Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

sábado, 13 de febrero de 2016

TARRACO-TARRAGONA

POR LA ANTIGUA TARRACO ROMANA


FICHA TÉCNICA-
Día: 13/02/2016
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 4 horas.
Distancia:5 km.
Dificultad: Fácil, paseo por la ciudad.
Como llegar: En la autopista Valencia-Barcelona, tomar la salida 33. En la primera rotonda ir dirección a Tarragona (calle Valls) y enseguida surge el carril dirección a Valls. En apenas 500 metros un cartel indica "Aqueducte Romá". Giro a la derecha y llegamos a un pequeño aparcamiento. Tomamos en dirección recta. Marca hacia el Puente del Diablo.
Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=12350915
ITINERARIO:
Acueducto de Les Ferreres o Puente del Diablo.
Tarragona capital. Rambla Nova- Monumento als Castells - Paseo de las Palmeras - Anfiteatro romano - Plaza del Rey - Museo Arqueológico - Circo y Pretorio romanos - Portal de Sant Antoni - Casa Pons - Plaza de Representación del Foro Provincial - Calle Merceria - Calle Mayor - Catedral - Claustro - Hospital Viejo - Iglesia San Pau - Arc de Calle Toda - Portal del Roser - Murallas - Plaza Pallol o Plaza de Representación del Foro Provincial.



Tarraco (actual Tarragona) fue una antigua ciudad romana. Durante el Imperio romano fue una de las principales ciudades de Hispania y capital de la provincia romana Hispania Citerior en el siglo I a.C.  El nombre completo de la ciudad era Colonia Iulia Urbs Triumphalis En el año 2000, el extenso conjunto arqueológico de Tarraco fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, uno de los más extensos pertenecientes a la Hispania Romana que se conservan en España.
Tarraco, como la mayor parte de las ciudades antiguas, ha seguido siendo habitada, y sus propios ciudadanos fueron paulatinamente obteniendo materiales de construcción de las antiguas edificaciones. El anfiteatro cerca de la orilla del mar fue usado como una cantera, y sólo quedan de él actualmente unos pocos vestigios. Se construyó encima del circo, de 45,72 metros de largo, aunque algunas de sus secciones pueden seguir trazándose. Por toda la ciudad aparecen inscripciones en latín  e incluso en fenicio, en las piedras de las casas.
Dos monumentos antiguos, algunos a pequeña distancia de la ciudad, sin embargo, han envejecido mucho mejor. El primero de ellos es un magnífico acueducto, el Puente del Diablo,  que cruza un valle a un kilómetro y medio de las puertas de la ciudad. De 17 metros de largo y en la sección central alcanza los 27 metros de altura. Otro monumento al noreste de la ciudad, y también a aproximadamente kilómetro y medio, es un sepulcro romano, llamado Torre de los Escipiones, pero no hay autoridad que afirme que fueron enterrados aquí.

RUTA:
Puente del Diablo o de Les Ferreres.
El acueducto Les Ferreres o Puente del Diablo es una arquería romana que formaba parte de una canalización de suministro de agua desde el río Francolí al Tarraco de los romanos. Construido en el siglo I d.C. por Augusto y se utilizó hasta el siglo XVIII.

Con una longitud de 217 metros de largo por 27 de alto.
Está construido con sillares de piedra local procedente de canteras cercanas y unidas sin mortero.
La hilera inferior cuenta con 11 arcos con alturas diferentes según la geografía del terreno y la hilera superior tiene 25 arcos uniformes.
Después de disfrutar de la belleza y buen estado de conservación del acueducto vamos hacia Tarragona capital.












Partimos de la espina dorsal de la ciudad, de la Rambla Nova donde se encuentra el Monumento als Castells y desde allí llegamos al final de esta avenida con su balcón al Mediterráneo.
El día está nuboso, pero con una temperatura casi veraniega de 23º, sobre todo teniendo en cuenta que es 13 de febrero, pleno invierno.

Giramos a la izquierda, siguiendo el paseo de las Palmeras y guiados por la barandilla vamos avanzando hacia la parte más antigua de la ciudad. Con vistas al mar y al Anfiteatro romano.
En la rotonda cruzamos el paso de peatones para situarnos en pocos pasos en la Plaza del Rey. Aquí tenemos la entrada al Museo Arqueológico, y al Pretorio y Circo romano. No tenemos tiempo para visitar todo antes de comer y nos decidimos por el circo. Bajamos unas escaleras y accedemos por una puerta de cristal en la cual a mano izquierda hay una estatua de la loba Capitolina y Rómulo y Remo.
Primero se visita la torre del pretorio y después nos introducimos en unas bóvedas largas que eran los pasillos para salir los carruajes y caballos al circo.

Sus muros rezuman historia.
Después de la visita salimos de nuevo a la Plaza del Rey y volvemos por una estrecha calle  al Paseo de San Antonio, fuera de las murallas. Podemos ver la primera línea de costa y el oleaje que hay en el mar. Y al otro lado quedan lienzos de la antigua muralla que han aprovechado para construir encima sus casas.
Llegamos al Portal de Sant Antoni y traspasándolo nos volvemos a situar en la parte antigua de Tarraco.
Bajamos por la calle Granada. Dejando la Casa Canals a nuestra izquierda. Informa que para su visita  de grupos es necesario concertar cita.
Desde esta calle en la siguiente bifurcación giramos a la derecha para llegar a la Plaza de Representación del Foro Provincial, el lienzo de un pequeño muro se mantiene en pie.
Es una plaza con muchas terrazas y animación. Una original fuente.
Por la calle   Mercería nos dirigimos hacia la Calle Mayor y antes de llegar nos encontramos con unos soportales antiguos que pertenecen a un antiguo mercado medieval. Proseguimos siguiendo el trazado de calles estrechas y con una casa pintada que siempre nos ha llamado la atención.
Si giramos a la derecha nos damos de bruces con la Catedral, ya la visitamos hace años pero vamos a volver a verla ya que ha sido  restaurada recientemente. Destacar el espectacular claustro.
Una vez en el exterior si rodeamos la catedral pasaremos al lado de un edificio románico y gótico, el Hospital Antiguo.
Por la parte trasera de la catedral vamos viendo edificios antiguos como la iglesia de San Pau, el seminario, el arzobispado. Y bajamos por la cuesta Roser viendo a nuestro lado arcos antiguos como este de la Calle Toda.
Salimos de la Tarraco antigua por el Portal del Roser. Un gran jardín y las urbanizaciones modernas nos reciben.
Volvemos hacia atrás para llegar a la Plaza del Pallol, o Plaza de Representación del Foro Provincial.

Sus arcos, bóvedas y muros romanos, el siglo I nos dejan embelesados.
Solo nos resta callejear por sus laberínticos rincones y volver al punto de inicio.

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