Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

domingo, 15 de marzo de 2015

SIERRA DE ARACENA. RUTA DE LAS FUENTES Y ALDEAS DE ALÁJAR

POR LAS DEHESAS, FUENTES  Y ALDEAS DE ARACENA


FICHA TÉCNICA-
Día: 15/03/2015
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 3 horas.
Distancia: 12 km.
Dificultad: Media-Baja.
Como llegar: Desde Aracena:

Por la A-470, se pasa al lado del cruce de Linares de la Sierra y después de 12 kilómetros se llega a Alájar. un cartel indica a las afueras del pueblo la subida a la Peña de Arias Montano. O se toma la N-433 hasta Fuenteheridos y allí, a la izquierda, por la HV-5214 en 4 kilómetros, atravesando el precioso puerto de los Ángeles te lleva hasta la Peña de Arias Montano.
Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=9095650


ITINERARIO:
Peña de Arias Montano - Fuente de la Peña - Fuente chica de la Peña o de los Caballos - Alájar - Fuente la Marciana - Plaza Mayor - Fuentecica  - Fuente el Nogalejo - Los Madroñeros - Fuente de Arriba de los Madroñeros - Fuente de Abajo de los Madroñeros - Puerto de las Erillas - Ruta de los Molinos - GR 47 - Fuente la Gaja - El Collao - Fuente del Collao - Calabacino - Fuente del Calabacino - Ermita de la Santísima Trinidad - Peña de Arias Montano.


La Peña de Arias Montano fue acondicionada por el teólogo y humanista Benito Arias Montano, confesor de Felipe II y traductor de la Biblia Políglota. Una vez obtenido el patronato sobre la ermita la reedificó, construyendo casa y estudio con vides, huerta de frutales y paseo con parras y árboles de diverso género. En los alrededores de la ermita descubrió y acondicionó un antiguo manantial, "la Fuente de la Peña", levantó un cenador y ordenó todo el conjunto ampliando y adornando el camino de acceso con una frondosa alameda y los alrededores con huertas y viñas, siguiendo el ejemplo de las villas rústicas y de los jardines manieristas italianos. La Peña se constituyó como un centro de culto mariano de primer orden con la devoción a Nuestra Señora de los Ángeles.

Debajo del mirador a toda Huelva, hay un entramado de cuevas entre las que destaca el Palacio Oscuro, cueva que actualmente permanece cerrada.
La Romería de Nuestra Señora de los Ángeles es la principal fiesta de Alájar, en la ermita que lleva su mismo nombre en la Peña de Arias Montano.

La víspera de la romería comienzan los actos festivos. Desde Alájar parte “El Poleo”, una comitiva de vecinos y autoridades civiles y religiosas, hasta llegar a la Peña. La madrugada del 8 de septiembre numerosas hermandades de distintos pueblos peregrinan hasta Alájar en carrozas, a caballo y a pie. 

Una vez que han llegado las hermandades filiales se celebra la procesión por todo el recinto.

Cuando terminan las celebraciones en la Peña, los vecinos de la localidad continúan la festividad en el pueblo hasta el “Día del Voto”, que tiene lugar el domingo siguiente al día de la patrona.


RUTA:
Desde el aparcamiento de la Peña de Arias Montano comenzamos la caminata. Una pequeña cascada nos saluda con su música monocorde. Por una escalera al lado de ella accedemos hasta la primera fuente, la de la Peña. Esta enrejada y de la roca mana un agua muy cristalina. A su lado, una pared con muchos caños nos acompañan con su refrescante sonido.
Esta es una ruta circular que nos llevará a conocer dos de los elementos patrimoniales más rústicos y típicos de Alájar: sus fuentes y sus aldeas.


Echamos un vistazo alrededor y vemos la ermita de la Virgen de los Ángeles, el jardín romano, el  kiosko     y varias tiendas y bares a su lado. Cuando volvamos sacaremos fotos y nos acercaremos a su mirador.
Sin apenas abandonar el recinto surge otra fuente con pilón, hemos leído que se llama Fuente Chica de la Peña, y en otro sitio de los Caballos. 

Llegamos a la curva de la carretera por donde hemos accedido y caminando hacia abajo un poco por ella enseguida giramos a la derecha hacia un camino empedrado y encajonado entre tapias, árboles y vegetación.


Desde el sendero poco a poco vamos teniendo vistas a la Peña de Arias Montano. Volvemos a tropezar con la carretera A-470 que traíamos desde Aracena y que da acceso al pueblo de Alájar.

El sendero cruza la carretera y baja hacia un azagador. Están restaurándolo y debemos pasar al lado de un andamio para llegar a la vereda.  
Caminamos al lado de una pequeña explotación de cerdo ibérico. Dos de ellos se ocultan al vernos dentro de las cuadras.

El camino empedrado baja flanqueado de alcornoques, lo que nos permite caminar frescos por su interior. 
Las tapias de piedra, la vegetación, el empedrado,..... bonito sendero para pasear un domingo por la mañana.































Llegamos a las primeras casas del pueblo. Desde su esquina se avista también la Peña de Arias Montano. Enseguida encontramos la fuente de la Marciana.

Se nos acaban las pilas del GPS y...  nos las hemos dejado en el coche. Gracias a que una tienda de ultramarinos en la plaza abre y nos surtimos de otras nuevas.
Recorremos toda la calle de la Nuestra Señora de los Ángeles, en dirección Este,  buscando el barranco del Hoyo. Apreciamos la misma decoración que en Linares. En la entrada de las casas tienen "llanos" o alfombras de guijarros que antiguamente eran para evitar los resbalones a las bestias y hoy en día sirven como identificación para cada familia.

En nuestro camino nos tropezamos con un caballo atado y un borriquito que no deja de comer ante nuestra presencia. Salimos del pueblo remontando un riachuelo cantarín hasta llegar al enclave de la Fuentecica. Debemos atravesar el arroyo par llegar a la fuente. Está en bastante mal estado de conservación.
 

Damos media vuelta. Si continuáramos este sendero iríamos por el Puerto de Linares al pueblo del mismo nombre. Pero nosotros vamos en la dirección contraria. Volvemos a Alájar y nos situamos en la otra orilla del arroyo. 

Caminamos por un ancestral sendero para llegar hasta el barrio del Nogalejo, donde el GPS nos señala una fuente que no encontramos. Vemos un pequeño riachuelo y pensamos que surgirá algún caño en invierno, si llueve lo suficiente. Este año no es el caso.
En este rincón hacemos un cruce a la izquierda para dirigirnos a la aldea de los Madroñeros.

El sendero se inclina levemente y caminamos entre fincas con tapias, alcornoques, flores y pequeños corrales con animales.


Estamos en medio del campo, un paisaje rural que han conservado magníficamente. 












Preciosas tapias de piedra que han costado sudores levantarlas durante siglos y que como nos comentaba un señor del pueblo van cayéndose con las lluvias y nadie las arregla. Demasiado trabajo y poco remunerado.

Así, charlando y sin parar de disfrutar del entorno, llegamos a la citada aldea de los Madroñeros. Lo primero que vemos es la Fuente de arriba. Está protegida por una pared encalada y sale un pequeño chorro de agua fresquita.

La preciosa aldea de los Madroñeros tiene nuevos habitantes y luce blanca y resplandeciente. Ya llevaba un rato un perro a nuestro alrededor, cuando se fue hacia el pueblo creíamos que no lo veríamos más, pero sale raudo detrás nuestra.


Nos costará mucho esfuerzo hacer que se vuelva al pueblo, pero será su diversión de cada día.

Atravesamos la aldea por su parte baja hasta llegar a la Fuente de abajo.
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Pasamos por una finca donde están acostados varios cerdos y un perro vigilando que no nos hacen caso. Están encantados tomando el sol, tienen que ponerse morenos para poder hacer con sus jamones un buen pata negra.

Un poco más adelante un grupo de cabras están 
triscando.

Vemos gente a caballo que recorre el sendero, el jinete más veterano se mosquea un poco porque le hacemos una foto.   
Y algo inexplicable, teniendo en cuenta la situación del firme de la pista, un par de turismos pasan en dirección al pueblecito. No se resisten a que no llegue la civilización. Han ido, pero no sabemos si podrán volver. Hay raíces en mitad del camino que les dificultará el regreso. 
Nosotros nos apartamos en la orilla y cuando pasan proseguimos nuestra ruta llegando al Camino de Campofrío, pequeño carretil asfaltado. Tomamos en el cruce a la derecha y transitamos un rato al lado de un corral con muchos cerditos, que al oirnos se acercan para ver si les echamos algo de comer. Son una monada.
Enseguida llegamos al Puerto de las Erillas.



Desde este alto podemos ver de nuevo la Peña de Arias Montano, su cara Oeste. Se observan las cavidades que tienen en su lateral, las famosas cuevas.


Avanzamos rapidamente por la carretera hasta una bifurcación donde viramos a la izquierda, por un camino en donde está enclavada una casa rural. Llegamos hasta unas señales que marcan el inicio de la ruta de los molinos. 
Giro a la izquierda para bajar en el sentido de la corriente del arroyo de la Rivera del Alájar.


Vemos un precioso puente de paso y en la orilla contraria un antiguo molino rehabilitado, aunque el acceso está cerrado.
Continuamos hasta la Fuente de la Gaja. Desde ella debemos volver unos metros para encontrar el sencillo vado del riachuelo. Salimos justo al lado de una casa roja.

La rodeamos por su costado y paralelo al Alájar encontramos una nueva vereda, como todas en esta sierra mágica, frondosa, que te retrotrae a hace años en que la naturaleza estaba en estado puro, sin tanto cemento ni hierro. 
Todo construido con materiales puros, madera, piedra, con gente dedicada a la agricultura, a la ganadería y que vive de una forma modesta sin ostentaciones. 

Una manera de vivir más natural, sin prisas. Estas aldeas se han repoblado con artesanos y se nota en las edificaciones y en los huertos que les dan el sustento.


Cualquier camino, vereda o sendero que escojamos de los cientos que hay para recorrer el Parque Natural de Aracena encierra una belleza natural incomparable.
Colinas sin excesivas alturas, pero con una vegetación exuberante que hace las delicias pasear y contemplar lo que nos depara cada nueva curva.

Estamos en la pequeña aldea de El Collao. Sus casitas encaladas dan a este lugar un aspecto de orden y limpieza. La fuente está después del recodo, al lado de la carretera.

Debemos cruzarla rectos para caminar en dirección al Calabacino, la última aldea que vamos a visitar.
Después de varias casitas salteadas, a las que llegan en moto, los estrechos senderos no permiten otro vehículo. Y tras una explotación ganadera de cerdos llegamos a un cruce. A la derecha iríamos a visitar la aldea de El Cabezuelo. Nosotros vamos de frente para sobrepasar, por las calles de abajo, El Calabacino, con casitas y cuidados huertos.

Las temperaturas son primaverales y tenemos a nuestro paso una explosión de vegetación rodeada de naranjos, olivos, encinas en flor, alcornoques, miltos florecidos........


Girando a la izquierda damos con la fuente de Calabacino, alguien se ha olvidado en su poza la mochila. Y avanzando unos pasos, una escalera de piedra nos sitúa enfrente de la ermita de la Santísima Trinidad.
Volvemos hacia la fuente y a su lado surge una estrecha senda que nos lleva en un último esfuerzo, tiene una buena cuesta, por unas dehesas hasta la buscada Peña de Arias Montano.



En la explanada está colocada una espadaña al lado del mirador al pueblo de Alájar, la senda que acabamos de recorrer,  y, a toda la sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Visitamos la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles y vemos la cueva de la Sillita del Rey que queda a un lado.
Nos cambiamos y a comer que para nosotros ya es la hora.







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