior se puede disfrutar de una de las mejores vistas del río Segura a su paso por la Región de Murcia. Por otro lado, la existencia en su interior de los restos de un hábitat romano, siendo el único documentado hasta ahora dentro de una cueva en toda la Península Ibérica. Y por último, el descubrimiento de dos paneles de pinturas de arte rupestre bien conservados, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998.


















































Dejamos atrás la cueva y avanzamos. Esta zona es muy abundante en esparto y apenas hay arboleda. El espartal, por su abundancia puede desorientar y hacer que perdamos la senda, hay que estar atentos a todos los hitos de piedra que encontremos y algunas marcas de GR 127, deterioradas en algunos tramos. Paramos a almorzar.
Continuaremos subiendo y bajando constantemente por el monte, siempre pegados cerca del cañón hasta que llegamos a tener unas vistas impresionantes de todo él. Seguidamente, veremos que la senda comienza a bajar. Las marcas del GR las llevamos como referencia evidente de que nos encontramos en el lugar correcto, además de que la senda está muy marcada, podemos contemplar un espectacular "frare" o pináculo puntiagudo de roca que está desprendido de la pared. 























En la parte final del trayecto, el descenso es entre las rocas, consiguiendo cada vez mejores vistas de un paisaje de ribera exuberante. Hay un tramo difícil que lo han salvado con escaleras de obra que realizaron los mismos obreros de la central para comunicar el Salto de Almadenes con la Presa de la Mulata. También existe una curiosa pasarela, con vistas al vacío, similar a una vía del tren.
Parecemos equilibristas. No hay peligro, pero hay que pasar con mucho cuidado. 
Es un tramo montañero en el que nos cruzamos con gente en dirección contraria, nos avisan de que la ruta tiene una barrera infranqueable, le quitamos importancia. El barranco, a nuestra derecha, es espectacular.
Continuamos bajando y llegamos hasta el mismo nivel del agua del río. Esta parte es muy bonita y abunda la vegetación, pinos, juncos... También hay alguna cueva.

























En poco tiempo llegamos a la Presa de la Mulata. La senda se eleva y queda ahí abajo la puerta de paso, blindada.























En la Presa de la Mulata, comprobamos que ya no se puede continuar, pues una reja cierra el paso. Así que nos toca regresar por el mismo itinerario. Pensábamos que la ruta se podía hacer circular, pero tal y como nos avisaron no se puede. Nos toca regresar sobre nuestros pasos. Amenaza lluvia y tenemos que ir más deprisa para evitar pasar la zona de las escaleras con lluvia. Al final, la amenaza quedó en eso, apenas nos caen cuatro gotas. Una espectacular ruta con amigos. Un día para no olvidar.