BARRANCO DEL CAU EN EL VALLE DEL POP
FICHA TÉCNICA-
Día: 10/12/2014
Participantes: Julián y Lourdes
Tiempo estimado: 6 horas.
Distancia: 16 km.
Dificultad: Media
Como llegar: Por la A7 salida en Benissa. Antes de llegar al pueblo tomamos un cruce hacia Senija, Llíber y Xaló. Sin entrar al pueblo una rotonda hacia la izquierda, la rotonda en la gasolinera hacia la izquierda. Entre los kilómetros 6 y 7 de la CV hay un pequeño cartel hacia la Olivereta dels Moros.
ITINERARIO:
Olivereta dels Moros - Pou - Ruinas - Coll del Alt de l'Ample - Alt de l'Ample - Coll del Alt de l'Ample - Ruinas - Casa - Casa y aljibe - Cruce - Casas y muros de piedra seca - Font y Casas del Cau - Corral la Sella del Cau - El Cau o Tossalet del Castellet - Corral la Sellal del Cau - Paso del Navarro - Tossal del Navarro - Senda - Barranco del Cau -Caseta 1 - Caseta 2 - Caseta 3- Caseta 4 - Caseta 5 - Caseta 6 - Ruinas - Olivereta dels Moros.
Como hemos aparcado al lado de la Olivereta dels Moros, nos paramos a contemplar su gran tronco añoso. El altivo porte de este centenario olivo está un poco abandonado. Han nacido pequeños olivos a su alrededor y matorrales que afean su estampa. Debería estar un poco más cuidado. Unas fotos y en marcha.
El GPS nos indica que para arriba no hay senda, así que comenzamos por la izquierda, atravesando, en llano, un bancal de almendros. Cuando llegamos a la pista giramos a la derecha, subiendo por un carretil asfaltado donde hay una casa y en ese punto volvemos a girar a la izquierda hacia un sendero.
Nos internamos en un bosque de pinos, carrasca, enebro.. con un precioso camino mulero o de herradura. Era imprescindible para llegar a todos los abancalamientos de viñedos que ocupaban las lomas, dedicados a la producción de la pansa.
En la primera bifurcación de ese sendero seguimos por la derecha. Esta muy bien indicado con pintura azul. Nos llama la atención que sea una senda tan frecuentada y de la que tan poco hay escrito ni hemos oído hablar.
El sendero rodea la ladera, y va alejándose del barranco del Cau y ganando altura de forma serpenteante.Las cimas de la Lloma Llarga van surgiendo a nuestra izquierda, al Este, y el sol nos impide sacar fotos demasiado nítidas.En poco tiempo, dejamos en el lado izquierdo un hito para bajar al cauce. Es el sendero por el que volveremos después. Nosotros lo desechamos y continuamos la ruta. A nuestra espalda surge imponente el Montgó. Desde este perfil no se nota el terrible incendio que asoló este verano sus laderas.Y de frente vemos nuestra primera cumbre, el Alt de l'Ample, una muralla rocosa lo corona.
FICHA TÉCNICA-
Día: 10/12/2014
Participantes: Julián y Lourdes
Día: 10/12/2014
Participantes: Julián y Lourdes
Tiempo estimado: 6 horas.
Distancia: 16 km.
Dificultad: Media
Como llegar: Por la A7 salida en Benissa. Antes de llegar al pueblo tomamos un cruce hacia Senija, Llíber y Xaló. Sin entrar al pueblo una rotonda hacia la izquierda, la rotonda en la gasolinera hacia la izquierda. Entre los kilómetros 6 y 7 de la CV hay un pequeño cartel hacia la Olivereta dels Moros.
ITINERARIO:
Olivereta dels Moros - Pou - Ruinas - Coll del Alt de l'Ample - Alt de l'Ample - Coll del Alt de l'Ample - Ruinas - Casa - Casa y aljibe - Cruce - Casas y muros de piedra seca - Font y Casas del Cau - Corral la Sella del Cau - El Cau o Tossalet del Castellet - Corral la Sellal del Cau - Paso del Navarro - Tossal del Navarro - Senda - Barranco del Cau -Caseta 1 - Caseta 2 - Caseta 3- Caseta 4 - Caseta 5 - Caseta 6 - Ruinas - Olivereta dels Moros.Como hemos aparcado al lado de la Olivereta dels Moros, nos paramos a contemplar su gran tronco añoso. El altivo porte de este centenario olivo está un poco abandonado. Han nacido pequeños olivos a su alrededor y matorrales que afean su estampa. Debería estar un poco más cuidado. Unas fotos y en marcha.
Nos internamos en un bosque de pinos, carrasca, enebro.. con un precioso camino mulero o de herradura. Era imprescindible para llegar a todos los abancalamientos de viñedos que ocupaban las lomas, dedicados a la producción de la pansa.
En la primera bifurcación de ese sendero seguimos por la derecha. Esta muy bien indicado con pintura azul. Nos llama la atención que sea una senda tan frecuentada y de la que tan poco hay escrito ni hemos oído hablar.
El sendero rodea la ladera, y va alejándose del barranco del Cau y ganando altura de forma serpenteante.Las cimas de la Lloma Llarga van surgiendo a nuestra izquierda, al Este, y el sol nos impide sacar fotos demasiado nítidas.En poco tiempo, dejamos en el lado izquierdo un hito para bajar al cauce. Es el sendero por el que volveremos después. Nosotros lo desechamos y continuamos la ruta. A nuestra espalda surge imponente el Montgó. Desde este perfil no se nota el terrible incendio que asoló este verano sus laderas.Y de frente vemos nuestra primera cumbre, el Alt de l'Ample, una muralla rocosa lo corona.
El sendero asciende en zigzags, entre las antiguas terrazas que hay en la solana del barranco, y que llegan hasta la cima del Alt del Ample, como comprobamos más adelante. Es bonito comprobar como se trabajaba la tierra en esta zona.Encontramos un pequeño pozo, tapado entre matorral, a nuestra izquierda, y poco a poco vamos ganando altura y abriéndose el horizonte con nuevas montañas.
Vemos a nuestras espaldas el Valle del Pop, como un bello mosaico en tonos rojizos, de su tierra; verdosos de los innumerables almendros, olivos y cepas que tienen plantados en sus fincas; y blanquecinos, de las tapias ancestrales que cubrieron las lomas de las montañas para plantar vides. Y al fondo la impresionante nave a punto de la botadura al mar, el Montgó.
Al lado de las ruinas de una casa tenemos el cruce a la derecha para subir a la primera cumbre del día. Lo tomamos llegando en poco tiempo a un collado en donde se abren las vistas a la afilada sierra del Ferrer.
Vemos a nuestras espaldas el Valle del Pop, como un bello mosaico en tonos rojizos, de su tierra; verdosos de los innumerables almendros, olivos y cepas que tienen plantados en sus fincas; y blanquecinos, de las tapias ancestrales que cubrieron las lomas de las montañas para plantar vides. Y al fondo la impresionante nave a punto de la botadura al mar, el Montgó.
Al lado de las ruinas de una casa tenemos el cruce a la derecha para subir a la primera cumbre del día. Lo tomamos llegando en poco tiempo a un collado en donde se abren las vistas a la afilada sierra del Ferrer.
Hay un cairn y nosotros nos desviamos a la derecha para llegar entre el camino, casi cerrado por el matorral y esparto, hasta unas paredes de piedra, en la base de la cima. En una pequeña canal hay que hacer una sencilla trepada, dejamos la mochila y bastones ya que aquí almorzaremos. Y nos encaramamos en la cima del Alt de l'Ample, de 603 metros de altitud.
El nombre es muy adecuado porque es una extensa loma, con dos grandes hitos de piedra y hasta aquí llegan los muros de piedra de los antiguos bancales.
Trepada al Alt del Ample |
Esta atalaya, a pesar de su discreta altura, disfruta de unas fabulosas vistas a todo Alicante. Vemos el Montgó, la Segaria, el Castell de la Solana, la sierra de Migdia, la Carrasca, el Penyo Roig o Cavall Verd, el Carrascar de Parcent, sierra del Ferrer y la de Bernia en toda su longitud, les Planisses y un tímido Puig Campana al que apenas se le ve la cumbre. Hacia el Este vemos la Lloma Larga con El Cau, el Tossal del Navarro que queremos descubrir hoy. Nos deja maravillados la amplitud de sus panorámicas.
Bajamos del Alt del Ample, por su cara Oeste que da al barranco y casas del Masserof. Entre los muros de piedra de antiguos bancales vemos unos hitos de piedra que nos desmontan del alto y en cómoda bajada, girando a la izquierda nos conducen hasta el Collado del Alt de l'Ample. Si alguien tiene dificultades para una pequeña trepada, esta senda es apta para todos los públicos.
Hacemos una parada para el almuerzo, está exquisito, y con el paisaje que nos rodea nos sabe a gloria. No nos cansamos de admirar la belleza de las cimas del entorno y los preciosos valles que parecen un tapiz de colores, el mejor comedor que podríamos encontrar.
Retomamos el sendero hasta las ruinas y giramos a la derecha hacia les Planisses.
El camino no ofrece dudas y nos conduce en llano entre alguna casita aislada con vistas a las paredes verticales del impresionante Barranco del Cau. Está muy pisado.
Esta casa, enfrente de la curva más agreste y de paredes con caídas más vertiginosas, del Barranco del Cau, está arreglada, que enclave más idílico para pasar un fin de semana.
Nuestras dos cumbres nos esperan enfrente, simulan ser dos pequeñas colinas.
Paradas múltiples para disfrutar del paisaje y sacar fotos. Reemprendemos la marcha hasta otra casa en ruinas a cuyo lado se halla un aljibe, tiene agua pero muy profunda. La ruta transcurre en dirección Sur, hacia el cresterio del Bernia.
Desde el aljibe tenemos una panorámica completa de la Sierra del Ferrer, que recorrimos una vez y cuyo recuerdo nos hace pensar en crestas afiladas y en paisajes de alta montaña. Muy diferente a las colinas que estamos transitando hoy.
Prosigue la senda, con tonos rojizos, casi en llano hasta llegar a un señalizado cruce. A la derecha nos llevaría al camino de Xaló a les Planisses y Cases de Bernia, que sube por el barranco del Masserof y en este punto enlaza con el itinerario que llevamos hoy.
Nosotros giramos a la izquierda y cruzamos la zona denominada les Planisses. Hay antiguos corrales en ruinas y paramos a ver algunas viviendas reconstruidas con mucho gusto, utilizando las piedras que abundan en el camino para rehacer muros en piedra seca, rodeadas por almendros, olivos y viñas. Lo que nos sorprende es la cantidad de piedra que hay, y en algunas fincas hay una hilera grande de piedras de gran tamaño y otra fila de almendros, intercalados.
Es todo un espectáculo contemplar la cantidad de piedra y el colorido que tiene. Que gran esfuerzo hacían sin apenas máquinas para mover las piedras y construir con ellas tapias para aprovechar el terreno y vencer los desniveles.
Vamos parando en cada tapia, en cada rincón para saborear la dura manera de ganarse la vida de la gente de esta tierra.
Nos tropezamos con varios grupos de gente en dirección contraria, por eso hemos oído al fondo del barranco voces cuando ibamos por la otra vertiente. Son extranjeros y no les entendemos. No se molestan en aprender español.
Dejamos a la derecha un pequeño poste pintado blanco/amarillo, llevará a la sierra de Bernia.
Bajamos del Alt del Ample, por su cara Oeste que da al barranco y casas del Masserof. Entre los muros de piedra de antiguos bancales vemos unos hitos de piedra que nos desmontan del alto y en cómoda bajada, girando a la izquierda nos conducen hasta el Collado del Alt de l'Ample. Si alguien tiene dificultades para una pequeña trepada, esta senda es apta para todos los públicos.
Hacemos una parada para el almuerzo, está exquisito, y con el paisaje que nos rodea nos sabe a gloria. No nos cansamos de admirar la belleza de las cimas del entorno y los preciosos valles que parecen un tapiz de colores, el mejor comedor que podríamos encontrar.
Retomamos el sendero hasta las ruinas y giramos a la derecha hacia les Planisses.
El camino no ofrece dudas y nos conduce en llano entre alguna casita aislada con vistas a las paredes verticales del impresionante Barranco del Cau. Está muy pisado.
Esta casa, enfrente de la curva más agreste y de paredes con caídas más vertiginosas, del Barranco del Cau, está arreglada, que enclave más idílico para pasar un fin de semana.
Nuestras dos cumbres nos esperan enfrente, simulan ser dos pequeñas colinas.
Paradas múltiples para disfrutar del paisaje y sacar fotos. Reemprendemos la marcha hasta otra casa en ruinas a cuyo lado se halla un aljibe, tiene agua pero muy profunda. La ruta transcurre en dirección Sur, hacia el cresterio del Bernia.
Desde el aljibe tenemos una panorámica completa de la Sierra del Ferrer, que recorrimos una vez y cuyo recuerdo nos hace pensar en crestas afiladas y en paisajes de alta montaña. Muy diferente a las colinas que estamos transitando hoy.
Prosigue la senda, con tonos rojizos, casi en llano hasta llegar a un señalizado cruce. A la derecha nos llevaría al camino de Xaló a les Planisses y Cases de Bernia, que sube por el barranco del Masserof y en este punto enlaza con el itinerario que llevamos hoy.
Nosotros giramos a la izquierda y cruzamos la zona denominada les Planisses. Hay antiguos corrales en ruinas y paramos a ver algunas viviendas reconstruidas con mucho gusto, utilizando las piedras que abundan en el camino para rehacer muros en piedra seca, rodeadas por almendros, olivos y viñas. Lo que nos sorprende es la cantidad de piedra que hay, y en algunas fincas hay una hilera grande de piedras de gran tamaño y otra fila de almendros, intercalados.
Es todo un espectáculo contemplar la cantidad de piedra y el colorido que tiene. Que gran esfuerzo hacían sin apenas máquinas para mover las piedras y construir con ellas tapias para aprovechar el terreno y vencer los desniveles.
Vamos parando en cada tapia, en cada rincón para saborear la dura manera de ganarse la vida de la gente de esta tierra.
Nos tropezamos con varios grupos de gente en dirección contraria, por eso hemos oído al fondo del barranco voces cuando ibamos por la otra vertiente. Son extranjeros y no les entendemos. No se molestan en aprender español.
Dejamos a la derecha un pequeño poste pintado blanco/amarillo, llevará a la sierra de Bernia.
Continuamos por el sendero que nos lleva a una pista asfaltada, en la esquina hay un mosaico con el nombre de la zona, "Les Planisses". Giramos por la carretera a la izquierda.
Tenemos de frente las dos cumbres que queremos ascender: el Cau sabemos que se puede subir, pero el Navarro desconocemos si tiene acceso por el mismo collado o debemos rodearlo para su ascenso. Primero vamos al que sabemos y veremos si podemos subir al segundo.
Proseguimos alrededor de medio kilómetro y nos cruzamos con un muchacho montado a caballo. Que paraje más estupendo para montar a caballo o en bicicleta, sin apenas desniveles y casi todo por caminos de tierra.
l
Nos situamos en la cabecera del barranco y emerge al fondo el Montgó.
Está un señor podando arboles, viñas... tiene trabajo para meses.
Cuando damos la curva vemos un hito a la izquierda, será nuestra ruta de vuelta por las cornisas del Barranco del Cau. Pero ahora lo desechamos.
Segimos rectos hasta las Casas y la Font del Cau, sus pozas están secas y en el pequeño pouet le damos a una rueda pero no sale nada. Está muy bajo el nivel de agua del pozo.
Desde esta explanada vemos los dos tosales que queremos subir hoy
Pasamos junto a unas casas, una pintada de color granate, y por una pista ancha de tierra proseguimos hasta encontrar un gran hito de piedra que nos hace girar a la derecha. Seguimos por la pista un rato hasta localizar otras marcas de pintura que nos hacen tomar un estrecho sendero a mano izquierda.
Subimos por él hasta encontrar unos corrales situados en un Collado o Paso del Navarro, entre el Tossal de Navarro y el Cau.
En este enclave tan privilegiado ya es primavera, a la higuera y los almendros ya les han brotado las hojas. Asombroso. Vemos muchos otoños e inviernos romeros en flor, tomillos en flor, brezos en flor, margaritas y otras variedades de flores , pero almendros e higueras, inaudito.
Desde este mirador tenemos fabulosas vistas al Peñón de Ifach, a la sierra Oltá y el Mascarat. El Mediterráneo como telón de fondo, de un azul luminoso, con una bruma blanca al fondo.
Por el lateral del corral giramos a la izquierda y subimos por un camino exigente hasta el Cau o Tossalet del Castellet en la sierra de la Solana o de la Lloma Larga, a 728 metros de altitud sobre el nivel del mar.
Desde el vértice geodésico tenemos buenas vistas de la zona este de Alicante, desde el Montgó hasta la sierra de Oltà, situándose enmedio el peñón de Ifach. Hacia el Norte se ve la Segaria, Pego y hasta Gandía y sus montañas. Por el interior, vemos las sierras de Bernia y del Ferrer, delante. La vista alcanza hasta el cordal de Aitana, el Puig Campana, el Cabal y el Sanxet.
Tenemos de frente las dos cumbres que queremos ascender: el Cau sabemos que se puede subir, pero el Navarro desconocemos si tiene acceso por el mismo collado o debemos rodearlo para su ascenso. Primero vamos al que sabemos y veremos si podemos subir al segundo.
Proseguimos alrededor de medio kilómetro y nos cruzamos con un muchacho montado a caballo. Que paraje más estupendo para montar a caballo o en bicicleta, sin apenas desniveles y casi todo por caminos de tierra.
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Nos situamos en la cabecera del barranco y emerge al fondo el Montgó.
Está un señor podando arboles, viñas... tiene trabajo para meses.
Cuando damos la curva vemos un hito a la izquierda, será nuestra ruta de vuelta por las cornisas del Barranco del Cau. Pero ahora lo desechamos.
Segimos rectos hasta las Casas y la Font del Cau, sus pozas están secas y en el pequeño pouet le damos a una rueda pero no sale nada. Está muy bajo el nivel de agua del pozo.
Desde esta explanada vemos los dos tosales que queremos subir hoy
Pasamos junto a unas casas, una pintada de color granate, y por una pista ancha de tierra proseguimos hasta encontrar un gran hito de piedra que nos hace girar a la derecha. Seguimos por la pista un rato hasta localizar otras marcas de pintura que nos hacen tomar un estrecho sendero a mano izquierda.
Subimos por él hasta encontrar unos corrales situados en un Collado o Paso del Navarro, entre el Tossal de Navarro y el Cau.
En este enclave tan privilegiado ya es primavera, a la higuera y los almendros ya les han brotado las hojas. Asombroso. Vemos muchos otoños e inviernos romeros en flor, tomillos en flor, brezos en flor, margaritas y otras variedades de flores , pero almendros e higueras, inaudito.
Desde este mirador tenemos fabulosas vistas al Peñón de Ifach, a la sierra Oltá y el Mascarat. El Mediterráneo como telón de fondo, de un azul luminoso, con una bruma blanca al fondo.
Por el lateral del corral giramos a la izquierda y subimos por un camino exigente hasta el Cau o Tossalet del Castellet en la sierra de la Solana o de la Lloma Larga, a 728 metros de altitud sobre el nivel del mar.
Desde el vértice geodésico tenemos buenas vistas de la zona este de Alicante, desde el Montgó hasta la sierra de Oltà, situándose enmedio el peñón de Ifach. Hacia el Norte se ve la Segaria, Pego y hasta Gandía y sus montañas. Por el interior, vemos las sierras de Bernia y del Ferrer, delante. La vista alcanza hasta el cordal de Aitana, el Puig Campana, el Cabal y el Sanxet.
Una pequeña parada para refrescarnos, una fruta, todavía no tenemos hambre después del suculento almuerzo.
Y bajamos del alto por el mismo sendero, con un poco de cuidado porque hay piedra suelta, hasta el collado para dirigirnos rectos por la pista de tierra, a la búsqueda de nuestro siguiente objetivo, el Tossal del Navarro, lo hemos visto en el mapa y creemos que será accesible.
Desde el collado parece un Navarro demasiado bravío, su cresta enmarcada en un peñón de piedra, pero vamos a rodear la sierra buscando un posible ascenso.
En un punto donde parece que las peñas se han convertido en una loma fácil de ascender hacemos un giro a la izquierda para ir por su vertiente Sur, ascendiendo sin ninguna dificultad, en un sencillo campo a través.
En un cuarto de hora, aproximadamente, estamos en el inédito, para nosotros, Tossal del Navarro.
En su cima, de 689 metros de altura, solo hay una pequeña cruz de las que sirven para mantener los carteles de coto de caza. En ese punto nos sacamos la foto cimera. Las vistas a todo alrededor son impresionantes y ahora tenemos enfrente el Cau, y su marcada senda de ascenso, solo 30 metros más alto, que luce imponente.
Nos apeamos de la sierra por el mismo camino, más o menos, dirección a la Casa Vicenta, pero sin llegar a ella cogemos el camino en dirección a la derecha. Pero en lugar de volver por el mismo sitio nos giramos en el cruce a la izquierda. Desde este lugar observamos los dos tossales que hemos ascendido y progresamos contentos de haber cumplido el objetivo.
El camino es ancho, pero al ver una senda a la derecha la tomamos para evitar dar mucha vuelta. Mirando desde arriba pensamos que nos conducirá hasta el cartel de Les Planisses, en la bifurcación que hemos pasado anteriormente con la carretera asfaltada.
Pero llegamos a otro cruce. Un estrecho sendero, a nuestra derecha, en dirección a la Font y las Casas del Cau. Vamos a la aventura. Vemos que es usado habitualmente por bicis, y nosotros descendemos encantados de transitar por tierra y no por asfalto. Varios fuertes zigszags nos sitúan en un rincón invernal, al lado de las casas de Calito.
Y otro par de fuertes curvas, para superar los barrancos, nos sitúan justo enfrente a la entrada de la cabecera del Barranco del Cau que es el que vamos a recorrer.
Nos internamos por una pista ancha de tierra que se acaba en un bancal de almendros. Debemos seguir por un lateral de la finca hasta localizar el comienzo del fino sendero del barranco.
El sendero es una antigua acequia que canalizaba el agua por una ladera del barranco, y en determinados puntos, hay casetas de recogida de agua.
Al principio es muy cómoda y no tiene mucha altura. Sobrepasamos la primera caseta de recogida de agua. Cogemos algo de tomillo y paramos para disfrutar del entorno, un pequeño arroyo haría de este lugar un valle pirenaico.
Pero al pasar la segunda caseta, el sendero se enrisca en la sierra ganando altitud y estrechándose la senda, posiblemente por la erosión de la lluvia. Apenas es una pequeña cornisa de paso.
En el fondo del barranco surgen varios arboles que conservan sus tonos otoñales, y mirando hacia arriba, al resguardo de las peñas también existe un pequeño bosque que ilumina la ladera.
Llegamos a la tercera caseta. En este momento la ruta se dirige hacia abajo, por unas escaleras de piedra. Sencillo paso para proseguir casi en llano hasta la cuarta caseta. Al sobrepasarla una fuerte curva a la izquierda nos desmonta de la sierra. Queremos sacar fotos del imponente rincón, de los acantilados, pero el sol nos da de cara, y las fotos no le hacen justicia. Impresionante barranco, con unos espectaculares precipicios.
Mirando hacia el Norte ya vemos el Valle del Pop y sus pueblecitos blancos.
Paramos a comer, deleitándonos en este paraje tan sobrecogedor. Nos ha sorprendido muy agradablemente, nos recuerda al Barranco de Almadic, en Benichembla. Solo le falta un buen torrente de agua cristalina que lo recorra.
Desde esta cuarta caseta bajamos hasta el frondoso cauce. Hay pinos, carrascas, adelfas... y mirando al suelo "¡gurbiotes!", o madroño. No es raro ya que es un buen ecosistema para estos ejemplares.
Una quinta caseta nos despide de la zona más salvaje y angosta del barranco del Cau. Después debemos atravesar el cauce y situarnos a su izquierda. Cogemos altura en poco tiempo, pero otra vez descendemos para cruzarlo. Encontramos la sexta caseta que nos marca el desvío en un momento hacia la izquierda.
Una pequeña subida por la ladera, sobrepasamos una casa en ruinas, para retomar el sendero de inicio de ruta. Continuamos por la derecha para volver a la preciosa senda por el camino de herradura, entre pinos, y una vez que salimos a la casa tomamos a la izquierda por el bancal de almendros hasta el lugar donde dejamos el coche.
Una última mirada a la Olivereta dels Moros. Su piel es rugosa y aspera, se cae en cuanto la rozas. La pobre se encuentra un poco sola y abandonada.
Y cuando salimos por el carril paramos a sacar una foto a un enorme algarrobo que sobrevive después de cientos de años.
En el fondo del barranco surgen varios arboles que conservan sus tonos otoñales, y mirando hacia arriba, al resguardo de las peñas también existe un pequeño bosque que ilumina la ladera.
Llegamos a la tercera caseta. En este momento la ruta se dirige hacia abajo, por unas escaleras de piedra. Sencillo paso para proseguir casi en llano hasta la cuarta caseta. Al sobrepasarla una fuerte curva a la izquierda nos desmonta de la sierra. Queremos sacar fotos del imponente rincón, de los acantilados, pero el sol nos da de cara, y las fotos no le hacen justicia. Impresionante barranco, con unos espectaculares precipicios.
Mirando hacia el Norte ya vemos el Valle del Pop y sus pueblecitos blancos.
Paramos a comer, deleitándonos en este paraje tan sobrecogedor. Nos ha sorprendido muy agradablemente, nos recuerda al Barranco de Almadic, en Benichembla. Solo le falta un buen torrente de agua cristalina que lo recorra.
Desde esta cuarta caseta bajamos hasta el frondoso cauce. Hay pinos, carrascas, adelfas... y mirando al suelo "¡gurbiotes!", o madroño. No es raro ya que es un buen ecosistema para estos ejemplares.
Una quinta caseta nos despide de la zona más salvaje y angosta del barranco del Cau. Después debemos atravesar el cauce y situarnos a su izquierda. Cogemos altura en poco tiempo, pero otra vez descendemos para cruzarlo. Encontramos la sexta caseta que nos marca el desvío en un momento hacia la izquierda.
Una pequeña subida por la ladera, sobrepasamos una casa en ruinas, para retomar el sendero de inicio de ruta. Continuamos por la derecha para volver a la preciosa senda por el camino de herradura, entre pinos, y una vez que salimos a la casa tomamos a la izquierda por el bancal de almendros hasta el lugar donde dejamos el coche.
Una última mirada a la Olivereta dels Moros. Su piel es rugosa y aspera, se cae en cuanto la rozas. La pobre se encuentra un poco sola y abandonada.
Y cuando salimos por el carril paramos a sacar una foto a un enorme algarrobo que sobrevive después de cientos de años.
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