Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

domingo, 21 de septiembre de 2014

MERINO (1.799 m.),BUITRERA (2.046 m.) y ALTO DEL PARREJÓN (2.013 m.)

DESDE RIAZA AL PUERTO DE LA QUESERA POR EL CORDAL DE LA SIERRA DE AYLLÓN-


FICHA TÉCNICA-
Día: 21/09/2014
Participantes: Julián, Lourdes y el grupo 2+ de Tierra de Fuego.
Tiempo estimado: 6 horas.
Distancia: 17 km.
Dificultad: Media- Alta, por la distancia y el ritmo.
"Tierra de Fuego" es una agencia de viajes madrileña que todos los fines de semana organiza rutas por las sierras que circundan Madrid. Nos hemos apuntado con ellos a la segunda etapa de la Travesía por el Sistema Central. 
Muy recomendable porque viajas en autobús y te permite recorrer todo el cordal.

Wikilochttp://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=7841618

ITINERARIO:
Riaza - Pilón El Escorial - Puente sobre el río Riaza - Robledal - Ermita de Hontanares - Subida por la Cruz - Collado de la Fuente - Cruz - Merino (1.799 m.)- Collado de Cerro Gordo - Zopégado - Collado - Buitrera - Collado del Cervunal - Alto del Parrejón - Collado de las Lagunas - Collado de los Lobos - Puerto de la Quesera.



La sierra de Ayllón está situada entre las provincias de Guadalajara (Castilla-La Mancha)al sur, Segovia(Castilla-León)y Madrid al norte, es una de las sierras orientales del Sistema Central español.
Linda al Oeste con las sierras de Somosierra y del Rincón, al Este con las de Pela y Alto Rey, al Norte con la submeseta Norte o castellana y al Sur con la campiña de Guadalajara.


Constituye la divisoria entre las cuencas del Duero y del Tajo. En sus montañas nacen los ríos Jarama y Sorbe, así como otros menores como el Jaramillo, Berbellido, Riaza, Sonsaz o del Ermito. 
En sus valles sombríos crecen los hayedos más meridionales de Europa — Tejera Negra, La Pedrosa y Montejo—. Los bosques no forman un sólo hayedo, sino que estos se reparten por el fondo de los valles, rota su continuidad por crestones de pizarra. A vista de pájaro, lo que se contempla son numerosas manchas boscosas por las laderas, tanto mejor conservadas cuanto más alto se ubican. Sin faltar en su flora el chaparro, roble melojo y el pino silvestre. Entre su fauna se encuentran lobos, buitres y pequeños mamíferos.


La sierra de Ayllón desde Riaza.









                                                                                   En el macizo de Ayllón es muy patente la disimetría entre la vertiente septentrional y la meridional: en aquella, las laderas bajan hacia el piedemonte de la meseta de forma uniforme, presentando desde la lejanía un frente homogéneo, con cursos de agua de escasa importancia. Por el contrario, el sector meridional presenta una orografía complicada, profundamente horadada por la acción de ríos tan importantes como el Jarama, el Berbellido, el Jaramilla o el Sorbe. 
En esta ruta cruzaremos por collados singulares que actúan como divisoria de aguas de las cuencas del Duero (Norte) y Tajo (Sur). Entre ellos el del Cervunal, por el que cambiaremos de la cuenca del Duero (río Riaza) a la del Tajo (río Sorbe).



RUTA:

Desde el Parque Municipal el Rasero salimos en dirección al pueblo de Alquité, por la calle Gran Vía de Riaza. Todavía queda algún tramo del vallado de las fiestas que han tenido lugar este fin de semana, para celebrar los encierros por las calles de la villa.









Llegamos al final del pueblo donde se encuentra el Pilón del Escorial y continuamos por la orilla de la carretera SG-1111. Cruzamos un puente sobre el río Riaza y enseguida giramos a la derecha a una pista de tierra. Hay carteles señalizando la ruta hacia la ermita de Hontanares.

Caminamos paralelos al Arroyo de las Manadillas, en el que hay algún ejemplar de chopo que comienza a teñir sus hojas de otoño, todavía es pronto. No encontraremos ninguno más.
El  desnivel en este tramo es pequeño pero continuo.






Un nuevo poste indicador nos señala el desvío a la izquierda. Abandonamos la pista, es un sendero poco pisado, primero, avanzamos por una finca agraria, por el lateral del rastrojo, y después, nos internamos por un joven robledal melojo.



Después de un par de kilómetros salimos al lado de la carretera que lleva a la ermita transitando entre ésta y un pequeño arroyo un trecho.
Sobrepasamos un abrevadero de hormigón y una alambrada de paso de animales, que nos conduce directamente hasta el área recreativa de la ermita de la Virgen de Hontanares.
Precioso lugar para pasar una tranquila mañana de domingo. La ermita está a 1.450 metros de altitud, enmedio de un gran prado. A su alrededor hay barbacoas, bancos, mesas y hasta un pequeño restaurante.

Pero nosotros, que en este punto no tenemos respiro, sin parar a contemplar detenidamente la ermita, remontamos por una inclinada pendiente entre erguidos pinos. Hay un paso para evitar que salga el ganado, que atravesamos,  y un indicador que nos señala a la izquierda por la Senda de la Cruz, que es el que tomamos.

El día está caluroso, alguna compañera incluso se ha cambiado el pantalón largo por uno corto y entre el arbolado y la esforzada cuesta toca ensanchar los pulmones.
Poco a poco va desapareciendo el arbolado y salimos a una explanada herbosa, donde está muy seca la pradera a pesar de las lluvias de la última semana.
Una parada en el collado de la Fuente para un reagrupamiento y
para contemplar lo que se denomina el mar de Castilla, la gran extensión de la meseta central.
Y tras un pequeño respiro,  hacia arriba.


Comienza a verse a nuestra izquierda alguna formación rocosa y en una de las peñas se erige una gran cruz.
En este punto nos desviamos a la izquierda para ir sorteando las rocas e ir ascendiendo poco a poco entre caminos donde se intercalan peñas y  prados herbosos con sabinas rastreras, matorrales y brezos muy secos.
De frente el Merino y,a la izquierda, la Buitrera.






Vemos al fondo nuestro próximo objetivo, el Merino y a su izquierda luce imponente la Buitrera.






Después de un par de exigentes y verticales canales, con pasos rocosos donde hay que usar las manos, pero que no revisten ningún peligro técnico,  hollamos la cima del Merino de 1.799  metros de altitud. Parada para tomar unos frutos secos y agua.

El día está algo encapotado, y parece que caen unas pequeñas gotas de agua, pero la previsión metereológica no da lluvias hasta la noche y tenemos fe en que se cumpla.


Merino.

Charlamos un poco, reponemos fuerzas y el guía, Sergio, nos indica las sierras que se encuentran a nuestro alrededor. Mirando de norte a sur se ve la sierra de la Demanda, Urbión, y el Moncayo, algo difuminado entre las nieblas,  el Ocejón, la Buitrera, el Pico del Lobo....

Unos paisajes a los que no estamos acostumbrados y los desconocemos desde esta perspectiva.

El año pasado, desde el mirador del Cañón del Río Lobos, vimos este cordal, del macizo de Ayllón.


Reanudamos la marcha observando la cumbre del Merino, que dejamos atrás, y el que tenemos como próxima meta, la Buitrera.

Avanzamos hacia el Cerro Gordo, que lo tenemos justo enfrente.


En este momento se produce una dispersión de montañeros, dado el ritmo que imprimen los de cabeza, y cada uno va superando y avanzando conforme sus fuerzas se lo permiten. ¡El sufrimiento no existe!.
Hablando con un compañero, Ángel, sale el tema del fútbol y del Elche y que casualidad, él es ilicitano pero vive desde hace 12 años en Madrid. Saludos.






Nos situamos enfrente de la cordada de la Buitrera,  pero debemos descender al collado de Zopégada para desde allí remontar hasta la cima más alta del día.

Se ve el grupo estirado en el último desnivel de importancia, cada uno a su ritmo.

En la vista del cordal, la Buitrera se encuentra en medio, y a la izquierda hay varios picos que son los Sin Nombre.
Una vez superado el resalte hacemos una nueva parada de encuentro, un trago de agua y adelante. 


Recorremos el último tramo, que rodea las llamadas cimas Sin Nombre, y en pocos minutos tocamos cumbre, la Buitrera. Algo más de 2.000 metros nos permiten tener unas vistas excepcionales. Aquí nos tropezamos con el grupo 2 que hace la ruta en la dirección contraria.(El autobús les ha dejado en el Puerto de la Quesera y van hasta Riaza)


Buitrera.


Comemos sentados hacia el Oeste, admirando el Pico del Lobo, el hayedo de la Pedrosa y el pequeño embalse de Riofrío al fondo. 

Después admiramos la vertiente Este, desde donde se divisan a sus pies los barrancos, donde nace el río Lillas y los hayedos de la Tejera negra.

Y hay gran cantidad de insectos, "mariquitas", que colorean la cima y dan fe de la pureza del aire que respiramos.
El guía nos explica que no se ponen de acuerdo si esta sierra de Ayllón pertenece al Sistema Central o al Ibérico. Por su situación debería pertenecer al Central, pero en la composición de sus piedras es Ibérico, porque tiene rocas sedimentarias.
Retomamos la ruta en dirección al Pico del Lobo, lo vemos de frente. 
Por ahora el sendero es muy cómodo, baja y llanea, se agradece  después de comer.

Llegamos al collado del Cervunal, hay unas vacas pastando, pero todo está muy seco.






Desde aquí se observa perfectamente el valle donde sobreviven las hayas. Es una estrecha vaguada que conserva un hayedo, la Tejera Negra, uno de los más meridionales de Europa.
Todavía es final de septiembre y las hojas no han cambiado su tonalidad.





Nos toca encarar una pequeña cuesta, que sufrimos, después de acostumbrarse a bajar y llanear duele subir. Pero cada cual a su ritmo vamos tomando posiciones hacia un gran hito de piedra que señala la siguiente meta del día, el Alto del Parrejón, de algo más de dos mil metros.
Otra parada para charlar y comentar los picos que nos rodean.


Alto del Parrejón.




Retomamos la ruta, con vistas al puerto de la Quesera, donde se ve algún vehículo aparcado.

Por unas lomas con sabinas rastreras, brezos ya agostados y pequeñas flores que tiñen sus hojas de otoño llegamos hasta el Collado de los Lobos y desde allí un giro a la derecha que nos lleva en pronunciado desnivel descendente hasta la carretera. 


Sin salir a ella, tomamos un pequeño sendero que va paralelo. Tenemos unos pinos a nuestra izquierda y vemos unas hayas a la derecha, el hayedo de Pedrosa al que se puede acceder desde aquí. En poco tiempo llegamos al autobús, que está en el alto del puerto de la Quesera, a más de 1.700 metros de altitud.


El alto del puerto de la Quesera constituye el paso montañoso por el que discurre la carretera que une las localidades de Riaza (Segovia) y Majaelrayo (Guadalajara), haciendo de límite fronterizo de las Comunidades Autónomas de Castilla y León y Castilla-La Mancha. Es un extraordinario punto de partida para acometer interesantes excursiones hacia la Buitrera, o hacia el Pico del Lobo, que nos ha quedado pendiente.


Y para finalizar la ruta, una cerveza en Riaza, donde aprovechamos para conocer el pueblo, con una plaza mayor porticada, hoy tiene enmedio la plaza de toros portátil y la afea un poco. Es un pueblo digno de visitar.

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