Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

martes, 6 de diciembre de 2016

MORRÓN CHICO Y MORRA DE LAS MOSCAS POR LA SENDA DEL CARACOL Y BARRANCO DE LEIVA

SIERRA ESPUÑA



FICHA TÉCNICA-
Día: 06/12/2016
Participantes: Jose, Isaac, Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 5 horas y media.
Distancia: 18 km. Dificultad: Media.
Como llegar: Se accede desde la Autovía Alicante-Murcia, sin entrar a esta salida hacia Granada y en la primera entrada a Alhama se abandona la carretera. Después de varias rotondas, encontramos un poste con la indicación hacia Sierra Espuña, se sigue, haciendo varios cruces. Entramos en la sierra y continuamos sin bifurcaciones hasta el cruce que señala el Collado Bermejo, a la derecha, para llegar al Área Recreativa de la Perdiz.
Wikiloc: https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15719590

ITINERARIO:
Zona recreativa la Perdiz - Senda del Dinosaurio - Cortafuegos - Senda del Caracol - Morrón Chico o de Alhama - Morra de las Moscas - Collado y mirador Mangueta - Pozos de nieve de Cartagena - Collado y mirador Mangueta - Pozos de nieve de Murcia - PR MU 57 - Barranco los Carrascales - Collado Blanco - Barranco de Leiva - Senda del Dinosaurio - Piedra - Pasarela sobre el barranco de Leiva - Manantial - Depósito - Zona recreativa la Perdiz.




Sierra Espuña tiene la masa arbórea más extensa de la Región de Murcia y uno de sus entornos naturales más emblemáticos; el bosque es verde y frondoso gracias a la labor de reforestación llevada a cabo a finales del siglo pasado, encabezada por el filántropo murciano Ricardo Codorniú, más conocido por su apodo el apóstol del árbol.



















Los municipios que componen este entorno se diseminan estratégicamente por las comarcas interiores del Río Mula (

Mula y Pliego) y de Sierra Espuña (Alhama de Murcia, Totana y Aledo). Estas poblaciones participan de las características de las dos comarcas. Al Norte, Mula y Pliego aparecen encajadas literalmente entre las sierras de Espuña y Ricote y son lugares de ricas costumbres y tradiciones culturales. Al mismo tiempo, las características de su paisaje las convierten en puntos obligados para hacer un alto en la ruta por el interior de la región. En el Sur, las localidades de Alhama de Murcia, Totana y Aledo, participan de lleno del talante montañoso y forestal, y buena parte de sus señas de identidad las hallan precisamente al abrigo de Sierra de Espuña.



RUTA:

La amenaza de lluvia en Alicante nos ha hecho cambiar los planes y dirigirnos a Murcia, a las entrañas de la Sierra de Espuña.
Aparcamos en el área recreativa de la Perdiz e iniciamos la marcha hacia la izquierda encontrando un cartel que señala la Senda del Dinosaurio.
























Caminamos unos metros por ella, pero enseguida la abandonamos para comenzar, hacia la izquierda, la exigente cuesta que nos lleva de frente a las primeras estribaciones del Morrón Chico.

























Es un cortafuegos en el que ha crecido la maleza, los pinos  y lo ha convertido en un bello sendero de montaña. En zigzags vamos ascendiendo viendo de frente las rocas que preceden a la Morra Chica llamadas los Dientes de la Vieja.

Hay que continuar rectos para llegar a la clara bifurcación que vira a la derecha.
En este momento avanzados por un camino de herradura, con tapias de piedra construidas en la cornisa de la sierra que se conservan después de años y años.























Al fondo el barranco de Leyva, y enfrente apenas se ve una pequeña parte de las peñas que sirven de punto de escalada
























Vamos recorriendo la sierra de Este a Oeste y la niebla parece que en algún momento quiere levantarse, pero al ganar altura nos tapa las vistas a los paredones de Leyva.
Y de repente, tenemos ante nuestra vista la impresionante Senda del Caracol (alguien le llama las escalerillas). Subida en zigzags, mediante tapias de piedra, que facilitan el trabajo de ascender hasta el collado.

Sacamos muchas fotos y siempre nos sorprenden un par de ejemplares de árboles de gran envergadura que embellecen el lugar.


A partir de este punto, las nieblas nos engullen y solo vemos unos metros por delante. Vamos pasando varios portillos y en una explanada debemos hacer un giro a la izquierda para subir por una loma con una senda difusa.
Esta nos lleva a enlazar y recuperar el sendero principal. Hacia la derecha continuamos dirección a la cima. Nos encontramos con un grupo de senderistas/corredores que bajan, en pantalón corto. ¡Qué valientes!. Sopla el viento y la niebla hace bajar la temperatura.
En este momento parece que el sol está luchando y ganando la batalla. Vamos aver si podemos disfrutar de unas buenas panorámicas de toda la Sierra de Espuña.
Cuando llegamos al cruce, que posteriormente nos conducirá a la Morra de las Moscas, tomamos hacia la izquierda para encontrar enseguida una pedrera en la que hay que usar las manos. Sin mayor dificultad.
Unos metros y encontramos el vértice geodésico del Morrón Chico o de Alhama (1.445 m.) Sopla el viento y las vistas son nulas. La niebla lo invade todo.
Nos sacamos un par de fotos, entramos un momento a comprobar que bien se está en la garita en ruinas que está resguardada del frío y decidimos proseguir la ruta.
























Regresamos hasta el paso entre las rocas. Hay agua en el suelo, así que bajamos con cuidado de no resbalar y llegamos hasta el punto de unión.
























Aquí giro a la izquierda para progresar por encima de la sierra, a veces por senda con tierra y otras pisando grandes rocas.

Vamos ganando algo de altura que nos encumbra hasta la cima de la Morra de las Moscas(1.502 m.). Apenas un madero enhiesto marca la cumbre en la cual paramos poco porque sopla el viento frío.
Las neblinas nos rodean y gracias a los hitos y al GPS vamos avanzando sin dudar. Enseguida dejamos los cairns, que se van a la derecha hacia los Pozos de Nieve de Murcia, y nos encaminamos a la derecha para descender por la loma, por un camino serpenteante que en algún momento nos hace dudar si va bien. Pero enseguida encontramos un sendero visible y se disipan las dudas. Perfecto.
























El sendero entre pinos nos conduce a otro que baja con mas desnivel. La tierra está mojada y bajamos cuidando donde se pisa. Desde él llegamos al camino marcado por el PR MU 57, que viene desde el área recreativa de la Perdiz, por el Barranco de Leyva hasta el collado Mangueta.
























Giro a la izquierda para visitar primero los Pozos de nieve de Cartagena.
























Enseguida este camino nos lleva al Collado Mangueta, al lado de la carretera que sube desde el collado Bermejo, y sin salir al asfalto nos introducimos por un paso que señala hacia el Pedro López. Un precioso mirador cuyo paisaje se reduce a él.
























Continuamos unos minutos para ver los primeros neveros, sin rehabilitar, y proseguimos hasta encontrar un pozo al cual le han construido un tejado, en ladrillo. Creemos que conservando la estructura que tenían en aquellos tiempos.
Los pozos, se comenzaron a construir a finales del siglo XVI, son unas edificaciones excavadas en el suelo de varios metros de profundidad. Luego se cubrían con una bóveda de ladrillo. En ellos se iba recolectando nieve de la zona que por la presión se convertía en hielo. Seguidamente, con mulas de carga se distribuía por la ciudad de Murcia y comarcas en forma de barras para uso en hospitales y hogares. Aproximadamente un tercio del hielo se perdía por el camino. Algunos pozos han sido reconstruidos.
























Volvemos sobre nuestros pasos subiendo para ver de cerca el resto de neveros, en ruinas.
























Y desde allí por el mirador y collado Mangueta regresamos hasta el punto de conexión. Rectos llegamos a los siguientes neveros, los de Murcia.























El primero es el que más conserva sus muros y decidimos comer y beber a su resguardo.
























Retomamos la ruta continuando rectos hacia al Collado Blanco.
Pasamos al lado de varios neveros de los cuales se conserva muy poco, las paredes están caídas.

























Desde ellos llegamos a una zona vallada, dentro de la cual hay un abrevadero, y enseguida nos introducimos en un bosquete de pinos, el suelo está tapizado por sus agujas de un tono rojizo, de un color espectacular.



Seguimos en descenso abandonando el arbolado y asimismo las nieblas Poco a poco vemos que están amarradas a las cumbres de la sierra.























A partir de aquí, el paisaje cambia,  típico de montaña expuesta a la nieve y vientos.


El barranco con piedras, pequeños arbustos y los arboles casi desaparecen.
























Una vez en el Collado Blanco, desechamos el sendero que baja a la Fuente Blanca y Malvariches a la izquierda, cuyas cimas están también tapadas por las nieblas. 
























Desde el alto se puede ver la imponente panorámica del sendero que nos espera, con las paredes de Leyva, a la izquierda, y las del Morrón Chico, a la derecha.
























Al principio caminamos por un estrecho sendero rodeados de pinos, musgo, arbustos...

 






















Enseguida hallamos el pozo de nieve de Leyva, tapado con la maleza.
























El sendero está alto y nos permite ver los paredones casi verticales.























La senda  confluye en una pista que recorre el fondo del barranco. Continuamos hacia la derecha.























Se oyen voces que provienen de los muros verticales, y mirando, mirando se ven pequeñas "hormigas" subiendo por la montaña. Esta complicado ver algo en las altas paredes de Leyva, pero con ayuda del zoom se ve un escalador de amarillo en plena faena. A la derecha de las imágenes.

Este debate nos lleva tan entretenidos que sin darnos cuenta encontramos un poste indicador. Caminamos un pequeño tramo rectos para tomar el cruce a la izquierda, que por la senda del Dinosaurio nos lleva de nuevo al área recreativa de la Perdiz.



















Pero antes de llegar nos espera la sorpresa del puente colgante, o pasarela tibetana que nos cruza el Barranco de Leyva. Y la piedra que está a su lado que dicen se parece a la huella de un dinosaurio y da nombre al sendero.
 

Encontramos una mina de la que antiguamente manaba agua.



Y con una última mirada al bosque de pinos tan bien conservados que tienen en la sierra de Espuña damos fin a nuestra preciosa ruta. Además, con buena compañía.





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