Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

sábado, 26 de noviembre de 2011

PUIG CAMPANA (1.408 metros)

LA MONTAÑA MÁGICA DE LA MARINA


FICHA TÉCNICA-
Día: 26 de noviembre 2011
Integrantes: Carolina, Vicente, Patro y Julián.
Tiempo: 5 horas y 23 minutos (2-48 de subida).
Dificultad: Alta

ITINERARIO-
Font del Molí - Puente- Cruce PR - CV 12 y 13 - Canal del Barranc del Port- Bancal del Moro- Cima del Puig Campana (1.408 metros)- Bancal del Moro- Pouet Puig Campana- Font de la Solsida - La Cova del Cremat - Refugi del Pastor - Foia Cac - Barranc del Port - Font del Molí

Hicimos la subida “clásica”, por la pedrera. El regreso lo hicimos por la cara este de la montaña,  rodeando el monte.

Font del Molí.
El Carreró, al fondo
RUTA-
Llegamos a Finestrat procedentes de Villajoyosa y dejamos el coche en la Font del Molí. Empezamos a andar por un camino asfaltado que está señalado con marcas amarillas y blancas hasta que cruzarnos un pequeño puente. En ese momento se separan tres senderos: el que sube a la cima del Puig Campana, el que lo bordea, y el que lleva a Polop, que sigue por camino asfaltado. Nosotros tomamos el primero. Superamos unos montículos y un par de subidas suaves hasta llegar a un llano, lugar perfecto para recoger fuerzas, necesarias para la fuerte subida que nos espera.
Cuevas en la subida.
En el canal.
En el canal.
Desde la senda podemos observar algunas de las vías de escalada más famosas de la provincia de Alicante, así como las pequeñas sendas que conducen a ellas. Tratamos de ver si hay algún escalador en la pared, pero no apreciamos que exista ninguno en plena faena. Sí vemos a bastante gente que sigue nuestra ruta hacia la cima, por el Barranc del Port. Continuamos andando por la senda y, llegados al límite del pedregal donde desaparecen las señales. Empezamos realmente la subida por él, haciendo zig-zag para tratar de suavizar la dureza del sendero. Existen varias caminos de subida, pero tratamos de avanzar por los que existen al lado derecho de la torrentera, canal de subida también denominado Carreró, una inestable pedrera con las piedras movedizas.
La senda es muy empinada y difícil, aunque está más limpia que otras veces porque recientemente se ha realizado una prueba atlética. Carolina, que debuta en la subida, piensa en un principio que han exagerado los que le han dicho que es duro y exigente el trazado, pero, más tarde, a medida que nos acercamos al collado, va cambiando de opinión.
Patro, ascendiendo.
A pesar de ello sube de forma perfecta, regulando como una campeona.
Antes de llegar al collado que separa las dos cimas nos vamos hacia la derecha. A la izquierda admiramos el majestuoso Tajo o Cuchilla de Roldan, que forma una colosal hendidura en la crecería de la montaña. El  “tajo de Roldán” parecido a la famosa Brecha de Rolando que separa Francia de España cerca del Monte Perdido, lo hizo, según cuenta una leyenda, el caballero Roldan en una de sus epopeyas por estas tierras contra los musulmanes cuando golpeó con su espada y un gran trozo de roca cayó al mar en lo que hoy sería la isla de Benidorm.
Siguiendo unas marcas verdes llegamos a la cima en 2 horas y 48 minutos. Está llena de gente y entre todos ellos destacan tres chavales de Torrellano que reconocen ser del Hércules y aventuran que al día siguiente el equipo alicantino va a ganar el derbi al Elche (Como montañeros tienen mucho mérito, pero como adivinos mejor no hablar. El equipo franjiverde ganó en el Rico Pérez 1-2).
Carolina, Julián, Vicente y Patro en la cima.
Desde la cima se abre el panorama a las montañas de Aitana, Ponoch, Aixorta y Bernia, y sobre Finestrat, Villajoyosa, Altea y Benidorm al mar. Algo difícil de igualar. Para aprovechar semejantes panorámicas comemos arriba y como postre un bizcocho de zanahoria que nos ha cocinado Mari. ¡¡¡Impresionante!!!
Benidorm y su isla vistas desde la cima del Puig Campana.
Vista desde la cima.
Una vez disfrutado de esta visión panorámica regresamos hasta el collado del que antes hemos hablado y tomamos el "Sender botanic de L'Ombria del Puig Campana". Primero la senda desciende hacia la derecha en forma de serpenteante y después en zig zag. Es más cómoda y agradable que la desde la Font del Moli, aunque está bastante estropeada por las lluvias caídas en los últimos días. En la bajada toma el mando Carolina, pero en un momento pierde la senda y casi nos "tira" por un barranco. Regresamos al buen camino, mientras un grupo de chavales están subiendo. Un poco antes de llegar al camino nos desviamos unos metros para ver el Pouet del Puig Campana que tiene un árbol de color amarillo dentro de él.
Pouet Puig Campana
Font de la Solsida.
Regresamos de nuevo a la senda y cuando ésta se convierte en camino nos vamos hacia la derecha en dirección a la Font de la Solsida. Tiene poca agua, pero en la roca existe una hiedra espectacular.

Hiedra junto a la Font de Solsida.
Atravesamos una zona de pinos arrasados en el incendio que hubo hace unos años. Parece un auténtico cementerio. Lugares como este dejan al descubierto la fragilidad de la montaña. Es muy fácil pegarle fuego, pero recuperarla cuesta muchos años.
Nuestra senda continúa en dirección sur hacia una zona de rocas denominada Penyò del Lledoner, que dejamos a nuestra derecha. Un poco más adelante pasamos junto a la Cova del Cremat. A partir de ahí el descenso llega en pronunciada pendiente. Dejando un sendero a nuestra izquierda y tras pasar por unas ruinas llegamos a la Foia del Cac, donde vemos un cruce señalizado.
Pinos quemados en un incendio.
Dándole la vuelta a la montaña.
En este lugar y escasos metros apreciamos un montón de bancales y el refugio del tío Flare. Continuamos en descenso rápido hasta llegar muy cerca del alto de Realet. Pasamos por su pequeño collado hasta alcanzar una pista que se dirige a Sella, que seguimos hasta cruzar el Barranc del Port y a la zona de chalets.
Giramos hacia la izquierda por la carretera y cuando encontramos un pino muy grande nos vamos a la derecha por una senda hasta llegar a la Font del Molí. Nos aseamos un poco en ella y, a continuación, nos tomamos unas cervezas en el restaurante Font del Molí. Las aceitunas que nos sacan están buenísimas. El secreto, según el camarero, está en el agua de la fuente, sin clorar.

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