Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

miércoles, 27 de abril de 2011

LA PLANA O MONTE DE NAVARRA (1.338 m.)


DE NUEVO EN LA SIERRA DE CODÉS.

L
a fortaleza natural que constituye la Sierra de Codés, con La Plana, el Yoar y la  Malpica abrigan con sus cimas de más de 1.000 m. el Santuario de Nuestra Señora de Codés. Un templo que se construyó en dos etapas durante los siglos XVI y XVII. Tiene nave única con cuatro tramos, los de los pies cubiertos con bóvedas baídas y lo siguientes con crucería estrellada, cabecera cuadrada con casquete esférico sobre pechinas y, entre los contrafuertes, capillas muy profundas se comunican entre sí. El conjunto se completa con una gran sacristía barroca, coro a los pies que se prolonga en tribunas laterales y una torre levantada en la primera mitad del siglo XVIII. 

 En el  interior, una reja barroca del siglo XVII separa el presbiterio, en el que se sitúa el retablo mayor, tardomanierista, de mediados del siglo XVII.
La iglesia, a la que se accede por una escalinata y un pórtico, es parte de un basto complejo arquitectónico compuesto por otros edificios, como el palacio del Obispo de Lepe y la hospedería que se encuentra en pleno funcionamiento.
 
Día
: 27/04/2011
Participantes: Angel, Julián, Pili, Chus, Nieves y Lourdes.
Tiempo: 4 horas

Hoy comenzamos la ruta en el Santuario de Codés, cogemos agua en sus maravillosas fuentes y salimos por una pista hacia la derecha. Se convierte en un sendero que pasa al lado de  una caseta y  llegados a la  bifurcación vamos a la derecha por un sendero rodeado de robles, quejigos  y encinas.

Hay que buscar unas marcas azules y también hitos. Tuercen nuestro rumbo hacia la izquierda y comenzamos la ascensión con unas rampas muy inclinadas.
Subimos entre un túnel de arboles y arbustos. Hoy hace calor y no se ven nubes que nos molesten para coronar la cima del Monte de Navarra o La Plana, que no pudimos hollar hace dos días por las nieblas. Llegamos al collado, situado entre  la Malpica y La Plana, se ve  la espina dorsal de la Costalera al lado, y todo el valle de la Berrueza...
Por toda la crestera, por un camino evidente, subimos poco a poco hasta el primer hito de piedra que nos señala que estamos al lado de la cumbre del  Monte de Navarra o La Plana. En su cara norte hay hayas retorcidas y fantasmagóricas debido al viento del norte que les azota y que les ha retrasado la aparición de las hojas. Vemos a 20 metros la cima y la estatua que hay dando fe de la altura: 1.338 m.
 
Sacamos las fotos de rigor y vamos en busca del collado. Caminamos en dirección de las antenas del Yoar. Por un camino muy pisado, en principio va por la crestera de la sierra, con vistas a unos cortados impresionantes hacia el sur. En este paso la sierra es más agreste y rocosa. Y después va muy resguardado del viento y de todo peligro hacia la cara norte.
Hacemos una parada para reponer fuerzas y beber agua. Las vistas son preciosas, con hayas que empiezan a brotar,  las antenas del Yoar al fondo son inconfundibles para encontrar la cima, pero cuando la subes resulta bastante desagradable ver la cantidad de hierros que hay al lado de su cumbre, son los inconvenientes de tener televisión, radio, móvil...
 Descendemos hasta el  collado de la Llana o llamado del Puerto de Codés (1.210 m.), dudamos si ir al Yoar pero se nos ha hecho tarde ( de aquí se puede ir recto o subir un poco a la derecha y por un camino menos exigente dar la vuelta completa en una hora) 
Tomamos la senda hacia la izquierda, comenzamos el descenso por el GR 1. Es un sendero muy bonito que zigzaguea. Abajo se ve el Santuario y el valle de Aguilar y por los laterales vamos rodeados de imponentes peñas. A nuestra derecha se alza, imponente, la Peña de los Cencerros, una aguja de difícil escalada. Hemos llegado a una cascajera y hay que tener cuidado con no resbalarse.

Siguiendo las indicaciones el camino se va desviando a la derecha y ya con un sendero amplio vamos paseando entre robles y quejigos tranquilamente. Llegamos a una era donde hay unos ejemplares de roble tremendos, con unos troncos espectaculares. Se podría pasar uno aquí horas y horas contemplando la belleza de estos  ejemplares centenarios.  Desde aquí la vista a  toda la sierra que hemos atravesado  es maravillosa.
Visita muy recomendable en primavera,  otoño e invierno. Con nieve es precioso ver los Pirineos, San Donato, el Moncayo.....  En verano también, pero hay que madrugar, la sombra de encinas y robles de esta zona no da mucha frescura y al mediodía quema el sol.

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