LOS ALMENDROS DE TÁRBENA

UN MAR DE COLOR ROSA Y BLANCO

Día: 14-Febrero-2011

Participantes: Lourdes y Julián

PRV-145



El sol y los almendros, un bonito contraste.

 


Una senda al cielo.



El rosa es el color.



Una ladera impresionante.



Aprovechando el cumpleaños de Lourdes y el día de San Valentín realizamos una pequeña ruta de tres horas alrededor de Tárbena. Al amparo de la Peña Viñes y colgado sobre un barranco teñido de almendros en flor, se levanta este bello pueblo de montaña que mira sobre la sierra de Bernia y la costa mediterránea. De rebeldes raíces moriscas, sus moradores fueron expulsados por Felipe III quedando despoblado hasta la llegada de familias mallorquinas enviadas por el Virrey de Palma. Actualmente permanecen algunas costumbres de aquellos pobladores, fabricación de embutidos como la sobrasada y expresiones propias de la lengua de las Baleares. Partiendo desde Tarbena podemos descubrir su entorno plagado de fuentes y parajes naturales así como su conjunto histórico-artístico por medio de los senderos PR-V145 y PR-V146. En esta ocasión optamos por el primero. Comenzamos en Tárbena y  aparcamos en la parte alta del pueblo. Al principio nos encontramos con  bastante viento, pero luego casi desaparece. Desde allí sale una pista poco señalizada entre bancales de nísperos, olivos, almendros (ahora en floración) y poco a poco rodeados de un espectacular barranco vamos disfrutando de los colores de primavera por una senda antigua con vistas al Bernia, a la sierra del Ferrer, a la Aixortá... y muchos almendros floridos.

Pero el camino empedrado termina y llegamos a una carretera, y la falta de señales hace que primero bajemos, pero viendo lo cerca que está el pueblo decidimos subir y después de un par de kilómetros volvemos a encontrar marcas blancas/amarillas. Desde aquí divisamos el Cocoll  y la carretera que une Tárbena con Castell de Castells. Seguimos un desvío hacia la derecha y en pocos minutos nos encontramos en la carretera y en la eterna duda, hacia dónde, vamos hacia la izquierda (hacia Castell) y en pocos metros hay una entrada de un inmenso mirador con un cartel de azulejos de montañas de la zona, pero no tiene continuación y desde allí sube una senda (sin marcar) que decidimos tomar. Por fin encontramos una señal, a la derecha y desde allí en pocos minutos (hay que desechar un nuevo cruce sin señalizar hacia la izquierda) llegamos a una casa con la Fuente dels Olbis a su lado. La fuente está muy mal conservada pero los alrededores son impresionantes. Si miras hacia arriba te encuentras las huertas infinitas que parecen un mar de flores blancas y rosas, y si lo haces  hacia abajo el mismo colorido pero mejorado con el marco inigualable del Bernia y el Ferrer.

Seguimos la senda que baja sin respiro hasta el barranco del Pas (mejor que subir, la cuesta se las trae), tenemos que saltar por encima de ramas podadas que algún agricultor ha colocado para hacer todavía más difícil encontrar la buena senda, y llegamos a la carretera de Tárbena-Coll de Rates. Lo mismo, ni una señal, hay que guiarse por el mapa de PR145 que parece que nos hace ir hacia la izquierda  y desde allí buscar un camino a la derecha, hacia el barranco.

Fuente del Olbis.

Tomamos una senda, había una marca roja, pero solo nos lleva a un bancal con olivos y se cierra. Salimos de nuevo a la carretera y en el siguiente desvío ya encontramos una señal y bajando entre preciosas casas de campo, llegamos a la Fuente del Buscarró y desde allí en un duro ascenso (ya me parecía que bajábamos demasiado, llegamos hasta la Fuente de Benissalim. El pueblo estaba al lado pero hay que subir una última rampa, al fin en Tárbena.
Cogemos el coche y nos vamos a comer a Jalón, más concretamente al restaurante Riurau. Merece la pena.

Fuente de Buscarró.

Fuente de Benissalim.

 

Almendros en Jalón.



Tárbena, rodeada de almendros.