POR LOS ACANTILADOS DE LA MARINA ALTA
FICHA TÉCNICA-
Día: 26/09/2015
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 8 horas.
Distancia: 24 km.
Dificultad: Media-Alta.
Punto de inicio: Desde Elche, dirección a Valencia, por la autopista A7 hasta la salida en Benissa. Después del peaje rectos hacia Jávea. En una rotonda, giro a la derecha, hacia Teulada y, desde el pueblo, a Moraira. Cuando entras al pueblo, en la rotonda giro a la izquierda, hacia El Portet. Antes de llegar a la cala encontramos un aparcamiento.
Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=10919281
ITINERARIO:
Moraira desde la Cala del Portet - Camí de la Viuda - Calle Paloma - Calle Almudaina - Calle Algar - Carretera a las Cumbres del Sol - Puig de la Llorença - Urbanización la Dalia - Carretera a las playas y Moraig - Barranco del Infierno - Cala dels Testos - Barranco del Infierno - Cueva dels Arcs - Cala Moraig - Falla Moraig - Cruce con SL 50 - Cova de les Morretes - Cova del Ti Domingo de l'Albiar - Cova de Pepet del Morret - Cala Llebeig - Collado Llebeig - Crestera del Cap d'Or - SL 50 - Torre Guaita - Cova de la Cendra - Cala del Portet.
Moraira desde la Cala del Portet - Camí de la Viuda - Calle Paloma - Calle Almudaina - Calle Algar - Carretera a las Cumbres del Sol - Puig de la Llorença - Urbanización la Dalia - Carretera a las playas y Moraig - Barranco del Infierno - Cala dels Testos - Barranco del Infierno - Cueva dels Arcs - Cala Moraig - Falla Moraig - Cruce con SL 50 - Cova de les Morretes - Cova del Ti Domingo de l'Albiar - Cova de Pepet del Morret - Cala Llebeig - Collado Llebeig - Crestera del Cap d'Or - SL 50 - Torre Guaita - Cova de la Cendra - Cala del Portet.
Todo surgió este
año viendo el recorrido de la Vuelta Ciclista a España. El día 30 de agosto la etapa subía
hasta el Puig de la Llorença y nos preguntamos cómo uniríamos en una
única etapa esta cumbre con maravillosas vistas, y las calas, sobre todo
la dels Testos, ya que ambas(cima y cala) son inéditas para nosotros.
Nada, nos lanzamos a la aventura. No hay ruta para copiar que nos suba y baje desde la cima de la Llorença hasta las calas, pero iremos a patearlo, perdiéndonos en algún tramo. Así es la aventura. Si alguien nos sigue le aconsejaría que baje de la cima de la Llorença por la derecha o por la izquierda. Por el centro es muy complicado.
RUTA:
Nos calzamos las botas y comenzamos rectos y sin cadenas desde el aparcamiento situado al lado de la carretera. Llevamos un track que ha ido al Barranco de la Viuda, pero nosotros queremos ir más cerca del monte. Pero las calles se cierran, las casas están adosadas y nos cortan el paso lo que nos hace girar a la izquierda y buscar el conocido por nosotros Camí de la Viuda. Giro a la derecha para recorrer esta carretera flanqueada de urbanizaciones y que ahora nos resulta más pesada. Hoy vamos ascendiendo por toda la calle. Lo único que nos llama la atención es el cartel en un parque con el que se prohibe la entrada de perros.
Nos situamos enfrente del Barranco de la Viuda que hoy no recorremos, y vemos a nuestra izquierda el objetivo, la Llorença.
Llegamos a una encrucijada donde está situado un poste de inicio de la ruta SL 50 que por el Barranco de la Viuda te lleva hasta la Cala Llebeig y Moraig. La seguimos unos metros, pero cuando indica giro a la derecha la abandonamos para virar a la izquierda por el inicio de la Calle Paloma. Caminamos por un sendero de tierra que dura muy poco y nos saca a la Calle Almudaina.
Intentamos caminar rectos hacia la cabecera del barranco de la Viuda. Está urbanizado completamente y transitamos por la izquierda para evitar ser atropellados. Nos salimos a la derecha pensando que tendremos camino por el barranco pero nos sucede igual que en la anterior urbanización. Está cerrado totalmente el paso con cemento.
Vuelta y giro a la derecha por la Calle Algar que va ascendiendo con vistas a las urbanizaciones paralelas a nosotros y con el Puig de la Llorença de frente.
Llegamos a una encrucijada donde está situado un poste de inicio de la ruta SL 50 que por el Barranco de la Viuda te lleva hasta la Cala Llebeig y Moraig. La seguimos unos metros, pero cuando indica giro a la derecha la abandonamos para virar a la izquierda por el inicio de la Calle Paloma. Caminamos por un sendero de tierra que dura muy poco y nos saca a la Calle Almudaina.
Intentamos caminar rectos hacia la cabecera del barranco de la Viuda. Está urbanizado completamente y transitamos por la izquierda para evitar ser atropellados. Nos salimos a la derecha pensando que tendremos camino por el barranco pero nos sucede igual que en la anterior urbanización. Está cerrado totalmente el paso con cemento.
Vuelta y giro a la derecha por la Calle Algar que va ascendiendo con vistas a las urbanizaciones paralelas a nosotros y con el Puig de la Llorença de frente.
Desde una calle de la urbanización salimos a una carretera más ancha, pensamos que será la que usaron los ciclistas para llegar a meta y donde ganó el holandés Tom Dumoulin (Giant) . Pero ante la duda, preguntamos a un paseante, "¡yes, bikes!". Todo aclarado. Tenemos don de lenguas.
Miramos en el GPS pero no se ve ninguna senda que rodee la loma y nos conduzca hasta el alto. Giro a la derecha y por el carretil hacia arriba. Subida muy muy exigente, y conforme ganamos altura vamos teniendo unas fabulosas vistas a la costa mediterránea, al peñón de Ifach, Sierra Helada detrás, el Morro Toix, Bernia, que se cubre con las nubes....
Llegamos a la urbanización Cumbres del Sol y giramos a la izquierda para subir una gran cuesta que nos lleva por una carretera muy inclinada. Debemos parar para beber un poco de agua y a contemplar el Montgó que se asoma. Y con esta ayuda conseguimos con esfuerzo llegar a las últimas rampas de la subida al Puig de la Llorença.
Hoy hace calor, pero la mitad que en agosto, ya me imagino como subían los ciclistas este último tramo.
Pero merece la pena el exceso de brea, de antenas, de calor y de pendiente.
Las vistas son fabulosas. Qué mejor atalaya para tomar una fruta y un trago de agua y disfrutar mirando a todos los puntos cardinales.
Tenemos unas panorámicas de 360º a la Marina Alta y parte de la Marina Baja. Al Norte, el Montgó y Jávea; al Sur, el peñón de Ifach, Sierra Helada, Morro Toix, Oltra, Bernia...; al Oeste, divisamos la Solana, el Ferrer.. ; y al Este, el Mar Mediterráneo y toda la costa bañada por él. Lo único que afea esta postal es la cantidad de casas y casas construidas, en los sitios más inauditos.
Aprovechamos para situarnos y buscar el sitio por donde acceder a las calas. Asomándonos a la peña vemos que por debajo, hacia el Este, hay un camino de tierra paralelo a este cordal. Avanzamos hasta el fondo de la cima, donde hay unas feas antenas y bajamos con dificultad por una cuesta, con piedras desprendidas, hasta la senda.
Aquí pensamos que lo mejor es tomarla hacia la derecha (luego creemos que hubiera sido mejor ir a la izquierda y bajar por el lateral de la sierra. Eso lo descubrimos más tarde.)
La senda transcurre paralela a las estribaciones rocosas de la cima. Pensamos en hacer un campo a través pero lo desechamos, y cuando acaba encontramos la carretera que sube a la cima desde la cara Este.
La senda transcurre paralela a las estribaciones rocosas de la cima. Pensamos en hacer un campo a través pero lo desechamos, y cuando acaba encontramos la carretera que sube a la cima desde la cara Este.
Tenemos vistas hacia el Sur a la torre de Guaita del Cap d'Or, final de nuestra ruta de hoy, y al omnipresente peñón de Ifach, con su estampa ergida en medio del mar, es espectacular.
La primera urbanización está cerrada con muro de hormigón, nos obliga a girar a la derecha. Enseguida vemos que la ladera no tiene mucha altura y hacemos un campo a través que nos saca a la urbanización la Dalia. Dudamos si ir a la izquierda o a a la derecha. Nos dirigimos en esta dirección intentando llegar a la cala Moraig que tenemos justo enfrente de nosotros. En un trayecto recto bajamos por un desagüe para las aguas pluviales, y pensamos seguir haciéndolo posteriormente pero las laderas han tomado unos desniveles demasiado grandes y al no ver la salida clara nos dirigimos a la izquierda para buscar la carretera general que nos baje a la Cala Moraig. (En este punto y viendo los mapas pensamos que será mejor a la derecha por la carretera general para llegar al aparcamiento en menos tiempo)
Este entramado de urbanizaciones son una ratonera de cemento, si llueve mucho son auténticas barreras para el paso del agua.
Este entramado de urbanizaciones son una ratonera de cemento, si llueve mucho son auténticas barreras para el paso del agua.
Desandamos todo lo andado y después de varios kilómetros, ¡eureka! el cruce principal que señala las playas. Ya a la derecha caminamos contentos de haberlo encontrado y además para variar vamos en descenso. Varios cruces a la urbanización Adelfa, Encina.. que nosotros desechamos. Solo seguimos si pone hacia playas y carretera Moraig.
Varias curvas después sobrepasamos
el Supermercado de Pepe la Sal (varios letreros avisaban de su apertura
sábados y domingos) y el restaurante Cumbre. Continuando por el camino
que lleva a Moraig tenemos vistas al Puig de la Llorença y las urbanizaciones y sus precipicios. Llegamos a un cruce a la derecha que nos marca a Benitatxel, lo desechamos. Nos dirigimos a la izquierda viendo el Morro Falquí que sobresale.
Llegamos a un aparcamiento. A la izquierda está el desvío hacia la Cala dels Testos. No está marcado. Unas escaleras nos introducen en el Barranco del Infierno, precioso rincón que vamos superando con cuidado. El tipo de piedra puntiaguda aminora nuestra marcha. Vamos resguardados del sol con la maleza y preguntamos a una pareja con una nevera en mano qué tal está la bajada. Nos dicen que se han dado media vuelta y no van equipados.
Llegamos al primer punto conflictivo. Es una canal de bajada larga pero equipada con grandes maromas. La superficie parece que puede resbalar, pero con buen calzado y agarrándose fuerte se baja sin problemas.
Continuamos por el sendero. La segunda canal es un poco más larga, pero se puede bajar como si fuera un tobogán, enganchados a la soga, apoyando el trasero y resbalándose. Divertido.
Llegamos al tercero y para mi el más difícil. Pero tenemos la suerte de que sube una pareja. El muchacho nos dice que en el último tramo nos giremos a la derecha(en el sentido de la bajada) para conseguir poner el pie en un resalte, que si descendemos rectos no lo hay.
Así que siguiendo los consejos logramos llegar a tan deseada Cala, la dels Testos. Está bajo el Morro Falquí. Con agua cristalina que con cada nueva ola remueve los cantos rodados provocando un sonido especial en este rincón del paraíso.
Hay en este momento seis personas, playa exclusiva.
Así que siguiendo los consejos logramos llegar a tan deseada Cala, la dels Testos. Está bajo el Morro Falquí. Con agua cristalina que con cada nueva ola remueve los cantos rodados provocando un sonido especial en este rincón del paraíso.
Hay en este momento seis personas, playa exclusiva.
Nos situamos a la izquierda de la cala, en una pequeña cueva que nos da sombra. Desde este punto vemos toda la costa que queremos recorrer hasta la Torre de Guaita, que vemos al fondo. Parada merecida para la comida y baño.
Nos volvemos a vestir y retornamos por donde hemos venido. Vemos las paredes que hemos descendido y nos da un cierto desasosiego, pero con cuidado y agarrándonos como lapas logramos superar los tres obstáculos rocosos del día.
Hoy hacemos senderismo y escalada en la misma excursión. Somos unos máquinas. Bueno, no es para tanto, pero hay que darle un poco de emoción.
Hoy hacemos senderismo y escalada en la misma excursión. Somos unos máquinas. Bueno, no es para tanto, pero hay que darle un poco de emoción.
Solo hay que agarrarse con ganas a la soga y hacia arriba.
En este sentido el primero es algo más difícil, por la izquierda, pero más sencillo que bajar.
Una última mirada a la Cala dels Testos y afrontamos la subida por el sendero para superar en poco tiempo el recorrido del barranco del Infierno, se nos ha hecho el trayecto más corto que en la ida.
Salimos de nuevo al cruce y por el aparcamiento vamos a la izquierda para bajar en poco tiempo a la Cala de Moraig. En su lateral está la Cova dels Arcs donde hacemos una parada para adentrarnos en ella y sacar fotos.
Nos detenemos en la preciosa cala de Moraig. En la península de tierra más lejana a nosotros, al final del perfil marinero, vemos lo que parece el Cabo de la Nao. Acercando el zoom se ve perfectamente el faro.
Y aprovechando que hay un chiringuito nos sentamos un rato para tomar una cerveza refrescante y disfrutar de este rincón tan paradisíaco, tan semejante al Caribe o a las playas tropicales.
Pero no podemos entretenernos demasiado, porque nos queda una larga etapa.
Reemprendemos el trayecto, subimos un tramo de la exigente cuesta y giramos a la izquierda para visitar la Falla de Moraig.
Un sendero balizado con vallado de madera nos conduce primero hasta un espectacular orificio circular por donde las olas fluyen.
Y a continuación, nos sorprende con su original forma y nos da vértigo mirar al fondo, el Riu Blanc, río de agua dulce, que tiene a sus pies. Paraiso de los buceadores, todavía no han podido medir con exactitud su profundidad.
El rincón es espectacular, sus formas puntiagudas y verticales que parece que van contra las leyes de la física. Muy recomendable su visita.
Debemos volver sobre nuestros
pasos, girando a la izquierda para afrontar el final de la cuesta y en la vaguada del aparcamiento girar de nuevo a la izquierda.
Otra señal nueva para nosotros, carril para caminantes, original, debían existir muchos más.
Para buscar el SL 50, pintura verde/blanca, que surge muy pronto a nuestra izquierda. Y nos transporta a otro mundo. A media ladera, entre el mar y los acantilados rocosos donde no hace mucho tiempo se ganaban la vida los agricultores de la Marina Alta en les pesqueres de cingle.
Desde las pequeñas cuevas bajaban a los acantilados usando los canyissos de secar la pansa, los usaban para sujetarse a las rocas y desde allí lanzaban el rall o redes de pesca para intentar atrapar sepias y calamares. Los atraían con una lámpara de carburo.
Otra señal nueva para nosotros, carril para caminantes, original, debían existir muchos más.
Para buscar el SL 50, pintura verde/blanca, que surge muy pronto a nuestra izquierda. Y nos transporta a otro mundo. A media ladera, entre el mar y los acantilados rocosos donde no hace mucho tiempo se ganaban la vida los agricultores de la Marina Alta en les pesqueres de cingle.
Desde las pequeñas cuevas bajaban a los acantilados usando los canyissos de secar la pansa, los usaban para sujetarse a las rocas y desde allí lanzaban el rall o redes de pesca para intentar atrapar sepias y calamares. Los atraían con una lámpara de carburo.
Caminamos por un sendero de tierra que nos lleva encaramados a los acantilados, paralelos a la costa.
Precioso sendero local que recorre las cuevas o pesqueras en las que se refugiaban los hombres que bajaban desde ellas para pescar. La vereda es suficientemente ancha para caminar con seguridad y no tiene apenas desniveles.
Hacemos parada en cada una de las coves de los antiguos pescadores. Primero en la de les Morretes, luego en la del Ti Domingo de l'Albiar, y por último la más espectacular, por las grandes losas de piedra haciendo equilibrios que tiene a su alrededor, la de Pepet de le Morret.
Continuamos sin apenas detenernos observando las rocas extraplomadas que nos protegen del sol y disfrutando de las vistas hacia nuestra espalda, el cabo de la Nao, la cala de Moraig, dels Testos, la falla del Moraig.....
Y al frente el siguiente objetivo la cala de Llebeig, el Cap d'Or y la Torre de Guaita, que como un centinela vigila todo su alrededor.
Al girar en un recodo podemos ver al fondo la Cala de Llebeig y la Punta l'Aldera, en donde estuvimos hace muy poco. Impresionante paisaje.
El sendero se inclina, baja bruscamente y con rapidez hasta la unión de la cabecera de la Cala de Llebeig, a la izquierda y vemos el Barranco de la Viuda, a nuestra derecha.
No vamos a hacer parada en la playa porque estuvimos hace poco y nos quedan kilómetros.
Remontamos apenas unos metros a la derecha para emprender el ascenso a la ladera opuesta. Está muy bien marcada con puntos color azul turquesa. Primero subimos casi rectos por una pedrera y siguiendo la pintura giramos a la derecha para superar unas rocas que nos encaminan más adelante hacia la derecha por un angosto sendero, que cubierto de pinos, nos va haciendo ladear la montaña.
Cuando surge una inmensa mole de piedra calcárea, con varias oquedades en sus paredes, el camino vira a la derecha para alzarse sobre un collado con mucha facilidad, ya nos sorprendió la otra vez que pasamos por aquí.
Lo que también nos volvió a sorprender pero negativamente es que casi al lado tenemos una casa y debajo toda una urbanización, increíble lo que se ha permitido construir al lado de nuestras costas y en los sitios más inveromiles.
Giro a la izquierda para crestear con vistas a todo el cordal marítimo que hemos atravesado. Y sobre los acantilados más viviendas. Parece que caminas en soledad con la inmensidad del mar, de los acantilados y no se te cae una casa encima de milagro.
Proseguimos intentando olvidar el impacto visual del cemento. Al principio, la vereda es sencilla pero más adelante la piedra es más puntiaguda y debemos poner atención a cada paso que damos para no torcernos un tobillo.
Por fin llegamos a un camino de tierra y vemos un poste indicador del SL 51 que lleva a la Torre de Guaita, la vigilante del Cap d'Or.
Lo tomamos con ganas de llegar a la meta, pero todavía nos queda un sendero de tierra, que transcurre por debajo de un gran acantilado alargado. Cuando vira hacia la derecha vemos arriba la preciosa torre de piedra que nos recibe con unas vistas impresionantes a Moraira y su puerto, al peñón de Ifach, sierra Helada, Morro de Toix, Bernia.....y el mar Mediterráneo. Parada para beber el último trago de agua que llevamos y eso que hemos traído 3 litros y la mitad congelada. El día caluroso y húmedo nos ha hecho sudar.
Retornamos hasta una curva donde hemos visto marcas de blanca/verde del sendero local y nos desviamos a la derecha para llegar hasta la Cueva de la Cendra. Inmensa cavidad que pertenece al Paleolitico Superior, cuyo fondo está vallado.
Desde la crestera baja una tubería con un grifo, lo abrimos y no sale agua, no sabemos que finalidad tendrá.
Retornamos al sendero local y siguiendo las marcas descendemos por encima de otra urbanización y por una valla salimos a la carretera que en sentido diestro nos deja en la Cala del Portet.
Un merecido y revitalizante baño que nos deja como nuevos.
Precioso sendero local que recorre las cuevas o pesqueras en las que se refugiaban los hombres que bajaban desde ellas para pescar. La vereda es suficientemente ancha para caminar con seguridad y no tiene apenas desniveles.
Hacemos parada en cada una de las coves de los antiguos pescadores. Primero en la de les Morretes, luego en la del Ti Domingo de l'Albiar, y por último la más espectacular, por las grandes losas de piedra haciendo equilibrios que tiene a su alrededor, la de Pepet de le Morret.
Continuamos sin apenas detenernos observando las rocas extraplomadas que nos protegen del sol y disfrutando de las vistas hacia nuestra espalda, el cabo de la Nao, la cala de Moraig, dels Testos, la falla del Moraig.....
Y al frente el siguiente objetivo la cala de Llebeig, el Cap d'Or y la Torre de Guaita, que como un centinela vigila todo su alrededor.
Al girar en un recodo podemos ver al fondo la Cala de Llebeig y la Punta l'Aldera, en donde estuvimos hace muy poco. Impresionante paisaje.
El sendero se inclina, baja bruscamente y con rapidez hasta la unión de la cabecera de la Cala de Llebeig, a la izquierda y vemos el Barranco de la Viuda, a nuestra derecha.
No vamos a hacer parada en la playa porque estuvimos hace poco y nos quedan kilómetros.
Cuando surge una inmensa mole de piedra calcárea, con varias oquedades en sus paredes, el camino vira a la derecha para alzarse sobre un collado con mucha facilidad, ya nos sorprendió la otra vez que pasamos por aquí.
Lo que también nos volvió a sorprender pero negativamente es que casi al lado tenemos una casa y debajo toda una urbanización, increíble lo que se ha permitido construir al lado de nuestras costas y en los sitios más inveromiles.
Giro a la izquierda para crestear con vistas a todo el cordal marítimo que hemos atravesado. Y sobre los acantilados más viviendas. Parece que caminas en soledad con la inmensidad del mar, de los acantilados y no se te cae una casa encima de milagro.
Proseguimos intentando olvidar el impacto visual del cemento. Al principio, la vereda es sencilla pero más adelante la piedra es más puntiaguda y debemos poner atención a cada paso que damos para no torcernos un tobillo.
Por fin llegamos a un camino de tierra y vemos un poste indicador del SL 51 que lleva a la Torre de Guaita, la vigilante del Cap d'Or.
Lo tomamos con ganas de llegar a la meta, pero todavía nos queda un sendero de tierra, que transcurre por debajo de un gran acantilado alargado. Cuando vira hacia la derecha vemos arriba la preciosa torre de piedra que nos recibe con unas vistas impresionantes a Moraira y su puerto, al peñón de Ifach, sierra Helada, Morro de Toix, Bernia.....y el mar Mediterráneo. Parada para beber el último trago de agua que llevamos y eso que hemos traído 3 litros y la mitad congelada. El día caluroso y húmedo nos ha hecho sudar.
Torre de Guaita. |
Cueva de Cendra. |
Retornamos al sendero local y siguiendo las marcas descendemos por encima de otra urbanización y por una valla salimos a la carretera que en sentido diestro nos deja en la Cala del Portet.
Un merecido y revitalizante baño que nos deja como nuevos.
Muy buena pinta!! vamos mañana por la zona, creo que usare parte de tu ruta, muy interesante y bonita. Te informare! gracias
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