Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

sábado, 12 de enero de 2013

LA PILA (1.264 m.) Y LOS CENAJOS (1.229 m.), EN LA SIERRA DE LA PILA

POR LA VERTIENTE ORIENTAL DEL PARQUE REGIONAL DE LA PILA


FICHA TÉCNICA-
DÍA: 12/01/2013.
PARTICIPANTES: Vicente, Patro, Santi, Julián y Lourdes.
TIEMPO ESTIMADO: 6 horas.
DISTANCIA: 17 km.
DIFICULTAD: Media.
PUNTO DE INICIO: Desde Elche- Aspe- La Romana - La Algeña - La Solana; cruce Pinoso-Fortuna, a la izquierda; en la  primera bifurcación a Cañada del Trigo, a la derecha; circulamos rectos dirección a la Garapacha; cruce a la derecha al pueblecito Peña Zafra de Arriba; desde el centro del pueblo, cuando ves la estatua de un toro, a la izquierda hacia Fuente la Higuera.


La Sierra de la Pila se sitúa en el cuadrante noroccidental de la Región de Murcia, entre los términos municipales de Abarán, Blanca, Molina de Segura y Fortuna. Los límites actuales y normas de gestión del Parque Regional vienen definidos por el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN), aprobado inicialmente en marzo de 1998. En total, este Espacio Natural Protegido cuenta con 8.836 hectáreas.
Sierra  de la Pila. A la izquierda La Pila, a la derecha Los Cenajos.
Se trata de un macizo montañoso que forma parte de las Cordilleras Béticas, siendo los materiales dominantes calizas, dolomias, areniscas, margas y yesos. Los picos más elevados son La Pila (1.264 m) y Los Cenajos (1.229 m), que dominan un paisaje escarpado y surcado por profundas ramblas con cauces normalmente secos.
La Sierra posee una gran riqueza vegetal, destacando la presencia de carrascales, sabinares y pinares, acompañados de un conjunto de especies, como el madroño, entre las que se encuentran numerosos endemismos del sureste español. La fauna es abundante, siendo las rapaces (Águila real, Halcón peregrino, o Búho real) y mamiferos como el Tejón, Garduña, Gato montés, o la Gineta algunas de las especies indicadoras de la gran riqueza faunística. El Parque Regional incluye un área declarada Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA) para la Chova piquirroja (Phyrrohocorax phyrrohocorax).   
Un aspecto muy interesante de este espacio natural, relativo a su uso y disfrute por parte de los visitantes, es la red de pistas forestales que lo vertebra. Con más de 50 kilómetros de caminos en buen estado y perfectamente señalizados.
Además el acceso al Parque se puede realizar por distintos puntos de su contorno, en su vertiente sur es posible acceder (desde la estación de Blanca) por San Joy y por El Rellano; y desde Fortuna, nos podemos adentrar en la sierra por La Garapacha y por Fuente Blanca (sureste del Parque).
En la vertiente septentrional del Parque nos aproximaremos a los límites del mismo, desde la carretera de Jumilla al oeste de este espacio, por Casablanca, El Boquerón, Fuente Higuera y La Zarza. En algunos de los caseríos de estos parajes se pueden adquirir productos típicos de la sierra como miel de distintas flores y plantas (de encina, de romero, etc.), quesos de cabra y oveja, o compotas y confituras.Uno de estos caseríos se encuentra a 2 km del área recreativa de Fuente la Higuera.
Otro de los alicientes es el disfrute de panorámicas increíbles del territorio regional y de las provincias limítrofes (en días claros se pueden contemplar las Sierras de Moratalla y del sur de Albacete, las sierras del suroeste de Alicante, e incluso el Mar Menor).
JAIME ALFONSO "EL BARBUDO" Y LA SIERRA DE LA PILA.
La Sierra de la Pila también es conocida por ser guarida del famoso bandolero del siglo XVIII - XIX “Jaime Alfonso, El Barbudo”. Que se escondió en la Sierra de la Pila tras haber sido acusado de matar a su compañero El Zurdo, convirtiéndose en el bandolero más celebre de la historia levantina.

Su principal escondite se situó en las entrañas de la Sierra, en la llamada Cueva de la Excomunión, también repartió parte de sus botines entre los más pobres, pero para obtenerlos incluso llegó a matar. La invasión francesa de 1808 le ofreció un escenario ideal para continuar sus fechorías, que se tornaban actos heroicos cuando sus objetivos eran las tropas napoleónicas. Pero la guerra y la excusa para el pillaje terminaron.
La fama del bandido traspasó nuestras fronteras. El barón Taylor, quien fuera ayudante de campo del General Orsay en la Guerra de la Independencia, requirió sus servicios como escolta en su periplo por las tierras levantinas. Jaime Alfonso, al despedirse de él, le entregó su célebre trabuco, que adornaría la casa del barón durante décadas.
Jaime Alfonso tomó partido por los absolutistas de Fernando VII, frente a los liberales, que habían puesto precio a su cabeza. De nuevo, más que una opción política fue un pretexto para asegurar el sustento de la partida de bandoleros que capitaneaba. Pero los periódicos, de uno y otro bando, también se valieron de su figura. En 1820, desde la Sierra de la Pila, solicitó el indulto para su cuadrilla, a cambio de colaborar con el régimen constitucional.
Peña con cuevas que sirvieron a Jaime el Barbudo para ocultarse.

La promesa de indulto a Jaime Alfonso nunca se cumplió. Consumada la Restauración, el Barbudo se convirtió en un problema de fácil solución. Bastaba aplicar la pena de muerte que pesaba sobre él. Ni siquiera su petición de acogerse a la amnistía otorgada por las Cortes el 18 de febrero de 1823 lo salvó de la horca.
El corregidor de Murcia, Rafael Garfias, quien después levantara en La Glorieta una escultura monumental a Fernando VII, dispuso el cadalso en la plaza de Santo Domingo: un garrote vil y una horca, en la que ajusticiaron a Jaime Alfonso. Pero aquello no parecía suficiente, por lo que añadieron una terrible pena accesoria.
El bandolero fue descuartizado en cinco trozos y sus despojos se frieron. Así los conservaron para trasladarlos a aquellos lugares donde más partidarios tenía. La cabeza fue expuesta en su Crevillente natal. El resto, en Hellín, Sax, Fortuna, Jumilla y Abanilla. El verdugo del Barbudo, José Manuel Merino, firmó un documento hoy histórico donde explicaba que el 15 de julio de 1824 ejecutó la sentencia de muerte de horca, descuartizó y frió «los cuartos a que fue condenado un reo llamado Jaime Alfonso el Barbudo».


ITINERARIO:

Fuente la Higuera - Barranco del Boticario - Camino del Puerto Frío -Cruce de pistas - Pozos de nieve -Llano de las Víboras - Cima y refugio de los Cenajos - Llano de las Víboras - Cima de la Pila -  Camino del Puerto Frío - Refugio Cabezo de  Turra - Fuente la Higuera.


RUTA:
Hoy vamos a ir a la Sierra de la Pila, Murcia. Primero llegamos al pueblo de Peña Zafra de Arriba y nos sacamos unas fotos con el toro. Desde allí decidimos ir a la aventura,  comenzaremos  la ruta por la cara norte, desde la Fuente la Higuera. Llevamos grabada en el GPS y mapa, malo será que nos perdamos y no podamos llegar a tiempo a comer a La Solana.
Aparcamos al lado de  la señal de parking y comenzamos la caminata después de preguntar a un ciclista murcianico como llegar al Refugio Cabezo de Turra. Nos da muchas explicaciones, demasiadas para poder asimilarlas en el disco duro, de momento.
El día amanece un poco nublado pero van desapareciendo poco a poco las nubes y se impone el sol. Nuestra subida es por una pista ancha de tierra, por el barranco del Cabezo del Comisario. 
Las vistas desde la cara norte a los picos tapados entre nubes son impresionantes. Esta zona, las más sombría de la sierra, conserva mucha vegetación. En nuestra subida sobre todo hay pinos, pero también alguna carrasca, sabina, romeros, musgos... Salimos a una pista ancha y giramos a la derecha. Cruzamos un barranco y como nos parece que vamos demasiado lejos al ver un pequeño sendero a la izquierda, indicado por el murcianico, tomamos dirección norte. Abandonamos la pista ancha. Circulamos por una tortuosa senda con bastante pendiente y muy andada con vistas a una gran peña al otro lado del barranco. Como nos había avisado el ciclista, tiene una pendiente exigente. En pocos minutos salimos a otra bifurcación y  tomamos el ramal de la derecha que llaneando primero y luego con un giro a la izquierda se eleva en claro ascenso hasta conducirnos al Camino del Puerto Frío (espina dorsal que atraviesa la sierra, pasa por el Albergue de Cabezo de Turra y llega hasta el Mojón de las Cuatro Caras) y salimos junto al cruce de ascenso a las dos cimas más altas de la Sierra de la Pila.
Seguimos la dirección que marca la flecha, ahora es por carretera asfaltada. Pero al lado hay un pequeño sendero que tomamos para evitar una curva y ascender más rápido, hasta retomar de nuevo la fea brea. Avanzamos sin perdida hasta encontrar los dos pozos de nieve que se sitúan al margen derecho.
Después de observar y sacar fotos continuamos con unas preciosas vistas a nuestro primer objetivo del día, la cumbre de Los Cenajos. Se ve la garita del refugio que la diferencia del resto y  todo el bosque verde que recubre su pirámide.
Nos tropezamos con un hito de piedras a la derecha, pensamos que podía subir, pero al andar un poco vemos que era el que habíamos intentado la otra vez y creemos que baja a Garapacha, en la cara sureste de la sierra. Siempre dejamos trabajo pendiente para otro día.
Proseguimos la marcha hasta encontrar un cruce en forma de Y, a la derecha.
Los Cenajos
Cuando parece que tenemos Los Cenajos al alcance todavía nos falta un fuerte repecho que nos hace perder el resuello. Pero el esfuerzo de subir a esta cima de 1.229 metros siempre merece la pena.
Se divisa hasta la Manga del Mar Menor y la isla Grosa, la sierra de Orihuela, Callosa, el Valle y Carrascoy; y al oeste casi podemos tocar el Carche. Sopla el viento, lo que hace que después de las  fotos bajemos al lado del refugio a picar un poco y beber agua.

La Pila
Reemprendemos la marcha volviendo sobre nuestros pasos hasta el cruce en forma de Y. Esta vez nos vamos de frente y subimos hasta encontrar la cumbre de la Pila, de 1.265 m., con las mismas vistas impresionantes, pero donde una radar meteorológico da un sonido desagradable a nuestra última trepada al enorme hito que está a su lado. Fotos y pequeño almuerzo dentro de la dieta postnavideña, que Patro se la salta, pero a los "murcianicos de Mary con sorpresa de dulce membrillo" había que darles el visto bueno en Murcia y vaya si se lo dieron.
 
El descenso es por detrás del vértice geodésico. Se va cresteando casi todo el sendero y rodeando la peña por la izquierda, y más adelante por la derecha. Está bien señalizado con hitos de piedra. Pero si nieva habrá dificultades para poder seguir bien la senda.

Vamos superando "cabezos" pensando que es el último, pero después de casi una hora todavía seguimos estando a más 1.000 m. en una cima con un hito de MOPU.
Desde la cumbre de la Pila hasta el hito del MOPU ha cambiado mucho el paisaje, al principio se siente frialdad, al pasar por la umbría de la cima, teniendo en cuenta que estamos en la cara norte, no pega apenas el sol, el suelo está mojado, mucho musgo, carrascas, sabinas y multitud de pinos retorcidos con el efecto del viento que resisten como pueden las inclemencias del tiempo. Pero ahora la vegetación ha variado, se ha convertido en rectos pinos y el suelo está seco con arbustos de retama, esparto y pequeñas coscojas. Desde este último hito se baja por un camino en zigzag que llega al Camino del Puerto Frío.
Dirección a la  izquierda, en un par de curvas por fin vemos el Albergue del Cabezo de Turra y el Cabezo del mismo nombre detrás de él, protegiendo el refugio. A su lado derecho parte una senda que está marcada con pintura de PR, blanca/amarilla. Comenzamos alegremente, hemos encontrado el sendero. Con el GPS y los mapas vamos dando la vuelta perfectamente. 
Pero en un momento dado el GPS nos dice que vayamos por un lado, y nos saca a la carretera, nos acordamos del murcianico que nos habló de bancales de almendros que hay que atravesar, lo intentamos pero no tienen salida, así que por una carreterita asfaltada volvemos a la meta.
Justo a tiempo para cambiarnos, perfumarnos y salir corriendo a comer, ¡¡que hambre!!!!!.
Buenísima el arroz de conejo y los gazpachos. Y mejor la compañía.

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