REGRESO DE LO PORT AL APARCAMIENTO DE LA CARAMELLA
(ETAPA 1)
FICHA TÉCNICA-
Día: 19/03/2017
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 7 horas.
Distancia: 16 km.
Desnivel: 504↑ 1.329↓
Dificultad: Alta-Muy alta.
Como llegar: Desde Tortosa, por la T-341. Se atraviesa la localidad de Roquetes hacia Els Reguers. A unos 2 km de Roquetes, tomad la desviación a la izquierda indicada con una señal que se dirige al Caro. Seguid durante unos 12 km. Pasamos al lado del Hotel Restaurante Pous de la Neu, dejamos la bifurcación del Refugio de la UEC y enseguida llegamos al Refugio del Caro y al Restaurante del Port.
ITINERARIO:
Restaurante del Port - Collado de la Carrasqueta - Coll de Pallers - Abandonamos el GR 7/Izquierda - Collado de Caro - Barranco de la Cova Pintada - Roca Contadora - Cruce Caro/Bassis de Caro - Bassis de Caro - Barranco de Desferracavals - Cova de Caro - Collado de la Mola del Moro - Horno de cal y Avenc - Barranco de la Conca - Cruce de ascenso a la Mola Castellona/Derecha - Cisterna de la Mola Castellona - Cruce con el Forat de l'Aire/Izquierda - Cruce con la Caramella/Caro/Derecha - Paso del río - Mirador - Casa Cueva - Paso del río - Casa Carvallo - Aparcamiento del Barranco de la Caramella
Restaurante del Port - Collado de la Carrasqueta - Coll de Pallers - Abandonamos el GR 7/Izquierda - Collado de Caro - Barranco de la Cova Pintada - Roca Contadora - Cruce Caro/Bassis de Caro - Bassis de Caro - Barranco de Desferracavals - Cova de Caro - Collado de la Mola del Moro - Horno de cal y Avenc - Barranco de la Conca - Cruce de ascenso a la Mola Castellona/Derecha - Cisterna de la Mola Castellona - Cruce con el Forat de l'Aire/Izquierda - Cruce con la Caramella/Caro/Derecha - Paso del río - Mirador - Casa Cueva - Paso del río - Casa Carvallo - Aparcamiento del Barranco de la Caramella
RUTA:
Madrugamos para afrontar el segundo día, hoy es bajada así que presumimos que será más fácil, pero que equivocados estamos.
Primero caminamos por la pista asfaltada que comunica las casas de esparcimiento que hay en esta vaguada, en Lo Port, viendo un cruce a la derecha que desechamos.
Cuando vemos a la izquierda una pequeña explanada, en la que se pueden aparcar los coches, nos internamos en ella y encontramos el sendero que sube.
Vamos por la umbría de la sierra, sintiendo un poco de frescura del relente de la mañana, pero cuando traspasamos el Coll de Pallers todo cambia, en la otra vertiente, que da al Este, el Sol impera.
A la izquierda tenemos el sendero que sube por la Moleta Redona hasta el Caro. A la derecha imágenes del Barranco de Lloret, Barretes, Orio.. y las peñas que los forman.
Un día soleado. Hará demasiado calor en los meses de verano para caminar por els Ports, sobre todo por esta cara.
Nos situamos en un mirador a los barrancos que recorrimos el año pasado. Su belleza nos sobrecoge, un recorrido de alta montaña inolvidable.
Y llegamos a una bifurcación importante. Debajo de una gran leja de piedra abandonamos el GR 7 o Estels del Sud que se dirige a la derecha para ir hasta el refugio de Font Ferrera.
Brusco giro hacia la izquierda.
El sendero es intrincado, pero no difícil. Después de un rato pasamos por un collado, del Caro, entre dos enormes rocas.
Y se abren las vistas a las antenas y cima de Mont Caro.
Tenemos que superar un enorme barranco, el de la Cova Pintada, por encima de unos grandes resaltes rocosos avanzamos para situarnos en la otra parte de este.
Con buena señalización de rayas rojas y el track que llevamos sin ningún problema y sin saber muy bien como atravesamos el barranco de la Cova Pintada y nos situamos en la otra vertiente para descubrir que una gran mole rocosa nos espera.
Es la Roca Contadora. Con alegría caminamos deprisa para pasar a través de ella, inmensa, vertical.. Maravilloso enclave.
Cuentan que se utilizaba para contar el ganado, serían cabras. Espectacular.
Mirando hacia el valle parece que levanta un poco la niebla, ahora vemos un pequeño tramo del río Ebro.
A una cierta distancia volvemos la vista atrás para contemplar el cordal formado por la Roca Contadora, a la izquierda, y un forat en mitad de la muralla pétrea.
Y encontramos la placa metálica informativa y un gran hito de piedras, es el punto de inflexión. Hasta ahora caminábamos paralelos al cordal de Mont Caro, en este punto nos alejamos, vamos a descender.
De la izquierda viene el sendero del Coll del Vicari y el Caro. Hacia la derecha es la dirección que tomamos, a visitar les Bassis de Caro, la fuente que creíamos que nos habíamos pasado.
Ahora el trazado desciende, hasta ahora era un sube y baja continuo.
Adentrándonos en un bosque de pinos, bojes.. pasamos al lado de una roca de la que se filtra el agua, a su resguardo unos juncos y una pequeña charca. Y enseguida llegamos a les Bassis de Caro, preciosa fuente que mana de una roca, y tiene tres tornajos o recipientes de tronco de árbol vaciado. A su alrededor bojes, helechos pero secos.
Parada para el almuerzo, que mejor sitio con el cantarín sonido del chorro de agua. Y con pena proseguimos.
Nos introducimos en el enmarañado barranco de Desferracavals. La vegetación tapa la senda y después de alguna duda vemos la placa metálica. A la derecha hacia la parte baja del barranco y a Lloret. Vamos a la izquierda, hacia la Mola del Moro.
Enseguida ganamos altura y divisamos en el alto las antenas del Caro. A nuestra izquierda la crestera de la Roca Contadora, por cuyo paso hemos accedido a este valle.
Y el itinerario nos reserva miradores en primera línea hacia rincones de vértigo y ensueño. ¡Que contradicción!
Eso si casi siempre a resguardo con vegetación, bojes, pinos que cubren el lateral.
El recorrido se hace más salvaje, con pasos sencillos como esta pedrera, pero con imágenes de aristas interminables, collados colgados por los que parece imposible caminar. Indescriptible, mágico.
El guía parece preguntarse por dónde pasaremos. Mejor no pensarlo, el sendero va girando por vericuetos hasta encaramarnos a los sitios más recónditos y bellos.
Poco a poco avanzamos sin problemas, se oyen voces que se acercan, pensamos que pueden ser los de el otro coche que estaban aparcados en la Caramella.
Y llegamos a la Cova Caro. Nos pasan tres muchachos corriendo, vistos y no vistos, no nos sirven ni para preguntar si esta es la Cova que marcan las placas. Se ven piedras de la antigua construcción de un sester, para resguardar al ganado o alguna persona.
Ahora toca bajar un poco, de lejos creímos que subiendo al collado estaría el paso, pero nos equivocamos. El itinerario es caprichoso, hay que seguir la raya roja, el rastro del sendero y adelante. El abismo a la derecha se sortea con facilidad, y sin verlo.
Al ganar altura tenemos de nuevo vistas al Castell de l'Airosa y a los barrancos que se forman a su resguardo.
Y sin darnos cuenta llegamos al collado del Tossal del Moro. Rectos se puede subir a él, lo dejamos para otro día, cuando traigamos arneses porque dicen que es difícil.
En este punto tenemos otra placa metálica, hacia la derecha a la Covalta. Nosotros a la izquierda. Pero en este punto el GPS nos hace un extraño y además desaparecen las marcas rojas en el tramo más complicado de toda la ruta. Pero no tiene perdida hay que seguir el hilo de sendero que nos lleva a atravesar una gran curva y nos cruza a la otra vertiente.
Tenemos bellas panorámicas de la Mola Castellona, la Roca de Migdia, con formas y volúmenes inverosímiles fruto de la erosión por el paso de los años, por el viento, la lluvia, el sol ... y ha dejado estos rincones de ensueño en el Parque Natural de Els Ports. Salvaje, arisco, montañero.
Por el lateral de la cornisa, entre vegetación caminamos procurando no pensar en como rodearemos esas rocas.
El paisaje es incomparable, majestuoso, cada pino, cada piedra tiene su sitio bien elegido en este rincón del paraíso.
Y llegamos al cruce con el Barranco de la Conca y la Geganta, encontrando un pequeño horno de cal. Hasta aquí venían para hacerlo funcionar, pues menuda tarea para subir hasta él. A su lado marcan un Avenc.
Vemos la otra parte del desfiladero, la maciza cumbre de la Mola del Moro vamos dejándola atrás, desafiante. Ahora vamos pegados a la peña y tiene una curiosa forma, de visera, la roca está totalmente horizontal.
Nos situamos en la ladera de la Mola Castellona, en su loma herbosa hay caídos muchos troncos secos de pinos. Y como es habitual, afinamos la vista para buscar la siguiente chapa metálica informativa, son tan pequeñas.
Hacia la izquierda podemos subir a la Mola Castellona, también desechamos su ascenso.
Proseguimos rectos. Pero antes echamos un último vistazo a las antenas situadas en lo más alto de Tarragona, en el Caro, todavía nos siguen vigilando.
Giramos, en sentido contrario a las agujas del reloj, rodeando los contrafuertes rocosos de la Mola Castellona. Desde este punto de vista no parecen tan fieros.
Y por un sencillo sendero de tierra y hierba por encima de la Mola Castellona salimos dirección a una roca que de forma caprichosa ha decidido permanecer de vigía, ergida.
Es la Roca de Migdia, imponente.
Desde nuesto punto de vista vemos a dos montañeros en el filo del abismo, pero como engaña la vista cuando nos juntamos con ellos el sitio no es tan cercano al precipicio ni tan peligroso como nos parecía.
En este punto se conecta otra bajada/subida hacia la Caramella, a la derecha por el Forat de l'Aire, hay un destrepe que no queremos pasar. Iremos a la izquierda a buscar el cruce de ayer.
Los montañeros se dirigen a la Mola Castellona.
Vamos descabalgándonos de la sierra, y aparecen otros contrafuertes verticales de la Mola.
La belleza dels Ports no tiene parangón, durante el recorrido le hemos dado vueltas y no nos explicamos como estando tan cerca de Tarragona o de Valencia hay tan poca gente. Y seguro que en las Fallas no pueden ni respirar.
Al caminar de una forma sencilla podemos embelesarnos en las vistas de este paraje irrepetible.
Y al igual que en el lugar que estaban los montañeros aquí tenemos una señal circular de pintura. Ayer subimos por el Norte de la Mola Castellona, y hoy hemos completado su rodeo. Nos dirigimos hacia la derecha para descender por el Racó de la Gralla.
Pasamos el paso pedregoso pegado a la pared, es un desnivel muy acentuado, pero sin peligro. Poco a poco vamos bajando metros y con la ilusión de que la parada para comer la tenemos al alcance de la mano, tenemos hambre.
Llegamos al rincón idílico que buscábamos, un riachuelo para meter los pies y comer con el sonido del murmullo del agua, todo un placer para los sentidos.
Nos calzamos, tenemos los pies como nuevos con el agua fresca, y reemprendemos el último tramo del regreso.
Pasamos por el precipicio vertical que da vistas a la cascada de la Caramella.
Hacemos una parada ante la grandiosidad del paisaje, para contemplar el abismo desde el mirador.
Nos alejamos del barranco dirigiéndonos por el sendero debajo de las moles verticales. Por el camino desechamos los dos cruces a la izquierda que nos llevarían als Forats.
Y llegando al corral en ruinas enfilamos hacia Casa Carvallo.
Un último cruce, a la izquierda, que recorre el barranco de la Caramella por su cauce y sus pozas de agua. A la derecha. Pasamos por casa Carvallo y desde ahí al aparcamiento.
Nos despedimos de nuestra extraordinaria ruta por la agreste sierra dels Ports, que con sus paisajes tan verticales, las caprichosas formas de sus peñas, el verde de sus pinos, carrascas, bojes... nos embruja cada vez que venimos a visitarla. Sin salir ya estamos deseando volver.
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