SUBIDA DESDE BENIATJAR, POR LA CANAL-
Día:10/05/2014
Participantes: Patro, Miguel, Vicente y Julián.
Tiempo estimado: 7 horas y media.
Distancia: 16 km.
Dificultad: Alta.
COMO LLEGAR: Desde la autovía Alicante-Valencia por Alcoy, pasamos el puerto de Albaida hasta llegar a un cruce, salida 813, que indica hacia Albaida/Gandia/Adzaneta de Albaida, por la Nacional 340, hasta tomar la CV 615 donde pasamos por el pueblo de Adzaneta, después Carrícola, para llegar hasta Beniatjar .
ITINERARIO:
Beniatjar - El Portet - Casa Forestales de Les Planisses - Collado de la Cova- Marjaletes - Pedrera - Regall de la Peña - Barranco de la Canal - Cima del Benicadell - Pouet e higuera del Benicadell - Ombría del Benicadell - Cova Bataller - Pista de les Planisses a la Font Freda - Casa Peñalva - Casa Tía Brígida - Área recreativa y fuente de Les Fontetes - Barranco y senda de les Fontetes - Beniatjar.
La Sierra de Benicadell se extiende a lo largo de unos veinticinco kilómetros en dirección nordeste- sudoeste, como frontera natural de las comarcas de la Vall d’Albaida (perteneciente a la provincia de Valencia), por el norte; y del Comtat (correspondiente a la provincia de Alicante), por el sur.
Se yergue majestuosa, coronada por su elegante cresta rocosa reconocible a grandes distancias. Sus perfiles, según las distintas vertientes, son facetas de una misma montaña, que es siempre la misma y diferente. La nítida morfología amurallada del largo dorsal orientado hacia el todavía distante mar, separa con sus rocas calizas dos comarcas, dos amplios valles, la Vall d’Albaida y la Foia del Comtat, a la vez que sirve a una convencional frontera provincial entre Valencia y Alicante.
En la vertiente septentrional-denominada l'Ombria- tiene a sus pies los términos municipales de Albaida, Atzeneta d’Albaida, Bufali, Carrícola, el Palomar, Bèlgida, Beniatjar, Otos, Ráfol de Salem y Salem, en la provincia de Valencia; y en su vertiente meridional-la denominada Solana- a Muro de Alcoy, Gaianes, Beniarrés y l’Orxa, en la provincia de Alicante. Por el este, la sierra de Benicadell finaliza en los barrancos por los que discurre el río Serpis que, procedente de la Sierra Mariola, del embalse de Beniarrés y de l’Orxa, se dirige por el imponente “Estret de l’Infern” hacia Villalonga y Gandia. Por el oeste, la sierra de Benicadell concluye en el Port d’Albaida (620 metros de altitud), por donde pasa desde hace muchos siglos la principal vía de comunicación entre Valencia y Alicante por el interior. La sierra de Agullent (que comienza en el antedicho puerto de Albaida) es una prolongación natural de la sierra de Benicadell, y se extiende unos doce kilómetros hacia el oeste, delimitando también las provincias de Alicante y de Valencia, finalizando en el “Pou Clar”, en Ontinyent.
Por la cantidad de precipitaciones siempre se ha distinguido con claridad la diferente vegetación de las dos vertientes del Benicadell: la norte siempre ha contado con una flora muy rica, mientras que las laderas meridionales han presentado generalmente un aspecto más árido.
Los incendios forestales han castigado durísimamente a estas abruptas sierras de Benicadell y Agullent, habiendo desaparecido casi totalmente los grandes pinares que se extendían antaño por el Port d’Albaida.
Benicadell está vinculada también a la figura del Cid, ya que este legendario caballero castellano fortificó un castillo árabe existente en las alturas de esta sierra en el año 1092. El “Cantar del Mio Cid” cita estos bellos parajes con el nombre de “Peña Cadiella”.
RUTA:
Aparcamos en el pueblo de Beniatjar y desde allí comenzamos por la carretera CV 615, buscando el cruce que nos interne en la sierra del Benicadell.
Sin llegar a 1 kilómetro encontramos la pista de tierra, a mano derecha, que nos interna en el Paisaje Protegido “l’Ombria” de Benicadell por el que avanzamos de forma serpenteante a través de una pinada.
Alcanzamos el Portet, a 488 metros de altitud. Aquí tenemos un cruce en mitad de una pista de tierra, nosotros nos dirigimos a la izquierda pero en la primera curva hay que tomar la bifurcación a la derecha, con señales del PR-CV 213. La vereda se va internando en el bosque, es estrecha y frondosa. Esta preciosa pinada se salvó de la quema de 1994, que afectó a una gran parte de la sierra del Benicadell.
La siguiente bifurcación nos señala, a la derecha, Les Fontetes por donde volveremos, a la izquierda, a la Casa de Les Planisses. Es una pista más ancha pero igualmente hermosa en cuanto a la cantidad de pinos de repoblación que la flanquean. A todo esto se añade las vistas que vamos teniendo a nuestro Este, a la sierra del Castellet de la Barcella, de la Solana, de la Cuta, a la Safor, y enfrente, a la estampa montañera de la cara norte del Benicadell.
Sin llegar a 1 kilómetro encontramos la pista de tierra, a mano derecha, que nos interna en el Paisaje Protegido “l’Ombria” de Benicadell por el que avanzamos de forma serpenteante a través de una pinada.
Alcanzamos el Portet, a 488 metros de altitud. Aquí tenemos un cruce en mitad de una pista de tierra, nosotros nos dirigimos a la izquierda pero en la primera curva hay que tomar la bifurcación a la derecha, con señales del PR-CV 213. La vereda se va internando en el bosque, es estrecha y frondosa. Esta preciosa pinada se salvó de la quema de 1994, que afectó a una gran parte de la sierra del Benicadell.
La siguiente bifurcación nos señala, a la derecha, Les Fontetes por donde volveremos, a la izquierda, a la Casa de Les Planisses. Es una pista más ancha pero igualmente hermosa en cuanto a la cantidad de pinos de repoblación que la flanquean. A todo esto se añade las vistas que vamos teniendo a nuestro Este, a la sierra del Castellet de la Barcella, de la Solana, de la Cuta, a la Safor, y enfrente, a la estampa montañera de la cara norte del Benicadell.
Llegamos a la Casa Forestal de Les Planisses. Hay un desvío que desechamos a la derecha para Les Fontetes, PR-CV 213.2. La inmensa casa está bien pintada de blanco y flanqueada por grandes ejemplares de ciprés. Continuamos por la pista. Hay que traspasar una barrera que impide el paso de vehículos y continuar.
El primer cruce se toma a la izquierda, en poco tiempo nos elevamos sobre el Collado de la Cova, casi a 800 metros de altitud.
Primero llaneamos suavemente, paramos en el Mirador de les Marjaletes, pero enseguida baja bruscamente hasta convertirse en una larga pedrera. Las vistas se abren al pantano de Beniarrés, la Almudaina, la Serrella, Aitana.....El día está muy azul y se ven las siluetas de todas las cimas superpuestas. No hace falta bajar por la pedrera, sino que conservando la altura que trae la senda vamos rodeando la falda de la montaña hasta que unos hitos nos hacen girar hacia derecha, para arriba.
El ascenso, sin concesiones. Algo más de un kilómetro exigente, partimos de 600 metros y tenemos que llegar a 1.104 de altitud, casi nada. Desniveles del 55% en algunos tramos. Recuerdo en ese momento la comparación con el Puig Campana, y es acertada. Hemos subido cuestas en el Pirineo y este itinerario se puede equiparar perfectamente a alguna de ellas. También por la sobrecogedora belleza de los desfiladeros interminables. Parada para beber porque el día está bastante cálido y tenemos que recuperar líquidos.
El primer cruce se toma a la izquierda, en poco tiempo nos elevamos sobre el Collado de la Cova, casi a 800 metros de altitud.
Atentos a un cartel de madera donde pone "Marjaletes". Se coge en la dirección señalada por la flecha, por la estrecha senda, pero evidente y vamos rodeando la cara este del Benicadell, paralelos a la espina dorsal de la sierra, buscando el paso para internarnos en su canal.
Primero llaneamos suavemente, paramos en el Mirador de les Marjaletes, pero enseguida baja bruscamente hasta convertirse en una larga pedrera. Las vistas se abren al pantano de Beniarrés, la Almudaina, la Serrella, Aitana.....El día está muy azul y se ven las siluetas de todas las cimas superpuestas. No hace falta bajar por la pedrera, sino que conservando la altura que trae la senda vamos rodeando la falda de la montaña hasta que unos hitos nos hacen girar hacia derecha, para arriba.
Aquí comienza la subida del Regall de la Peña.
Estamos dentro de la canal, un collado herboso entre dos paredones. El de la derecha parece pequeño, pero es el principal, es el comienzo de la crestería que llega hasta la cumbre peñascosa del Benicadell. Lo vemos adquirir más consistencia, hacerse más abrupto y rocoso conforme subimos. Sobre la crestera hay un par de escaladores con cuerdas. Parece que van muy seguros. La caída sería mortal.
El ascenso, sin concesiones. Algo más de un kilómetro exigente, partimos de 600 metros y tenemos que llegar a 1.104 de altitud, casi nada. Desniveles del 55% en algunos tramos. Recuerdo en ese momento la comparación con el Puig Campana, y es acertada. Hemos subido cuestas en el Pirineo y este itinerario se puede equiparar perfectamente a alguna de ellas. También por la sobrecogedora belleza de los desfiladeros interminables. Parada para beber porque el día está bastante cálido y tenemos que recuperar líquidos.
Seguimos la trepada con la ayuda imprescindible de los bastones, en algunos momentos vamos casi en vertical.
Llegamos al final de la pared de la izquierda que muere en un collado/mirador espectacular. Aquí se nota un poco la brisa y recuperamos el resuello. Menudo balcón al Sur-Este de la sierra. Todo Alicante a nuestros pies, y parte de Valencia.
Las vistas a todo el valle del Comtat son fabulosas. A nuestros pies, sobre todo por el color azul, destaca el embalse de Beniarrés, pero disfrutamos también de excelsas panorámicas de las sierras circundantes y del paredón de la derecha que en vez de extinguirse aumenta el tamaño de sus afiladas peñas.
Las vistas a todo el valle del Comtat son fabulosas. A nuestros pies, sobre todo por el color azul, destaca el embalse de Beniarrés, pero disfrutamos también de excelsas panorámicas de las sierras circundantes y del paredón de la derecha que en vez de extinguirse aumenta el tamaño de sus afiladas peñas.
Desde aquí contemplamos el segundo tramo de la canal, a la izquierda nace una nueva pared, y es tan inclinada o más que la que hemos superado. Tiene una pedrera enmedio, pero nosotros nos escoramos un poco hacia su derecha y por la vereda vamos alzándonos sin prisa, observando la variedad de flores, vegetación, se nota el colorido que pone a las montañas la primavera.
Poco a poco, descubriendo en cada rincón una nueva especie de flora, vamos mirando hacia delante y girándonos hacia atrás, para no perdernos detalle de la inmensidad de esta sierra. Paso a paso ganamos altura y venciendo el desnivel.
Poco a poco, descubriendo en cada rincón una nueva especie de flora, vamos mirando hacia delante y girándonos hacia atrás, para no perdernos detalle de la inmensidad de esta sierra. Paso a paso ganamos altura y venciendo el desnivel.
Llegamos a una zona donde hay varias carrascas y después de sobrepasarlas llegamos a un segundo collado o mirador. Desde aquí vemos, a la izquierda, los valles y cimas que nos rodean, y a la derecha, sobre nuestras cabezas, la cumbre del Benicadell casi a nuestro alcance y la ruta pegada a la pared, bien marcada por pisadas de anteriores montañeros que nos llevará hasta el Pouet y la Higuera del Benicadell.
Paramos un poco a contemplar y a recuperar el resuello y afrontamos el último tramo, ya no tiene exigencia en cuanto a desnivel (nosotros recordamos que una vez comíamos en el collado debajo de la cima, enfrente, y nos pareció un paso peligroso) y pegados a la pared, debajo de la cima, por la cornisa nos situamos en poco rato en el collado de la cumbre. Nada, ningún problema, ni técnico, ni físico. A pesar de que Patro va preocupado, ha leído que es la ruta más peligrosa de toda la Comunidad Valenciana.
Solo queda subir hasta la rocosa cima y tocar el vértice geodésico. Miguel no nos acompaña a ver el hito, ha estado otras veces y se queda descansando.
Desde esta atalaya contemplamos al norte el Valle de Albaida, y al sur el Valle del Comtat. Pisamos el límite fronterizo entre Valencia y Alicante. ¡¡Que vistas tan magníficas!!!
Desde esta atalaya contemplamos al norte el Valle de Albaida, y al sur el Valle del Comtat. Pisamos el límite fronterizo entre Valencia y Alicante. ¡¡Que vistas tan magníficas!!!
Es ya hora de comer. Tranquilamente nos disponemos a recuperar fuerzas. Y sobre todo a tomar líquidos. Bajo la pequeña sombra de la higuera nos sentamos a disfrutar de la mesa reservada.
Desde aquí vemos la ruta de regreso planeada ya vamos a bajar por la cara norte. Llegan algunos de esa parte a la cima.
Descendemos rápidamente hasta encontrar el cruce a la derecha, PR-CV 213.3, y vamos bajando por la espectacular senda que en principio tiene una fuerte curva hacia la derecha y luego transcurre en zigzags que nos va desmontando de la cresta de la sierra. Es la umbría del Benicadell. Marchamos rápidos entre mucha vegetación, hay durillos en flor, carrascas florecidas, madroños con frutos verdes, algún pino que quedó malherido de los incendios, una zona con helechos debajo de un paredón en forma de sester. Y muchas flores.
Hacemos un desvío a la Cova Bataller, donde tienen una imagen de una virgen.
Y con poco esfuerzo llegamos a una pista de tierra que une la Casa Forestal de Planisses con la Font Freda, nos incorporamos al PR-CV 213 principal, dirigiéndonos a la izquierda. Por camino llano vamos avanzando con preciosas vistas de toda la sierra a nuestras espaldas. Hay muchos arboles floridos y con tiernas hojas de antiguos bancales ya abandonados.
En apenas un km tomamos un cruce a la derecha, dirección a Les Fontetes. Así que abandonamos la pista de tierra y nos introducimos por un pequeño camino de herradura para situarnos en poco tiempo en un huerto de arboles frutales, almendros, manzanos... Es la Casa Peñalva, enorme casona abandonada y invadida por las hiedras, pero su planta majestuosa nos da una idea de su tamaño e importancia hace décadas. Mirador a toda la Sierra.
A partir de aquí los mirtos, jaras, romeros se apoderan del monte, las laderas están rosáceas de la cantidad de arbustos que hay. La primavera ha llegado al Valle de Albaida, está en su punto de sazón para disfrutarla con todos los sentidos: olores, colores, sonidos..
Llegamos, sobrepasando por debajo la casa de la Tía Brígida, al área recreativa de Les Fontetes, precioso merendero con cipreses centenarios, con vistas a la sierra y una fuente fresquísima de agua que nos sirve para reponer las escasas reservas. Hemos tenido de nuevo mucha suerte con el avituallamiento.
Desde la fuente sale una pista a la derecha que nos llevaría a Les Planisses, PR-CV 213.2, la desechamos. Otra pista de frente para llegar al cruce del Portet de esta mañana, también la dejamos.
Sale una a nuestra izquierda a Beniatjar, PR-CV 213.1 y tomamos este ramal.
Nuestro cómodo descenso en zigzag nos sitúa en pocos minutos en el pueblo de Beniatjar y al lado de una refrescante y merecida cerveza.
Nuestro cómodo descenso en zigzag nos sitúa en pocos minutos en el pueblo de Beniatjar y al lado de una refrescante y merecida cerveza.
Ruta montañera.
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