Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

lunes, 20 de agosto de 2012

PIRINEOS: MACIZO DEL VIGNEMALE (4)

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4º DÍA- REFUGIO DE BAYSELLANCE-REFUGIO DE BUJARUELO.

20/08/2012

  • Duración: Ida 7 h . 
  • Altura mínima : 1.338 m en Bujaruelo - Altura máxima: 2.651 m. en el Refugio de Baysellance.

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    Nuestra ruta en rojo.
    A LA SOMBRA DEL VIGNEMALE
    El Vignemale, denominado Comachibosa en tierras aragonesas, es la montaña de los Pirineos franceses de mayor altura al otro lado de esas fronteras que separan estados, pero que por aquí unen a gentes de la misma condición, embelesados por estas rocas y el magnífico entorno de esta naturaleza sobrecogedora e imponente. No es la cumbre más alta de los Pirineos, pero es sin duda la montaña más sugestiva. El Glaciar de Ossoue, por el que se asciende a su cima, es el más importante de toda la cordillera, sus imponentes paredes de roca junto con sus hielos eternos, la han hecho digna de ser considerada la más alpina de todas las cumbres del Pirineo. La primera ascensión al Vignemale es atribuida al guía Henri Cazaux y su cuñado Bernad Guillembert en 1837, aunque es muy posible que anteriormente fuera coronado en 1792 por los cartógrafos Simón Guicharnaud y Capdevielle. La primera mujer en alcanzar esta cima en 1838 fue la inglesa Anne Lister acompañada por los guías Henri Cazaux, Jean Pierre Sanjou y Jean Pierre Charles. Cuatro días después la ascendió el príncipe de Moskowa. Su impresionante cara norte fue ascendida en 1933 por Henri Barrio y Rober Bellocq.
    Salida hacia Bujaruelo. Detrás el macizo del Vignemale.
    Cuenta la historia que Henry Russell Killough, el Conde Russell. de origen irlandés pero nacido en Toulouse en 1834, era un aristócrata atípico que dedicó su juventud a recorrer gran parte del mundo, visitando América del Sur, Cabo de Hornos, Rusia, Siberia, China, Tíbet y el Himalaya, Japón, Estados Unidos, Canadá. Hasta recorrió las tierras de Australia y Nueva Zelanda. De todos los lugares visitados relató en sus escritos las experiencias vividas y hasta parece que de ellas se sirvió Julio Verne para algunas de sus obras como Miguel Strogoff o retratarle en la Vuelta al Mundo en Ochenta Días a través del personaje Phileas Fogg.
    Al lado de una de las cuevas del conde Russell.
    Pero su pasión eran las montañas y concretamente el Pirineo, el cual veía a diario desde la ventana de su morada en la población de Pau, sentía admiración por los precursores del pirineismo como Ramond de Carbonniéres o Vicent de Chausenque y como ellos se dedicó a recorrerlas y a escribir sobre ellas, en multitud de artículos y en numerosos libros. Tras una larga poligamia con casi todas las cumbres de la cordillera, Russell se hizo finalmente monógamo de una sola de sus montañas: el Vignemale. La ascendió treinta y tres veces y logró una simbólica concesión de propiedad sobre doscientas de sus hectáreas en las que excavó hasta siete cuevas que bautizó con diferentes nombres.


  • ITINERARIO: Refugio de Baysellance-Embalse de Ossoue-Cabaña de Lourdes (1.947 m.)-Vallée du Canau-Puerto e Ibón de Bernatuara-Barranco de Bernatuara-Barranco de Sandaruelo-Puente sobre el río Ara- Refugio de San Nicolás de Bujaruelo.

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    Refugio de Baysellance.
    RUTA
    Para la jornada de regreso a la civilización  madrugamos, desayunamos a las 6, preparamos las mochilas y partimos. Nos queda por delante un tremendo descenso hasta Bujaruelo, pero también habrá que remontar 600 metros de desnivel por el Valle de la Canau.
    El día promete emociones fuertes y un largo y bonito recorrido. Es el último por el Pirinéo y hay que aprovecharlo.
    Está ya amaneciendo, por lo que resulta un momento ideal para echar un último vistazo al macizo de Monte Perdido, Gavarnie y la Brecha de Rolando antes de emprender la marcha. Hay una pequeña brisa que todos agradecemos y nos hace salir del refugio con el polar. Apenas nos duran 1/2 hora puestos.

    El descenso por el valle de Ossoue es de lo más gratificante, verde y abrupto valle glaciar que deja entrever lo que un día fue el glaciar de Ossoue y que hoy, por el retroceso inevitable, ya no es. Al lado del camino vemos las cuevas excavadas por Russell, cuevas de Bellevue, que marcan el sendero  para afrontar la subida al Pique Longue, y que todavía están en uso.

     Echamos un vistazo a nuestra derecha y vemos la cima del Vignemale, pero el uso de crampones y el peligro de ir sorteando grietas es demasiado para nuestras presentes pretensiones de hacer una sencilla excursión, desde el punto de vista técnico, porque los desniveles  de hoy rozan los 1.400 metros. Una pareja, que ha dormido con nosotros en el refugio tiene la intención de hollarla. Vicente rompe uno de los palos. Se nota que le sobran todavía las fuerzas.
    Aparece pastando el ganado lanar con crías de apenas unos días y al fondo vemos el reflejo de las aguas del Embalse d’Ossoue.
    Cascadas y neveros salpican la parte alta de este valle, ya lleno de vida, aunque por estas altitudes sólo las marmotas nos saludan a nuestro paso. Descendiendo el valle las manchas verdes esporádicas se convierten en auténticas praderas. Paulatinamente la senda se hace más llana antes de entrar en el Rou des Oulettes.

    Alcanzamos la presa de Ossoue, punto en el que variamos la dirección hacia el sur para dirigirnos al valle de Canau que nos conducirá hasta el Ibón de Bernatuara y a la frontera española. 
    Embalse de  Ossoue
    Tenemos algún problemilla para tomar la ruta marcada, pero hay que pasar la presa por debajo y enseguida volvemos a ver las marcas que indican el recorrido.

    Se alcanza en poco tiempo la Cabaña de Lourdes, contrucción blanca que puede servir como refugio pero que no está guardada. Destaca entre los verdes prados, nos sirve para apoyar las mochilas y tomar un pequeño almuerzo. Vigilados por alguna marmota que hace acto de presencia, escondiéndose antes de poder fotografiarlas. Lourdes quiere hacerse una foto en su cabaña y mirando en el mapa nos dice que encima de nuestras cabezas una de las cimas lleva también su nombre. 
    En la cabaña de Lourdes.








    Reemprendemos nuestro trayecto, con nuevas energias  y nos vamos internando en el Vallée de Canau, es idílico, difícilmente hubiésemos podido escoger una mejor ruta de retorno.
    El valle es suave, verde, surcado de regatos de agua por todos lados, un paraíso para las vacas y las marmotas que surgen por todas las partes, sin mostrar ningún miedo ante los caminantes. Parece una plaga. Al lado del riachuelo existe infinidad de agujeros que realizan las marmotas. Parece que exista un auténtico campo minado. 
    Una marmota de las muchas que encontramos.

    
    Pronto comienza la subida y la travesía se presenta costosa y con lomas que ascienden sin pausa por las praderías hasta el fondo del valle y alcanzar el Puerto de Bernatuara (2.338 m).
     
    Subiendo al puerto de Bernatuara.


    El Ibón de Bernatuara es otra de esas grandes sorpresas que no te esperas, encajado en el cresterío a más de 2.300 m resulta singular y bello. Volvemos a España, esperemos que nos den mejor de comer, peor es imposible. En el ibón hay gente y comenzamos a tener cobertura en el teléfono.
    
    El valle de Canau al fondo.
    Los mensajes comienzan a entrar a toda velocidad. Maldita civilización. Alguno lo dice con la boca pequeña, ¿¿que haría sin mensajes?? La verdad que me incluyo. Nos enteramos que el Barcelona ha ganado a la Real Sociedad y que el Real Madrid de Mourinho empató con el Valencia. Ya están a dos puntos. Sin olvidar el triunfo del Elche ante la Ponferradina. La jornada futbolística ha salido redonda y sin nosotros empujando.
    Rebasado el Puerto de Bernatuara comienza el largo descenso hacia Bujaruelo siguiendo el Barranco de Sandaruelo.
    
    
    Junto al ibón de Bernatuara

    El contraste es brutal, esta vertiente sur se presenta árida, los prados se han tornado en hierba reseca, las marmotas y las vacas han desaparecido dando paso a las chicharras y no hay apenas torrentes de agua, algún pequeño arroyo casi seco. Caen algunas gotas de agua, parece que llega una tormenta, pero al final se queda en nada. Una falsa alarma.
    Ibón de Bernatuara.
    




    Descendemos rápido hasta la Plana de Sandaruelo (refugio de las cabañas eléctricas) y, desde allí por el valle de Piñarroya hasta encontrar el cruce del camino que baja desde el puerto de Bujaruelo. Llegamos al puente sobre el rio Ara sobre las 13:30, tras 6:42 horas de recorrido con dos senderistas aragoneses y su perro que estaban en el lago.
    El día es muy caluroso y la plana de San Nicolás de Bujaruelo parece una playa mediterránea. Refrescamos las piernas en el río Ara, bajo el puente de Bujaruelo, frío sí, pero tonificante también, un perfecto broche final para la jornada. Julián se baña entero.
    Sólo queda disfrutar un rato del paisaje y después ir a reponer fuerzas al Refugio de Bujaruelo. Estupenda comida, más que merecida. Volvemos a tropezar con los muchachos el Centro Excursionista de Almoradí que están celebrando su paso por el Pirineo. Apenas hablan. Bueno, sus voces se escuchan por todo el comedor. Da gusto encontrarse con gente joven que disfrute de esta manera en la montaña.
    Plana de San Nicolás en Bujaruelo
    Después de comer nos dirigimos a Torla, lugar en el que tenemos reservado unas habitaciones en el hotel Ballarín. Tras la ducha y ver Alejandro Valverde ganar la etapa de la Vuelta a España con final en Arrate nos damos un paseo por el pueblo.

    

    En la plaza de Torla.
    Cenamos en el Asador La Cocinilla (Tno. 974 486 243) en un ambiente entrañable. Todo estupendo y las migas de pastor de maravilla. Tras otra vuelta por el pueblo, para bajar lo comido, a dormir.


    EL REGRESO (21-08-2012)


    Castillo de Biniés.
    Por fin hemos descansado un día. Desayunamos tranquilamente y salimos con los dos coches hasta Puente la Reina de Jaca, donde Javier se despide y continúa solo, los otros cinco vamos a visitar pueblos. Haremos el trayecto hasta Pamplona recreándonos y visitando varias poblaciones, pues hasta las 23:00 horas no sale el autobús de Vicente hacia Elche. Primera parada en Biniés.

    Foz de Biniés.
    Vacas en la Foz de Biniés
    Visitamos su castillo y recorremos en coche su espectacular foz entre arcos de piedra excavados en la montaña.

    Foz de Biniés.

    Luego la bonita y tranquila población de Ansó, donde compramos unos quesos de la zona en la tienda denominada Mendiara y cogemos folletos de rutas en la Oficina de Información.

    El pueblo de Ansó.
    Burgui.
    Después ya en Navarra, en el Roncal, en Burgui, el pueblo de los oficios con su bonito puente medieval. El calor comienza apretar. Paramos en el Alto de las Coronas (953 m.), bonito mirador para divisar las cumbres de los Pirineos.

    Llegamos a Lumbier. Este es el único sitio que estaba programado. El coche marca 37º, pero es la hora de comer.
    Restaurante Bodega Azpea en Lumbier.

    Bodegas Azpea, Iturbero s/n. tel. 948 880 443 y 661 090 911 Hay que reservar con antelación. Dentro las brasas están encendidas, solo funciona un ventilador en el techo y se está de maravilla. Merluza y carne a la brasa. Mientras se hace, ensalada y algunos entrantes. Van descorchando un vino distinto para cada manjar. Exquisito. Luego llegamos a Sangüesa.
    En la Ciudadela de Pamplona.
    El calor se ensaña con nosotros. Visitamos la iglesia.
    Iglesia de Sangüesa.
    En estos lares es tarea ardua encontrar una cafetería con aire acondicionado. Anocheciendo llegamos a Pamplona. Damos un paseo por las murallas. A estas horas están muy concurridas, gente paseando, otros haciendo ejercicio, pandillas de jóvenes en el césped y en el recinto central, ensayos de ópera para próximas actuaciones. Nos despedimos de Vicente, que coge el autobús hacia Elche. Han sido unos días muy bonitos entre gente que le gusta la montaña. No se puede pedir más. Tal vez un poco menos de calor. Repetiremos.
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