TOUR DEL ANETO
El Aneto es el pico más alto de los Pirineos y a su alrededor han diseñado una ruta para contemplarlo desde todas sus caras. Para intentar seguirla nos encontramos con varios problemas, han hecho etapas para bajar al pueblo de Aneto,Senet... y transcurre por pistas anchas y con unos desniveles inutiles. En Artiga de Lin no hay refugio, pero eso lo salvaremos con un taxi que nos traiga desde Vielha. Para llegar a Puente Coronas tomamos el autobús con parada en la puerta del hotel Aneto en Benasque. Tiene varios horarios, pero nosotros necesitamos coger el de las 5 de la mañana por la distancia tan larga. Desde Hospital de Benasque también baja otro autobus a Benasque, nosotros lo cogermos a las 17 horas y nos lleva al pueblo de salida.
Nuestra ruta de este año por los Pirineos cuenta con una primera etapa algo complicada en cuanto a kilómetros, 20 km., y muchas losas grandes, la ruta reina para el comienzo. El resto de los días, recorridos de unos 13/15 kilometros por sendas herbosas en su mayoría y con desniveles tanto de subida como bajada superiores a los 1.000 metros en todos ellos. Sin problemas técnicos, sólo hay que tener fondo y gustarte la naturaleza.
Nuestra ruta de este año por los Pirineos cuenta con una primera etapa algo complicada en cuanto a kilómetros, 20 km., y muchas losas grandes, la ruta reina para el comienzo. El resto de los días, recorridos de unos 13/15 kilometros por sendas herbosas en su mayoría y con desniveles tanto de subida como bajada superiores a los 1.000 metros en todos ellos. Sin problemas técnicos, sólo hay que tener fondo y gustarte la naturaleza.
Tour del Aneto:
1 día: De Puente Coronas al Refugio de Conangles.
2 día: Del Refugio de Conangles a Vielha.
3 día: De Artiga de Lin al Hospice de France.
4 día: De Hospice de France a Hospital de Benasque.La leyenda de Pyrene
La ninfa Pyrene, de la que según la mitología procede el nombre de los Pirineos, huyó del gigante monstruoso Gerión, quien quería poseerla. Trató de ocultarse en algún lugar entre Iberia y Francia, pero Gerión incendió toda la zona con el fin de hallarla.Según la leyenda, el héroe Heracles, cuando pretendía robar los bueyes de Gerión, la oyó gritar entre las llamas y acudió a salvarla. La ninfa comenzó a llorar, y de sus lágrimas nacieron los ibones, pero para cuando Heracles la halló, ya no pudo hacer nada por ayudarla.
Heracles, conmovido por la triste historia de Pyrene, comenzó a amontonar rocas sobre su cuerpo para levantar un mausoleo. Tantas piedras juntó que creó una gran cordillera a la que llamó Pirineos en recuerdo de la citada ninfa.
(2ª ETAPA)
PRIMERA ETAPA: DE PUENTE CORONAS AL REFUGIO DE CONANGLES
FICHA TÉCNICA-
Día: 10/08/2015
Participantes: Nieves, Chus, Javier, Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 10 horas y media.
Distancia: 20 km.
Dificultad: Media-Alta.
Punto de inicio: Desde Benasque cogemos a las 5 de la mañana el autobús que sube a la Vallibierna. La parada está situada en las puertas del Hotel Aneto. En una hora nos encarama hasta el Puente Coronas.
Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=10900010 ITINERARIO:
GR 11 o Colada de Vallibierna - Puente y refugio de Coronas - Cruce al Aneto - Barranco Coronas - Cruce a los Ibones de Llosás - Ibon Bajo de Vallibierna - Ibon Alto de Vallibierna - Collado de Vallibierna - Cruce al Pico Vallibierna - Estany de Cap de Llauset - Collado de los Ibones o de Llauset - Estany Cap de Anglios - Estany del Mig de Anglios - Refugio de Anglios - Estany Gran de Anglios - Barranco Riueño - Paso del Pi - Barranco de Salenques - Puente de Salenques - Embalse de la Baserca - Refugio forestal de Baserca - Palanca de Besiberri - Refugio de Conangles.
RUTA:
Nos levantamos
hacia las 4 de la mañana, desayunamos y nos dirigimos a la puerta del
hotel Aneto donde tiene su parada el autobús que sube a Puente Coronas.
Está oscuro, pero la temperatura no es muy fresca. Solo estamos unas 10
personas esperando el bus y cabemos todos. Después de dos paradas posteriores sube lleno hacia Vallibierna.
La carretera se convierte en pista, es estrecha y el conductor nos dice que
mejor que esté de noche así no veremos los desfiladeros. En una hora nos
sitúa en la plataforma donde arranca el itinerario que lleva al Aneto,
en el Refugio y Puente Coronas.
Nos ponemos los frontales y cargamos las mochilas. La senda, después de cruzar el famoso puente de Coronas, pica hacia arriba. Vamos en procesión alumbrándonos unos a otros, como una fila de grandes luciérnagas.
El grupo decrece
en el primer cruce que lleva al Aneto, casi todo el mundo vira a la
izquierda para ascender a la cota máxima del Pirineo.
Nosotros
proseguimos por la derecha. Una parada para quitarnos ropa y continuamos
el ascenso con los primeros albores de un día que anuncia sol. Menos mal que
tenemos una jornada despejada para esta larga ruta de comienzo de 20
kilómetros. El paisaje parece lunar. Muchas piedras alrededor pero la vereda es una cómoda senda.
Después de varios repechos volvemos a ver un cruce. Rectos la ruta lleva hacia los ibones de Llosás, otra ruta alternativa al Aneto o a otras cimas del macizo, como son el Pico Tempestades, Rusell...
Giramos a la derecha para cruzar un rústico puente de madera y proseguimos al lado de un arroyo que baja de forma trepidante hacia el valle.
Ya apagamos los frontales y encaramos los pasos hacia un estrecho collado. A nuestra derecha, el río que fluye en dirección contraria a la que llevamos. Vemos unos rododendros a los que se les ha pasado la flor y continuamos girándonos de vez en cuando para observar las montañas que nos rodean. A la izquierda podemos visionar los cantiles previos al Aneto.
La senda nos lleva hasta el Ibón Bajo de la Vallibierna. Precioso lago natural enclavado entre el macizo del Aneto y el pico de Vallibierna. Desde esta posición vemos el siguiente hito en nuestro camino, el Collado de la Vallibierna nos reta .
Rodeamos el lago por su orilla izquierda y una vez llegados a su cabecera vamos virando un poco a la derecha para superar el Ibón Alto de Vallibierna por su orilla derecha. Un enclave precioso.
Poco a poco cambia la fisonomía de la etapa. Se acentúa el desnivel pero sobre todo surgen las primeras losas grandes de piedra que nos hacen ir saltando entre ellas, avanzando con más dificultad.
Pasamos al lado de un gran nevero que se ha conservado al refugio de la umbría.
La senda nos lleva hasta el Ibón Bajo de la Vallibierna. Precioso lago natural enclavado entre el macizo del Aneto y el pico de Vallibierna. Desde esta posición vemos el siguiente hito en nuestro camino, el Collado de la Vallibierna nos reta .
Rodeamos el lago por su orilla izquierda y una vez llegados a su cabecera vamos virando un poco a la derecha para superar el Ibón Alto de Vallibierna por su orilla derecha. Un enclave precioso.
Poco a poco cambia la fisonomía de la etapa. Se acentúa el desnivel pero sobre todo surgen las primeras losas grandes de piedra que nos hacen ir saltando entre ellas, avanzando con más dificultad.
Pasamos al lado de un gran nevero que se ha conservado al refugio de la umbría.
Después de más de un esfuerzo conseguimos hollar el Collado de la Vallibierna, precioso mirador hacia el valle que hemos dejado a las espaldas y al Macizo del Aneto. Vemos varios picos, pero el emblemático Aneto no se distingue porque está tapado por las murallas pétreas que le rodean.
Hacia adelante podemos ver el embalse de Cap de Llauset y el refugio. Los picos de la Vallibierna están a nuestra derecha.
Vistas de frente, hacia atrás y hacia el Aneto, respectivamente.
Vistas de frente, hacia atrás y hacia el Aneto, respectivamente.
Aprovechamos para tomar un tentempié y disfrutar del enclave tan paradisíaco en el que nos hemos encaramado. Hemos remontado un gran desnivel, pero al salir tan temprano no hemos sufrido los rigores del calor, lo que hace más llevadera la subida.
Afrontamos el descenso. Al principio es una senda, pero enseguida se convierte en un desordenado puzzle de pedruscos de gran tamaño. Como la etapa es del GR 11 no nos faltan las señales blanca/roja que nos guían y nos indican cual es el mejor paso en esta laberinto rocoso. Enfrente vemos el ibón del Cap de Llauset, el pequeño refugio no guardado e infinidad de picos del parque natural de Posets-Maladeta.
Por fin finalizan las piedras y el camino se desvía a la derecha. El descenso por una senda herbosa se suaviza y recorremos alegremente el trecho que nos lleva hasta el cruce que sube al pico de la Vallibierna.
Nosotros nos desviamos hacia la izquierda y en poco tiempo nos acercamos hasta otro cruce.
Nosotros nos desviamos hacia la izquierda y en poco tiempo nos acercamos hasta otro cruce.
Este nuevo poste indicador señala el punto de conexión de tres caminos. Hacia abajo al Embalse de Llauset y al valle del mismo nombre. Por donde veníamos, camino de entrada al Pico Vallibierna e incluso al Aneto. Y hacia la izquierda, es el que tomamos para subir hacia el Ibón de Cap de Llauset.
Dejando a un lado el refugio, comenzamos el ascenso por una senda herbosa, la única y escasa dificultad es cruzar un arroyo y suavemente ir avanzando para conseguir situarnos al lado del Ibón de Cap de Llauset. Caminamos por su orilla observando varias ranas y flores en sus laterales.
Cuando nos colocamos en la cabecera del lago nos toca afrontar una exigente pero corta cuesta para llegar al Collado de los Ibones o de Llauset. Vistas fantásticas a toda esta zona pirinaica que nos rodea y nos embriaga con su belleza.
A nuestras espaldas podemos ver perfectamente el Collado de Vallibierna y el itinerario que hemos tenido que desviar para llegar hasta este otro collado de montañas.
Y si ampliamos el objetivo vemos el pico Vallibierna a la izquierda, de unos tonos ocres/marrones que la distinguen de las demás cimas, y el collado del mismo nombre, desde el que venimos, a la derecha de la imagen.
Cuando nos colocamos en la cabecera del lago nos toca afrontar una exigente pero corta cuesta para llegar al Collado de los Ibones o de Llauset. Vistas fantásticas a toda esta zona pirinaica que nos rodea y nos embriaga con su belleza.
A nuestras espaldas podemos ver perfectamente el Collado de Vallibierna y el itinerario que hemos tenido que desviar para llegar hasta este otro collado de montañas.
Y si ampliamos el objetivo vemos el pico Vallibierna a la izquierda, de unos tonos ocres/marrones que la distinguen de las demás cimas, y el collado del mismo nombre, desde el que venimos, a la derecha de la imagen.
Después de un pequeño refresco y
unas fotos de grupo que unos caminantes franceses amablemente nos sacan,
miramos hacia el siguiente valle, el de Anglios.
El color azul de sus ibones ilumina el fondo.
Comenzamos el descenso por una senda herbosa que enseguida se convierte en una pedrera donde hay que evitar pegarse en los tobillos con los peñascos. Toca levantar piernas y saltar.
Nos situamos en la cabecera del Estany Cap de Anglios, y tenemos que bordearlo intentando sortear las grandes piedras que lo rodean. En algun tramo se puede evitar y avanzando poco a poco van espaciándose e incluso desapareciendo.
Echamos la vista atrás para ver el Collado de los Ibones o de Llauset donde hemos estado hace un momento, la pendiente es fuerte para bajar, pero más difícil será subir.
Otra parada en el lago para ver unas preciosas flores que han formado una pequeña península blanca en un lateral.
Y mirando, mirando tenemos la suerte de ver pequeñas ranas en el borde del agua.
Continuando la marcha sobrepasamos el Estany del Mig de Anglios.
Una encrucijada, marcada con un poste indicador, nos señala que a la derecha podemos ir por un ramal del GR 11, por el Collado de Anglios, al Embalse y Valle de Llauset. Lo desechamos girando hacia la izquierda cruzando varios arroyos hasta situarnos en la puerta del refugio de Anglios, pequeño albergue no guardado en donde la puerta tiene un vano por donde en una noche fresca será difícil conciliar el sueño.
El color azul de sus ibones ilumina el fondo.
Comenzamos el descenso por una senda herbosa que enseguida se convierte en una pedrera donde hay que evitar pegarse en los tobillos con los peñascos. Toca levantar piernas y saltar.
Nos situamos en la cabecera del Estany Cap de Anglios, y tenemos que bordearlo intentando sortear las grandes piedras que lo rodean. En algun tramo se puede evitar y avanzando poco a poco van espaciándose e incluso desapareciendo.
Echamos la vista atrás para ver el Collado de los Ibones o de Llauset donde hemos estado hace un momento, la pendiente es fuerte para bajar, pero más difícil será subir.
Otra parada en el lago para ver unas preciosas flores que han formado una pequeña península blanca en un lateral.
Y mirando, mirando tenemos la suerte de ver pequeñas ranas en el borde del agua.
Continuando la marcha sobrepasamos el Estany del Mig de Anglios.
Una encrucijada, marcada con un poste indicador, nos señala que a la derecha podemos ir por un ramal del GR 11, por el Collado de Anglios, al Embalse y Valle de Llauset. Lo desechamos girando hacia la izquierda cruzando varios arroyos hasta situarnos en la puerta del refugio de Anglios, pequeño albergue no guardado en donde la puerta tiene un vano por donde en una noche fresca será difícil conciliar el sueño.
En este enclave idílico, con vistas al Estany Gran de Anglios, al Collado de Llauset o de los Ibones y a los picos que lo enmarcan, aprovechamos a hacer una parada para comer y reponer fuerzas. Todavía nos queda una larga etapa.
En la hora que hacemos de parada algunos hasta se echan la siesta.
Nos levantamos, cargamos con las mochilas y proseguimos en la búsqueda de las señales del GR 11. En el camino tenemos la suerte de encontrar una gran rana pirinaica que está tranquilamente tomando el sol.
En la hora que hacemos de parada algunos hasta se echan la siesta.
Nos levantamos, cargamos con las mochilas y proseguimos en la búsqueda de las señales del GR 11. En el camino tenemos la suerte de encontrar una gran rana pirinaica que está tranquilamente tomando el sol.
Bajamos hasta el lateral del Estany o Ibón Gran de Anglios y bordeándolo con pocas dificultades salimos a un barranco que vamos a descender por su margen derecho.
Abunda el pino negro, nos recuerda la zona de Larra.
Se oye el murmullo del agua al fondo del barranco y vamos descendiendo por una senda con piedra pequeña donde hay que extremar la precaución para no resbalar.
De frente tenemos los Besiberris y la zona por donde transcurre Carros de Foc, los lagos Colomers....
En medio del camino surgen pequeños
arroyos que cruzamos sin ninguna dificultad.
Vamos descendiendo e internándonos en el valle. El arbolado se convierte en grandes hayedos y los helechos aparecen por doquier.
El camino zigzaguea y después de un buen tramo con gran desnivel se convierte en una llanada por la que es más fácil transitar.
Nos encontramos enormes rocas a los lados del sendero, y hallamos un diamante rocoso espectacular que no podemos dejar de fotografiar.
Por fin llegamos a la altura
del río, un pequeño merendero y un puente que nos llevaría por la otra
orilla hacia el Barranco de Salenques. Tomamos algo de fruta y proseguimos hacia la derecha por nuestro GR 11 que avanza por la orilla derecha del río hasta llegar al Puente Salenques.
En este rincón hacemos una parada para refrescarnos los pies recalentados por la bajada. Nos cuesta esfuerzo tenerlos unos segundos dentro del agua de la temperatura tan fría, de hielo.
Retomamos la ruta con las piernas como nuevas. Desde este punto salimos a la carretera N-230 que une los pueblos de Aneto-Vielha y vemos el precioso embalse de Baserca. Debemos caminar medio kilómetro aproximadamente por ella, y el tráfico es intenso. Por nuestra izquierda y lo más dentro del arcen que podemos avanzamos deprisa para llegar hasta el punto a cruzar. Mirada a la derecha e izquierda y nos colocamos en el puente y refugio de la Baserca, no guardado.
Cruzamos el puente y al lado hay un poste indicador. Nos señala hacia Conangles, giramos a la izquierda para buscar nuestro refugio. Creemos que está cerca pero son casi 2 kilómetros los que nos separan de la meta. Casi todos en llano y a cubierto del sol. Debemos atravesar un puente que aqui creo llaman Palanca y nos sirve para pasar sobre el río Besiberri sin mojarnos.
En este rincón hacemos una parada para refrescarnos los pies recalentados por la bajada. Nos cuesta esfuerzo tenerlos unos segundos dentro del agua de la temperatura tan fría, de hielo.
Retomamos la ruta con las piernas como nuevas. Desde este punto salimos a la carretera N-230 que une los pueblos de Aneto-Vielha y vemos el precioso embalse de Baserca. Debemos caminar medio kilómetro aproximadamente por ella, y el tráfico es intenso. Por nuestra izquierda y lo más dentro del arcen que podemos avanzamos deprisa para llegar hasta el punto a cruzar. Mirada a la derecha e izquierda y nos colocamos en el puente y refugio de la Baserca, no guardado.
Cruzamos el puente y al lado hay un poste indicador. Nos señala hacia Conangles, giramos a la izquierda para buscar nuestro refugio. Creemos que está cerca pero son casi 2 kilómetros los que nos separan de la meta. Casi todos en llano y a cubierto del sol. Debemos atravesar un puente que aqui creo llaman Palanca y nos sirve para pasar sobre el río Besiberri sin mojarnos.
Un último esfuerzo y paralelos al Río Ribagorzana llegamos hasta un merendero y al Refugio de Conangles. La primera etapa ha sido exigente, pero espectacular. Toca descansar y el refugio está muy limpio.
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