CIMA DE LA PROVINCIA DE MÁLAGA-
FICHA TÉCNICA-
DÍA: 17/05/2014
PARTICIPANTES: Julián y Lourdes.
TIEMPO ESTIMADO: 6 horas.
TIEMPO ESTIMADO: 6 horas.
DISTANCIA: 17 km.
DIFICULTAD: Alta.
Desde Granada por la A-92 tomar la salida a Alhama de Murcia. Después del pueblo continuar por la CV 402 hacia Ventas de Zafarraya, en el km. 35-36 está el cruce. Por el lateral del hotel Los Caños de la Alcaicería surge la pista forestal de la Zahorra, todo recto sin tomar desvíos hasta el Área recreativa del Robledal.
ITINERARIO-
ÁREA RECREATIVA DEL ROBLEDAL - EL CONTADERO - MIRADOR DEL VALLE DEL TEMPLE - COLLADO DE ROJAS - SALTO DEL CABALLO - COLLADO DE LOBERA - LOMA DE CAPELLANÍA - LA MAROMA O TEJEDA - PLATAFORMA CIMERA DE LA MAROMA - MAROMA ORIENTAL - PRADOS DE ARENAS - CERRO DEL SELLADERO O DONABUELO - BARRANCO DE PEDRO MONTES - BARRANCO DEL SELLADERO - BARRANCO DE LOS JARALES -MIRADOR - BARRANCO DE LOS PRESILLEJOS - VALLA - LOS BARRACONES - FUENTES - ACEQUIA - ÁREA RECREATIVA DEL ROBLEDAL.
La Maroma situada en el Parque Natural de Sierra de Tejeda, Almijara y Alhama es la máxima altura de este espacio natural protegido y de la provincia de Málaga. Con sus 2.068 metros de altitud, esta cima que pertenece a la Sierra Tejeda, se sitúa al oeste de la misma. Aunque el pico es conocido como la Maroma, su nombre original es Tejeda. La confusión con el nombre deriva de la sima de la Maroma que hay al lado de la cima, donde se acumulaba nieve y para descender a recogerla se usaban maromas(cuerdas). A raíz del ceceo se produjo la equivocación entre el término sima de la Maroma (con s) y la cima (con c), dando lugar al cambio de nombre de la montaña.
Las rutas de ascensión más conocidas por montañeros y excursionistas son, por el Norte desde el Robledal, partiendo desde Alhama de Granada; por el Sur sube otra ruta desde Canillas de Aceituno; y por último desde el Oeste parte la ruta de Alcaucín.
Durante la subida podremos observar los distintos pisos bioclimáticos existentes, cada uno de los cuales está caracterizado por especies vegetales singulares muchas de ellas endémicas y difíciles de ver en otras zonas del Parque.
Alhama de Granada y a su espalda la sierra de Tejeda, Almijara y Alhama. |
Las rutas de ascensión más conocidas por montañeros y excursionistas son, por el Norte desde el Robledal, partiendo desde Alhama de Granada; por el Sur sube otra ruta desde Canillas de Aceituno; y por último desde el Oeste parte la ruta de Alcaucín.
Peonía situada en la zona de los Barracones. |
Al inicio del sendero desde el área recreativa del Robledal hay varios ejemplares de nogales y castaños, estos últimos producen frutos muy apreciados en la zona.
Más adelante podemos observar cuatro variedades de pinos, abetos de Douglas, cedros, quejigos, robles, romeros, aliagas, enebros.
En el rincón sombrío del Salto del Caballo abundan los enormes tejos, arces.
Más adelante podemos observar cuatro variedades de pinos, abetos de Douglas, cedros, quejigos, robles, romeros, aliagas, enebros.
En el rincón sombrío del Salto del Caballo abundan los enormes tejos, arces.
Y sobrepasando los 1.800 metros la vegetación se compone de piornos (erinacea anthiyllis)o matorrales almohadillados y con flor de tonos violetas, asociados con un conjunto de especies endémicas sujetas a estricta protección.
RUTA:
RUTA:
Aparcamos y por una senda nos situamos frente al cortijo del Robledal Alto, vemos un panel indicativo del recorrido del SL A-124, será nuestro camino de ida, y tomamos el carril hacia la izquierda.
Comenzamos caminando entre añosas encinas, en esta parte inicial encontraremos una cadena para impedir el paso de vehículos. El camino ancho de tierra sube suavemente, en zigzag, y nos permite transitar por un auténtico bosque, con abundantes especies, entre las que podemos destacar quejigos, robles, encinas, pinos, abetos de Douglas y cedros. Cuando llevamos andados alrededor de medio kilómetro, llegamos a un cruce donde con unos indicadores de madera está señalizada la senda de subida a la Maroma, hacia la izquierda.
Comenzamos caminando entre añosas encinas, en esta parte inicial encontraremos una cadena para impedir el paso de vehículos. El camino ancho de tierra sube suavemente, en zigzag, y nos permite transitar por un auténtico bosque, con abundantes especies, entre las que podemos destacar quejigos, robles, encinas, pinos, abetos de Douglas y cedros. Cuando llevamos andados alrededor de medio kilómetro, llegamos a un cruce donde con unos indicadores de madera está señalizada la senda de subida a la Maroma, hacia la izquierda.
Proseguimos desde este punto el ascenso por una vereda, envuelta en un pinar mezclado con encinas y quejigos, acompañado arbustos de romeros, aliagas, algunas peonías y enebros; después de un kilómetro se atraviesa un cortafuegos, y se sigue después por la ladera norte de la Loma del Contadero, donde el camino ancho se transforma en senda.
En este recorrido pateamos tierras granadinas y malagueñas, pero la cima principal se encuentra en Málaga.
Hemos ganado altura y a nuestra derecha queda el Barranco de los Presillejos, que discurre debajo de la senda y al frente la Peña del Sol, de 2.000 metros, ambas serán nuestras compañeras de viaje hasta atravesar el Salto del Caballo.
Unos metros más arriba encontramos en nuestra subida un paso estrecho encajado en la roca con forma de uve, llamado el Contadero, que como era costumbre en nuestras montañas servía para recuento del ganado que subía o bajaba de la Sierra.
Durante toda la subida se señalan las sucesivas desviaciones mediante flechas verdes, de Sendero Local, pintadas en las piedras del camino y pequeños estacas.
A partir del Contadero la vereda discurre cubierta de pino silvestre, pino laricio mezclado con el arce y mostajo junto a otras especies de matorral como el durillo, el majuelo y el enebro. Salimos de la zona boscosa y nos desviamos de la senda principal para encontrar a mano izquierda el Mirador del Temple, zona desde donde se observa de frente el valle del Temple, la Sierra de Játar, a la izquierda difuminada Sierra Nevada, a nuestra derecha las Chorreras que se ven brillar el agua que escurre por las rocas y en lo alto de las cumbres las nieblas que van apoderandose de las sierras.
En este recorrido pateamos tierras granadinas y malagueñas, pero la cima principal se encuentra en Málaga.
Hemos ganado altura y a nuestra derecha queda el Barranco de los Presillejos, que discurre debajo de la senda y al frente la Peña del Sol, de 2.000 metros, ambas serán nuestras compañeras de viaje hasta atravesar el Salto del Caballo.
Unos metros más arriba encontramos en nuestra subida un paso estrecho encajado en la roca con forma de uve, llamado el Contadero, que como era costumbre en nuestras montañas servía para recuento del ganado que subía o bajaba de la Sierra.
Durante toda la subida se señalan las sucesivas desviaciones mediante flechas verdes, de Sendero Local, pintadas en las piedras del camino y pequeños estacas.
A partir del Contadero la vereda discurre cubierta de pino silvestre, pino laricio mezclado con el arce y mostajo junto a otras especies de matorral como el durillo, el majuelo y el enebro. Salimos de la zona boscosa y nos desviamos de la senda principal para encontrar a mano izquierda el Mirador del Temple, zona desde donde se observa de frente el valle del Temple, la Sierra de Játar, a la izquierda difuminada Sierra Nevada, a nuestra derecha las Chorreras que se ven brillar el agua que escurre por las rocas y en lo alto de las cumbres las nieblas que van apoderandose de las sierras.
La dificultad de la subida es notable, con pendientes acusadas y algunos ascensos por caminos de herradura en zig-zag, que nos conducen al Collado de Rojas.
En este punto hay un numeroso grupo excursionista haciendo una parada para reponer fuerzas. Buen sitio para contemplar más cerca, a la izquierda, las formaciones geológicas de las Chorreras del Perro y del Águila que en época de deshielo, como ahora, dejan caer abundante agua por sus paredes verticales de mármol, desprendiendo el agua reflejos plateados.
Siguiendo rectos nos internamos en la umbría del Salto del caballo y los Tajos de la Herradura y a la derecha se contemplamos la elevada cima del Pico del Sol, mole caliza visible desde toda nuestra ruta con una altura de 2.000 metros; la vegetación va cambiando aparte de pinos y arces con muy buen porte, se pueden observar helechos y tejos.
Seguimos subiendo virando a la derecha para acceder a la parte baja del Salto del Caballo, ahora la senda discurre al pie de los tajos.
En este tramo encontramos numerosos ejemplares de tejos, la especie arbórea que da nombre a la Sierra y al Parque, esta especie ávida de sombra y humedad, se mezcla con otras muchas como enormes arces, mostajos, pino silvestre, formando un bello mosaico de colores, visible en toda la zona de umbría que forma la ladera de Los Presillejos.
Entre voces de admiración por encontrar este rincón tan paradisiaco, avanzamos por un sendero de tierra hasta que la huella del camino de herradura se pierde entre las rocas, donde hay que buscar el paso serpenteante para atravesar esta zona y encaramarse poco a poco a lo alto del Salto del Caballo. Hay una fila de montañeros delante que nos orientan cúal es el rumbo a seguir.
Por medio de varios zigzags vamos alzandonos sobre la cabecera de la montaña, sin apenas exigencias físicas y ninguna técnica.
Una vez que llegamos al Collado de Lobera, la niebla nos rodea, un pequeño tejo nos da la bienvenida y siguiendo la senda pisada encontramos un poste indicador, a la Maroma 2 kilómetros, tomaremos la vereda que nos lleva rectos entre colinas y lapiaces y con un paisaje ya de alta montaña. La senda se escora a la derecha y nos lleva entre zonas de meseta y reducida pendiente por el paraje denominado Las Llanadas. Entre la niebla cruzamos por un paisaje rocoso, una zona kárstica donde está muy bien indicado el sendero local, y avanzamos sin ver los numerosos "tajos" que hay en nuestro lateral izquierdo, hemos leído la descripción de la ruta y haberlos haylos, pero no a nuestra vista. En un avance fantasmagórico vemos delante unas siluetas
Entre voces de admiración por encontrar este rincón tan paradisiaco, avanzamos por un sendero de tierra hasta que la huella del camino de herradura se pierde entre las rocas, donde hay que buscar el paso serpenteante para atravesar esta zona y encaramarse poco a poco a lo alto del Salto del Caballo. Hay una fila de montañeros delante que nos orientan cúal es el rumbo a seguir.
Por medio de varios zigzags vamos alzandonos sobre la cabecera de la montaña, sin apenas exigencias físicas y ninguna técnica.
Una vez que llegamos al Collado de Lobera, la niebla nos rodea, un pequeño tejo nos da la bienvenida y siguiendo la senda pisada encontramos un poste indicador, a la Maroma 2 kilómetros, tomaremos la vereda que nos lleva rectos entre colinas y lapiaces y con un paisaje ya de alta montaña. La senda se escora a la derecha y nos lleva entre zonas de meseta y reducida pendiente por el paraje denominado Las Llanadas. Entre la niebla cruzamos por un paisaje rocoso, una zona kárstica donde está muy bien indicado el sendero local, y avanzamos sin ver los numerosos "tajos" que hay en nuestro lateral izquierdo, hemos leído la descripción de la ruta y haberlos haylos, pero no a nuestra vista. En un avance fantasmagórico vemos delante unas siluetas
Le pedimos a un señor que nos saque la foto de cima y nos disponemos a comer. ¡Oye, que se ha ido la niebla! Que suerte, las nieblas altas son empujadas por el viento y desaparecen pudiendo ver la extensa loma donde se asienta el gran hito de la Maroma, las que no han tenido suerte son las cabras montesas que las teníamos casi al lado, escondidas entre nieblas. Todo el mundo corriendo a sacar fotos y ellas huyen rapidamente.
Desde esta privilegiada atalaya, dicen que se divisa en días claros al completo el Parque Natural de Tejeda, Almijara y Alhama, tanto en su vertiente granadina, como en la malagueña, distinguiéndose en el horizonte un laberinto de cimas, así como extensas zonas del litoral costero de España y Africa. Nosotros hoy nos conformamos con las cimas y el mar de nubes hacia el Mediterráneo y la costa malagueña.
Comemos, volvemos a sacarnos fotos en el hito, una novedad, dos fotos muy diferentes en un mismo vértice.
Bajamos hasta el orificio de la sima de la Maroma que está debajo del hito. No se ve la profundidad de la sima, pero tampoco nos acercamos demasiado.
Volvemos y como hemos leído que hay una bajada hacia la izquierda, con ayuda del GPS y como se ha ido la niebla, porque sino no lo haríamos, nos disponemos a regresar haciendo una circular.
De la cumbre de la Maroma con vértice geodésico nos aproximamos, sobrepasando los dos enormes hitos que pasamos en la llegada, hasta la otra cima, la llamada la Maroma oriental. Es una meseta con dos cimas distintas, en ambas hay una altura de 2.068 metros.
La misma foto en los dos hitos, 1/2 hora después. |
Comemos, volvemos a sacarnos fotos en el hito, una novedad, dos fotos muy diferentes en un mismo vértice.
Bajamos hasta el orificio de la sima de la Maroma que está debajo del hito. No se ve la profundidad de la sima, pero tampoco nos acercamos demasiado.
Maroma oriental |
De la cumbre de la Maroma con vértice geodésico nos aproximamos, sobrepasando los dos enormes hitos que pasamos en la llegada, hasta la otra cima, la llamada la Maroma oriental. Es una meseta con dos cimas distintas, en ambas hay una altura de 2.068 metros.
Hasta ahora hemos encontrado mucha gente en la ruta de subida, en la vuelta no veremos a nadie. Si no llevas el GPS es complicado porque la primera parte no está señalizada, hasta el Collado del Selladero es campo a través y no hay gente para preguntar.
Primero vamos elevados, hay algunas pequeñas simas consecuencia del modelado kárstico y muchas cabras montesas que huyen al ver que nos acercamos.
Vamos escorandonos hacia la derecha para bajar por medio de un roquedo kárstico, no tiene dificultades técnicas pero es un continuo descenso sin camino definido, con multitud de floridos cojines de monja o piornos, enebros rastreros, salvia, romeros....
Última mirada hacia atrás. |
Desde los Prados de Arenas nos dirigimos rectos para descender hasta el Collado de Selladero o Donabuelo que ya lo intuimos al fondo. Pero en vez de ir a la izquierda hacia él, recortamos por la ladera y descendemos a tumba abierta.
Bajamos deprisa porque la batería del GPS está casi agotada y todavía no hay ningún hito ni señal que nos indique el paso que debemos tomar para el regreso hasta el Robledal Alto.
A mano izquierda dejamos el Collado del Selladero o Donabuelo, nombre que le viene por la cima que está situada a su lado y da nombre al cerro.
Nosotros nos dirigimos a buscar los pinos, en diagonal.
A la entrada del bosque nos encontramos la primera marca, una raya roja. Justo a tiempo porque el GPS deja de funcionar.
Ya más tranquilos comenzamos a bajar en zigzag, de forma ininterrumpida, uno, dos, tres.... perdemos la cuenta y pensamos que por aquí la subida a la Maroma se tiene que hacer más pesada y larga que por la otra vertiente.
También hemos tenido suerte porque el camino transita por una pinada lo que nos protege del sol del mediodía que ha hecho acto de presencia.
Después del descenso en picado nos toca atravesar un barranco detrás de otro. Pensamos que será sencillo, pero en algunos tramos nos toca subir, que pereza.
Por los barrancos no corre ni gota de agua, a diferencia de las Chorreras donde se veía fluir por las paredes. Los arroyos están secos, pero puede ser que hayan canalizado su caudal, porque en la parte baja hay muchas fuentes.
Entre pinos, encinas, algún ejemplar de arce imponente y muchos arbustos caminamos rapidamente, serpenteando a media ladera. En algunos momentos parece que bajamos al valle, pero acto seguido comienza a picar hacia arriba y nos toca ascender. Las rayas rojas se convierten en roja/azul, no sabemos si tiene algún significado, si había algún desvío que hemos desechado sin darnos cuenta. Nosotros continuamos en el continuo serpenteo de la senda.
Las vistas son impresionantes, sobre todo en el Mirador, que situado en la ladera del Barranco de los Jarales divisa las lomas de las cumbres más altas de la sierra de Tejeda, Almijara y Alhama. Y un enorme arce lo enmarca todo.
Avanzamos un rato más y por fin el camino desciende.
Cruzamos una valla, que debemos cerrar y desde allí vemos las primeras casas. Es el paraje conocido como los Barracones (Centro de Turismo Rural, gestionado por el ayuntamiento de Alhama de Granada) que cuenta con varias hileras de casas de albergue, barbacoas.. pero en este momento está desierto. Un sitio magnífico para hacer excursiones por la zona.
Seguimos el camino ancho entre enormes encinas pasando al lado de una fuente, dos fuentes, hasta tres fuentes, pero el agua está demasiado caliente para beber.
Llegamos hasta un cruce, si vamos por la derecha llegaríamos al sendero local A-124 que hemos recorrido a la mañana en su parte baja, pero nosotros nos dirigimos a la izquierda, por un sendero apenas pisado entre la hierba, que transcurre paralelo a una acequia. Da pena que baje vacía, no hay mejor música que el cantarino murmullo del agua.
Llegamos siguiendo el curso de la acequia hasta un depósito, también seco y desde allí por una suave loma, donde se asienta el área de acampada del Robledal, se encuentran unos aseos, barbacoas, bancos de piedras y todo ello cubierto por un tupido bosque de pinos. Llegamos hasta el Cortijo del Robledal Alto y por el ramal hacia la izquierda llegamos a aparcamiento de la mañana.
Nos despedimos de la sierra poniendo rumbo a Alhama y vemos que las nieblas vuelven a cubrir las cimas. Impresionante.
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