IDA POR LA SOLANA/VUELTA POR BARRANCO DE TAGARINA Y PEÑÓN DIVINO
FICHA TÉCNICA-
Día: 5/02/2017
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 6 horas.
Distancia: 15 km.
Desnivel: 1.048↑↓
Dificultad: Alta-Muy alta. Por el desnivel de la cara Sur y la distancia. Pero sin problemas técnicos.
Rutas marcadas: PR CV 10
Rutas marcadas: PR CV 10
Como llegar: Por la autopista Alicante-Valencia, salida en Villajoyosa. Hacia la Sella por la CV 770, pasar el pueblo. Poco después del kilómetro 20 tomar un carretil a mano derecha. En 4 kilómetros se aparca.
ITINERARIO:
Chalet Paraiso - Bancales de almendros y olivos del Conde - Paso 1 - Pedreras - Frare - Paso 2 - Barranco del Carrascalet - Alto de Aitana - Simas de Partagat - Penya Alta - Alto de Tagarina - Collado de Tagarina - Barranco de Tagarina - Cruce al Peñón Divino - Casa de Patarrana - Peñón Divino - Casa de Patarrana - Cruce - Fuente Pouet Alemany - Mas Blanc - Chalet Paraiso
RUTA:
Habíamos bajado de Aitana por la cara Sur, hoy vamos a subir por ella, y como en los últimos recorridos de principios de 2.017, en busca de nieve.
Aparcamos en el carretil que recorre el Barranco de Tagarina, después de poco más de 4 kilómetros. Justo debajo del Chalet Paraiso.
Aparcamos en el carretil que recorre el Barranco de Tagarina, después de poco más de 4 kilómetros. Justo debajo del Chalet Paraiso.
La otra vez pasamos al lado de la Casa del Conde, pero han puesto vallas, así que comenzamos rectos para ir desviándonos a la izquierda cuando no hay obstáculos, a buscar el inicio del barranco. Hay varias vallas en la orilla del camino esperando ser colocadas, así que la próxima vez igual nos obliga a subir un tramo más largo rectos.
Después de sortear bancales de almendros llegamos al inicio del barranco.
Este tiene una difuminada senda por la derecha y sin problemas remontamos la primera parte llegando a una zona cerrada, le llamamos Paso 1, pero que no reviste dificultad ninguna. El único problema es la verticalidad del sendero.
Una vez pasado un embudo, las vistas se abren a un semicírculo pedregoso, un circo cuyas murallas están formadas de enormes rocas y que parece infranqueable.
Subimos por la parte central, dejando a la derecha grandes riscos que continúan hacia el Oeste, y viendo a la derecha acantilados rocosos que cierran la vía de escape hacia el Este.
Mirando con detenimiento creemos descubrir el sencillo paso. Una especie de rampa vegetal será el acceso que nos encumbrará a Aitana.
El barranco es recorrido en toda su longitud por una pedrera, que intentamos evitar en zigzags por su lateral, porque. si te internas en ella. el esfuerzo es doble.
De frente el muro pétreo, a nuestras espaldas hace tiempo que estamos viendo el Cabeço d'Or y la costa mediterránea detrás de las Peñas de Sella.
Vamos girando un poco a la izquierda para acercarnos al paredón y en él destaca un "Frare" o centinela enhiesto de piedra desgajado del muro principal. Como lo hicimos la otra vez, en bajada, pasamos por el collado que queda entre la pared sólida y él, pero no es necesario.
Se progresa sin ningún problema técnico a ras de las peñas, por su base, primero sorteando rocas y tierra, y después por un carril pedregoso.
Y al ganar altura tenemos ante nuestra vista el coloso, el Puig Campana.
Estamos situados en el punto más alto del paso, un hito de piedras y un fantástico mirador nos esperan.
Rodeamos el recodo, hacia la derecha, en busca del barranco y para nuestra sorpresa está lleno de nieve. Parada a ponernos las polainas y a reponer líquidos. Luego comienza nuestro trayecto sobre la nieve, algo dura, por lo que es un placer caminar por encima de ella, sin hundirnos. A nuestras espaldas se ve el Cabeço d'Or, la Penya Migjorn y, detrás de ella, reluce con los escasos rayos del sol la pirámide del Maigmó.
A pesar de estar nublado casi todo Alicante, como podemos observar, el sol da con intensidad en las peñas del Suroeste.
Y vemos el Cabeço d'Or que parece encontrarse a nuestro lado.
Si continuaramos rectos, por el barranco sepultado en la nieve, llegaríamos a las simas de Partagàs, pero deseamos subir a visitar la cima de la provincia, Aitana, y echar un vistazo a las sierras que la rodean. Por la izquierda salimos en un sencillo campo a través guiados por las antenas, caminando en diagonal.
A nuestras espaldas la primera línea de costa y el mar, pero el viento lo va tapando con rapidez con las nubes que empuja.
Incluso se ve perfectamente el Embalse de Amadorio.
Nos apresuramos a sacar una foto del Puig porque parece que lo van a engullir las nieblas. Comienzan a caer cuatro gotas y parada a poner chubasqueros, Cual será nuestra sorpresa que el agua se convierte en pedrisco, pequeños trozos de hielo que arrojados por el viento sobre nosotros nos hacen incluso daño.
Ha parado de forma igualmente rápida el granizo. Y últimos metros a Aitana, entre rodales de nieve que han quedado en las zonas más sombrías.
Nos asomamos al valle, vemos que la nieve ha quedado de forma residual en las umbrías de la cara Norte y ha que desaparecido el paisaje invernal que imprimía el manto blanco.
Y vemos acercarse otra tormenta, ¿o alejarse?
Hacemos una parada para observar el vértice geodésico. Hemos traído ropa de repuesto nos cambiamos, saltamos la valla y hacemos la foto para el recuerdo. Va a ser que no.
Estuvimos en septiembre, por motivos laborales, con los permisos oportunos y no pudimos resistirnos a la tentación de sacar una foto en el más envidiado y poco alcanzado vértice geodésico, el de Aitana, a 1.558 metros de altitud.
Después de reírnos de nuestro grato recuerdo y de lo difícil que estaría hoy posar con esta ropa, ponemos rumbo a la cima pisable por todos los humanos, Aitaneta.
Desde la cumbre vemos que la Serrella está oscura por las nubes que van engullendola, y apenas resta nieve en sus cumbres. Montcabrer desde este punto de vista también parece que se ha quitado el manto blanco.
Y sopla el viento con mucha fuerza. Hemos puesto el cubertor a la mochila, pero este sale en todas las direcciones.
Apenas quedan unos rodales de nieve y blanda para llegar a las simas de Partagàs.
Si que se nota que en la tierra hay mucha humedad.
Sopla un viento fortísimo, oscurece de repente y esto nos ayuda a tomar la decisión de no parar a ver las simas.
En el cruce al Paso de la Rabosa, a la izquierda. Rectos hacia el cordal de la sierra de Aitana. Y en unos minutos se ha quedado todo en la más completa oscuridad.
Cuando de repente empieza a caer pequeños granizos, lanzados por el viento contra nosotros. Pero dura muy poco, enseguida son copos de nieve lo que cae, una nueva nevada sobre la crestería de la sierra de Aitana.
En los recodos sombríos se han formado ventisqueros y se han conservado grandes cantidades de nieve.
Las imágenes son bastante malas por que se empañan las cámaras, las gafas, pero caminamos alegres con esta sorpresa que nos depara la naturaleza. Una crestera que siempre nos ha resultado algo monótona y seca se convierte en un trayecto entretenido y sorprendente.
No nos acercamos mucho al filo del cordal, a pesar de que el viento nos lanza hacia la derecha, contra los matorrales. Si fuera al revés tendríamos peligro de que nos despeñará por la gran fuerza que tiene.
Haciendo una panorámica de 360º las vistas están emborronadas hacia la Serrella, Puig Campana, Els Castellets y las crestas más cercanas de Penya Alta y Tagarina.
Pero el telón va levantando permitiéndonos ver el espectacular Puig Campana, que surge entre las tinieblas.
La tormenta de nieve nos ha dejado un manto blanco en la senda, lo ha enfarinat.
Y conforme avanzamos se va abriendo el cielo por el Este, por el mar Mediterráneo.
Vemos a nuestra izquierda la sierra de Bernia y el Peñón de Ifach que ha llegado hasta la costa, de un azul intenso. A la derecha se divisa perfectamente el Puig Campana.
Y llegamos al Collado de Tagarina. Incluso a esta altura ha llegado la tormenta de nieve que ha dejado los senderos tiznados de blanco.
A la izquierda hacia Benifato. Nosotros nos dirigimos a la derecha con vistas al Puig Campana.
Vemos que el coloso tiene en su cima un borrón blanco. Igual también ha nevado sobre él.Y enfilamos por la pista de tierra pasando al lado del recordatorio de una persona que murió de infarto en este lugar en 2008. Enseguida hallamos los hitos de piedra que nos llevan por un atajo para evitar la pista, evitando una gran curva.
En breve otro cruce, nosotros vamos por la izquierda, pero es indiferente cual se utilice. Y viendo las peñas de Sella llegamos a una bifurcación. Prohibido el paso. Les ha dado en este valle por la propiedad privada. Leí hace pocos días a un senderista que le había echado una bronca un dueño por pasar por su finca. Pero si no causamos ningún daño.
Nosotros no le prestamos atención y giramos a la izquierda para contemplar el Peñón Divino. Detrás, el Puig Campana.
Llegamos a la Casa de Patarrana, con su característico palomar. Están rehabilitando la casita, y girando a la derecha llegamos a la cima del Peñón Divino. El viento sopla con fuerza. Sentados para contemplar el espectáculo y con la máxima seguridad, no nos lleve al precipicio en esta cima tan aérea.
Desde la cumbre del Peñón Divino, tan rocosa, descendemos unos metros hasta unas peñas que nos cortan el viento del Norte y nos permite disfrutar de las vistas y de los manjares exquisitos.
Ya sabemos por que el llaman el Divino, sus paisajes son irrepetibles. Se divisan panorámicas al Barranc del Arc y las cimas que sobresalen a saludarnos, el Montgó, Bernia, Pas del Comptador, Sierra del Carrascal, Pas de Goleró, Sanxet, Cabal, Ponoch, Puig Campana y el cordal dels Castellets. Puede existir mejor restaurante, imposible.
Bajamos situándonos en el collado entre el Peñón Divino, a la izquierda, y las Peñas de Sella, a la derecha, e interrumpimos a unas cabras montesas que huyen ante nuestro paso.
Parece que una nueva tormenta descarga en la costa, encima del embalse de Amadorio.
Y llegamos al cruce de "prohibido el paso", girando hacia la izquierda.
En poco tiempo nos situamos en los aledaños de la Font Pouet Alemany, pero para llegar hasta ella debemos ir por la cuneta, el agua y el barro lo inundan todo. Deberían arreglarlo un poco...
Última mirada a la cara Sur de Aitana, las antenas marcan su cumbre.
Por la cara Norte no vimos almendros en flor, hoy en cambio en la vertiente Sur abundan.
Una parada en el precioso pueblo de Sella, y en su Font Major.
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