CRUZ DE LOS TRES REINOS (1.560 m.)

JUNTANDO TRES REYNOS

FICHA TÉCNICA-
Día: 23/09/2012

Participantes: Lourdes y Julián.

Tiempo estimado: 3 horas.

Distancia: 11 km.

Dificultad: Fácil.
PR-CV 131.1
V.G. 61228

ITINERARIO: Arroyo Cerezo-Fuente del Abrevador- Corrales del Abrevador-Senda de los Arrieros-Cruz de los Tres Reinos-Nogal-Dos Sabinas centenarias-Fuente del Prao-Arroyo Cerezo.

RUTA:

Parte de Arroyo Cerezo (pertenece al municipio de Castielfabib, en el rincón de Ademuz, Valencia) y nos conduce hasta una meseta con excelsas vistas. Nogales, cerezos, chopos, pinos silvestres y sabinas centenarias nos rodearán.

En el alto confluyen los límites de los antiguos reinos de Valencia, Castilla y Aragón y además podemos observar fósiles de conchas marinas, lo que evidencia que lo que ahora pisamos estuvo bajo el mar.

Como bien escribía Cavanilles en el siglo XVIII, la Cruz de los Tres Reinos es un punto singular: “y allí se puede sentar un hombre en el Reyno de Valencia de modo que mirando al norte ponga su pie derecho en Aragón, y el izquierdo en Castilla”.

Comenzamos en el pueblecito de Arroyo Cerezo, al final del pueblo están las señales del PR-V 131.1 Allí aparcamos el coche y con una pequeña mochila salimos encantados de estirar un poco las piernas, demasiado coche.

El sendero nos recuerda nuestra tierra, Navarra, hay cantidad de matas con arañones, nogales, chopos….
La zona después de un verano tan caluroso está bastante seca, pero el principio del trayecto discurre al lado de un pequeño riachuelo y hay un gran ejemplar de roble y muchos nogales. 









Vamos avanzando por la sombra que nos proporcionan los álamos hasta que desaparecen y el sendero aumenta su pendiente,  llegando con un pequeño esfuerzo a la Fuente del Abrevador, canalizada,  que queda al resguardo de un barranco a mano derecha. 







Vemos varios corrales distribuidos por la ladera del monte, seguimos el sendero marcado  y llegamos al cartel donde señala que es el Corral del Abrevador.Está medio en ruinas pero algo que lo diferencia de los demás es que tiene una cueva excavada en la roca, una especie de casa-cueva para los rebaños de ovejas.

Serpenteando nos alzamos sobre el valle, por un sendero antiguo llamado la Senda de los Arrieros. Andamos por la orilla del desfiladero y desde ella nos adentramos en la meseta. Aquí la vegetación cambia, hay multitud de pinos,  enebros, espliego... por el camino y sin mucha inclinación las marcas blanca/amarilla nos llevan hasta la pequeña elevación que gracias a los postes señalizadores sabemos que es la Cruz de los Tres Reinos, de 1.560 metros de altura.

Las vistas alrededor de este punto geodésico son amplias a los valles de las tres comunidades que nos rodean: Valencia, Aragón y Castilla-la Mancha.

Comemos y siguiendo la ruta en la dirección de las agujas del reloj ahora debemos bajar hasta el sendero que se divisa hacia el oeste. Mientras descendemos para retomar la senda nos encontramos con orejas fósiles,
son vestigios de ostras que habitaron en los mares, como dice Julián, aquí debió existir una piscifactoría de ostras Acertó según nuestras posteriores lecturas de los fósiles encontrados en la zona que hacen de este monte un punto muy interesante para los aficionados a ellos.
Tomamos al sendero hacia la izquierda, es un camino bastante amplio con curvas pronunciadas en descenso, enseguida comenzamos a ver ejemplares de sabinas  y las marcas nos guían perfectamente. Pero para no perderse desechamos en todo momento los cruces a la izquierda. De los más visibles es el que va a Veguillas de la Sierra.

En todo momento hay también señales de la ruta de bicicleta que nos orientan para seguir bien el trayecto. Seguimos por la derecha y en pocos minutos hay una tapia donde también nos debemos desviar a la derecha para seguir la ruta, pero a la izquierda del camino se encuentra un enorme nogal donde paramos a contemplarlo. Es inmenso y está con nueces. 
La foto de la izquierda es el mismo nogal que a la derecha, pero en invierno. Como se puede apreciar debajo de su copa caben muchas personas.

Volvemos a la senda y en cinco minutos nos flanquean dos centenarias sabinas, impresionantes.

Seguimos por la senda de la derecha que es la que rodea la sierra por la Loma del Royo. En esta zona estamos rodeados de campos de cereal, por la época del año solo quedan los rastrojos y alguna finca está labrada.

Vemos a lo lejos, a la derecha, una verde alameda, y a su lado la Fuente del Prao. Paramos a verla, se parece a la font de la Forata de Aitana, con pequeñas pozas rectangulares, pero con menos agua. Continuamos.

Caballo hecho con ramas en Arroyo Cerezo.

Y en poco tiempo, con giros hacia la derecha  y vistas al pequeño pueblecito de Arroyo Cerezo  vamos llegando al fin de la ruta. Cruzamos un arroyo seco, una pequeña subida y alcanzamos el lugar de inicio de la excursión.